En el contexto de la medicina occidental, Robert F. Kennedy Jr. ha manifestado su preocupación por la falta de investigación independiente sobre los componentes de los medicamentos, incluidos los fármacos recetados, la quimioterapia y las vacunas. A pesar de que no todos cuentan con libros médicos o equipos de laboratorio en casa, Kennedy insta a los padres a indagar sobre lo que contienen las vacunas antes de administrarlas a sus hijos.
El exsecretario de Salud ha advertido sobre los peligros potenciales asociados con la inyección de sustancias como neurotoxinas, metales pesados y otros compuestos químicos. En este sentido, recomienda revisar detenidamente el prospecto informativo que acompaña a cada vacuna.
Kennedy exhorta a los padres a investigar sobre vacunas ante preocupaciones sobre autismo y problemas cardíacos
Durante un foro realizado el 28 de abril con el Dr. Phil, Kennedy enfatizó la responsabilidad parental en la evaluación de decisiones médicas. Al responder a una madre preocupada, afirmó: “Investigas el cochecito del bebé, investigas los alimentos que consume, y también necesitas investigar los medicamentos que les administras.”
A pesar de su escepticismo previo respecto a la seguridad de las vacunas, Kennedy se ha definido como “pro-salud” en lugar de anti-vacunas, reconociendo el papel vital que estas juegan en la salvaguarda de vidas. Sin embargo, ha expresado inquietudes sobre el calendario recomendado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), que incluye múltiples dosis en los primeros meses de vida del niño.
Datos recientes muestran un descenso en las tasas de vacunación
Las estadísticas más recientes del CDC indican una disminución en las tasas de vacunación y un aumento en las exenciones; solo el 13% de los niños han recibido la vacuna contra COVID-19. Ante esto, Kennedy está considerando eliminar las vacunas COVID-19 del calendario infantil debido a efectos adversos reportados como miocarditis y accidentes cerebrovasculares.
Un aspecto central del análisis realizado por Kennedy es la supuesta relación entre ciertas vacunas—en particular la combinada contra sarampión, paperas y rubéola (MMR)—y el autismo. Aunque algunos padres han reportado casos donde sus hijos desarrollaron autismo poco después de ser vacunados, el CDC sostiene que estudios concluyentes demuestran que no hay asociación entre las vacunas y trastornos del espectro autista (TEA).
Kennedy también ha cuestionado la seguridad de la vacuna MMR combinada, argumentando que su componente contra las paperas no fue adecuadamente probado para detectar interacciones adversas. No obstante, reafirmó que esta vacuna reduce significativamente el riesgo de sarampión en medio de brotes recientes en Estados Unidos. Expertos como la Dra. Monica Gandhi defienden tanto su seguridad como eficacia e instan a los padres a vacunar a sus hijos.
A medida que aumentan las tasas de autismo—actualmente afectando a 1 de cada 31 niños—Kennedy se comprometió a investigar sus causas mientras equilibra prioridades en salud pública. Su postura refleja tensiones más amplias entre el escepticismo hacia las vacunas y el consenso científico existente, dejando a los padres frente a información contradictoria durante brotes de enfermedades prevenibles.
Fuentes para este artículo incluyen:
Pandemic.news
NaturalNews.com
ZeroHedge.com