El estado de Florida ha tomado una decisión significativa al prohibir la adición de fluoruro al agua potable pública, convirtiéndose en el segundo estado de Estados Unidos en implementar esta medida. La administración del gobernador Ron DeSantis ha justificado esta acción citando preocupaciones sobre los riesgos para la salud y la importancia de la elección personal.
DeSantis anunció que firmará el Proyecto de Ley del Senado 700, conocido como el «Proyecto de Ley Agrícola de Florida», que impide a los gobiernos locales agregar fluoruro u otros aditivos médicos a los suministros de agua. Esta iniciativa es vista como un triunfo para quienes abogan por la libertad de salud, en oposición a lo que se considera «medicación forzada» a través del suministro de agua.
Un paso hacia la libertad informada
El gobernador enfatizó que esta decisión representa una cuestión de elección personal, afirmando: «Al hacerlo en el suministro de agua, se está privando a alguien de la opción de evitar una sobreexposición al fluoruro». DeSantis subrayó que los ciudadanos de Florida no deberían ser sometidos a «medicación forzada» sin su consentimiento.
Acompañado por el cirujano general del estado, Joseph Ladapo, y el comisionado de Agricultura, Wilton Simpson, DeSantis declaró: «Hoy anunciamos que el agua potable servirá para hidratar, no para medicar. El agua en Florida será limpia, segura y libre de medicamentos». La prohibición entrará en vigor el 1 de julio y no impedirá que las personas compren agua fluorada o utilicen pasta dental con fluoruro.
La evidencia científica detrás de la prohibición
Los críticos del fluoruro en el agua argumentan que los riesgos superan ampliamente los beneficios, especialmente considerando las alternativas modernas para la higiene dental. Ladapo mencionó investigaciones que vinculan la exposición al fluoruro con problemas neurodesarrollo en niños, incluyendo disminución del coeficiente intelectual y trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
«Con cada vez más estudios encontrando asociaciones entre la exposición al fluoruro y resultados neurológicos adversos, incluso a niveles comúnmente encontrados en Florida, es evidente la necesidad urgente de un cambio en las políticas», comentó Ashley Malin, Ph.D., epidemióloga de la Universidad de Florida.
Una tendencia creciente
La prohibición en Florida sigue el ejemplo del estado de Utah, que fue el primero en implementar una medida similar en marzo. Rick North, del Fluoride Action Network, describió esta tendencia como un «punto crítico», señalando que más de 60 comunidades estadounidenses han detenido recientemente la fluoración. «Estados Unidos está alcanzando al 95% del mundo que ya ha rechazado la fluoración», afirmó.
A pesar de la oposición por parte de asociaciones dentales que sostienen que el fluoruro previene caries, DeSantis desestimó sus argumentos como obsoletos.
Un futuro más saludable y libre de fluoruro
La decisión tomada por Florida marca un hito en las políticas públicas relacionadas con la salud, priorizando los derechos individuales y las evidencias científicas emergentes sobre mandatos establecidos desde hace décadas. A medida que más estados reconsideran la fluoración del agua, los defensores esperan que este movimiento inspire cambios más amplios. Bryan Griffin, director de comunicaciones del gobernador DeSantis, afirmó: «Los esfuerzos actuales para prohibir a los gobiernos locales agregar fluoruro unilateralmente al agua potable son una evolución lógica nuestro compromiso con ser el Estado Libre de Florida». Por ahora, los habitantes pueden celebrar agua más limpia y segura, así como su libertad para elegir lo que ingresa a sus cuerpos.
Fuentes utilizadas para este artículo:
ChildrensHealthDefense.org
FoxNews.com
USAToday.com