La Cámara de Representantes de Estados Unidos ha aprobado un proyecto de ley de defensa por un total de $831.5 mil millones, en medio de una intensa controversia por la omisión de ayuda a Ucrania y el gasto que supera el billón de dólares. Este nuevo marco legislativo incluye importantes disposiciones, como financiamiento para armas de próxima generación, programas de construcción naval y un aumento del 3.8% en los salarios militares, pero excluye cualquier apoyo financiero para Ucrania. La votación, marcada por divisiones partidistas, refleja tensiones sobre las prioridades en el gasto en defensa, los recortes en la ayuda exterior y la responsabilidad fiscal.
Los críticos advierten que los retrasos en la entrega de sistemas de armamento podrían permitir que los adversarios “cierren la brecha tecnológica” en un contexto donde el presupuesto de defensa alcanza cifras récord superiores a $1 billón. Además, se prevé una reducción de 45,000 puestos civiles en el Pentágono, lo que ha generado indignación entre los demócratas debido a lo que consideran despidos “indiscriminados”.
Un proyecto legislativo polémico y sus implicaciones
En una votación profundamente politizada que resultó en un 221-209, la Cámara aprobó este ambicioso plan que contempla financiamiento para submarinos avanzados, bombarderos furtivos y sistemas misilísticos. Sin embargo, su falta de apoyo a Ucrania ha suscitado críticas bipartidistas y ha llevado a cuestionamientos sobre las prioridades del gasto militar. Esta legislación es fundamental para sustentar la estrategia defensiva estadounidense hasta septiembre de 2026 y ahora se encuentra bajo el escrutinio del Senado.
El proyecto ha sido presentado como una herramienta esencial para contrarrestar amenazas globales provenientes de potencias como China y Rusia. Se destinarán miles de millones a prioridades controvertidas, incluyendo $10.4 mil millones para dos submarinos balísticos clase Columbia, $3.8 mil millones para la producción del bombardero B-21 y $37 mil millones para nuevos buques navales. No obstante, su negativa a financiar la guerra de Ucrania contra Rusia ha provocado reacciones negativas tanto dentro como fuera del Congreso.
Prioridades gubernamentales: más barcos que puentes hacia Kyiv
La estructura del proyecto refleja visiones contradictorias sobre el poder militar estadounidense. Se asignan casi $71.7 mil millones a la Marina y los Marines, $61.6 mil millones a la Fuerza Aérea y $55.7 mil millones al Ejército, mientras que $15.3 mil millones apoyan a la Guardia Nacional. El programa de construcción naval incluye financiamiento para dos submarinos clase Virginia y dos portaaviones (CVN-80 y CVN-81), evidenciando esfuerzos agresivos por modernizarse frente a las ambiciones marítimas chinas.
El representante Mark Alford (R-Mo.) afirmó: “Este proyecto nos ayuda a mantenernos adelante frente a adversarios que evolucionan en el Pacífico y Medio Oriente”. También se prioriza el sistema de defensa antimisiles “Golden Dome” del presidente Trump con $60 millones destinados al Iron Dome israelí y $100 millones al programa Arrow 3. Sin embargo, críticos sostienen que esta atención limitada podría socavar la disuasión.
Ausencia de ayuda a Ucrania genera críticas internas
La ausencia más polémica del proyecto se refiere a las asignaciones para 2026: no se destinará ni un solo dólar a Kyiv, pese a las crecientes dificultades en el frente ucraniano. Enmiendas propuestas por la representante Marjorie Taylor Greene (R-Ga.) para eliminar $1.6 mil millones en ayuda exterior también fracasaron; Greene acusó a sus colegas legisladores de “entregar sus impuestos a países extranjeros”, sumando así al creciente endeudamiento nacional.
Los demócratas condenaron rápidamente esta omisión respecto a Ucrania; la representante Marcy Kaptur (D-Ohio) advirtió: “Este proyecto ignora peligrosamente nuestra historia”. Algunos republicanos también expresaron su inquietud; el representante Steve Womack (R-Ark.) insistió en que el gasto estadounidense debe aumentar aún más para mantener la seguridad nacional.
Aumentos salariales militares versus despidos civiles: contradicciones evidentes
El proyecto busca equilibrar incentivos para los miembros del servicio con medidas austeras hacia empleados federales. Un aumento salarial del 3.8%, bien recibido por grupos defensores del personal militar, acompaña planes para reducir casi 45,000 empleos civiles en el Pentágono, ahorrando aproximadamente $8.1 mil millones durante dos años. Los líderes republicanos han presentado estos recortes como parte de un proceso de modernización; sin embargo, los demócratas han calificado esta medida como “temeraria”.
Criticos acusan al Partido Republicano de replicar esquemas controvertidos implementados durante la administración anterior que deterioraron la funcionalidad gubernamental. Adicionalmente, se restringieron fondos del Pentágono destinados a programas sobre diversidad e inclusión, así como acceso al aborto para tropas militares, lo cual generó aún más descontento entre los demócratas.
Punto crítico: ¿Por qué importa este presupuesto ahora?
El proyecto de ley por $831.5 mil millones incrementa considerablemente el gasto relacionado con el Pentágono hacia casi $1 billón—una cifra equivalente aproximadamente al 6% del PIB estadounidense—marcando una escalada histórica similar a los picos alcanzados durante la Guerra Fría.
No obstante, analistas advierten que este enfoque en buques y bombarderos podría pasar por alto necesidades inmediatas como reabastecer municiones agotadas tras el conflicto ucraniano o fortalecer disuasiones en mares disputados como el Mar del Sur de China.
Divergencias sobre armamento y moralidad dentro del Congreso
La reciente votación sobre defensa ha puesto al descubierto las profundas divisiones entre imperativos nacionales y realidades fiscales internas. Para quienes apoyan este proyecto, representa un avance crucial hacia una superioridad militar necesaria; mientras tanto, opositores argumentan que refleja un gasto desenfrenado con compromisos morales inaceptables.
A medida que se espera un debate sobre versiones alternativas en el Senado más adelante este otoño, persiste una pregunta central: ¿podrá un Congreso fragmentado alinear sus prioridades antes de que rivales alcancen avances significativos en tecnología? Según planificadores del Pentágono, la respuesta radica no solo en cuánto se gasta sino también en cómo se invierte sabiamente.
La noticia en cifras
Descripción |
Cifra |
Presupuesto total del proyecto de ley de defensa |
$831.5 mil millones |
Aumento salarial para militares |
3.8% |
Reducción de puestos civiles en el Pentágono |
45,000 |
Inversión en submarinos Columbia-class |
$10.4 mil millones |
Inversión en producción de bombarderos B-21 |
$3.8 mil millones |
Inversión en nuevos buques navales |
$37 mil millones |