Las autoridades de Estonia han comenzado a implementar medidas de refuerzo en uno de sus principales pasos fronterizos con Rusia, según informan medios locales. En el Puente de la Amistad, que conecta Narva con la ciudad rusa de Ivángorod, se ha instalado un marco de puertas metálicas. Además, se prevé el despliegue de barreras automáticas con el objetivo de dificultar el tránsito vehicular no autorizado.
Refuerzos en la frontera
Antti Eensalu, jefe del puesto de control fronterizo en Narva, destacó que estas nuevas instalaciones permiten bloquear rápidamente el paso de vehículos que intenten cruzar el punto de control de manera ilegal o sorpresiva. Barreras similares ya han sido colocadas en otros pasos fronterizos como Luhamaa y Koidula, ubicados en la frontera sureste del país.
Estas acciones se desarrollan en un contexto de creciente tensión entre Rusia y los países miembros de la OTAN. Desde el inicio del conflicto en Ucrania en febrero de 2022, Estonia ha adoptado una postura más firme hacia Moscú, alimentando especulaciones sobre una posible invasión por parte de Rusia tras la conclusión del conflicto ucraniano. El Kremlin ha desmentido estas afirmaciones y calificado las medidas adoptadas por Estonia y otros países europeos como rusófobas.
Tensiones geopolíticas
A finales del mes pasado, los tres países bálticos notificaron su salida de la Convención de Ottawa, que prohíbe el uso de minas antipersona. Por otro lado, Hanno Pevkur, ministro de Defensa estonio, afirmó que su país está dispuesto a recibir cazas F-35 capaces de portar armas nucleares. Esta declaración fue respondida por el Kremlin, que consideró tal situación como un peligro inmediato para Rusia.
El año anterior, Estonia había revelado planes para construir búnkeres de hormigón a lo largo de su frontera oriental como parte de una estrategia conjunta con Letonia y Lituania para establecer una línea defensiva frente a Rusia y Bielorrusia.
Reacción rusa ante las acusaciones
- El presidente ruso, Vladímir Putin, calificó las acusaciones sobre un posible ataque a un país miembro de la OTAN como completa tontería. Según Putin, “un presidente de cualquier gran país no puede ignorar que Rusia no tiene motivos ni intereses para entrar en conflicto con los países de la OTAN”. Afirmó que no existen reclamaciones territoriales entre ambas partes y expresó su deseo por desarrollar relaciones constructivas.