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Niños expuestos a químicos tóxicos en colchones durante el sueño, advierte estudio
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Niños expuestos a químicos tóxicos en colchones durante el sueño, advierte estudio

martes 06 de mayo de 2025, 17:00h

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Un nuevo estudio revela que los niños inhalan químicos disruptores hormonales de los colchones durante el sueño, exponiéndolos a riesgos de trastornos del desarrollo, cáncer y daño neurológico. Los colchones para niños emiten altos niveles de retardantes de llama, ftalatos y filtros UV, que son absorbidos por la piel e inhalados. Los expertos advierten que los infantes pasan hasta 17 horas al día en la cama, aumentando su riesgo de salud a largo plazo. Se recomienda optar por colchones orgánicos y evitar cubiertas impermeables para reducir la exposición a estas sustancias tóxicas. La falta de regulaciones adecuadas en la industria del colchón plantea serias preocupaciones sobre la seguridad infantil. Para más información, visita el enlace.

Un reciente estudio ha revelado que los padres podrían estar exponiendo a sus hijos a sustancias químicas tóxicas presentes en los colchones, las cuales están asociadas con riesgos significativos como trastornos del desarrollo, cáncer y daños neurológicos. La investigación indica que los colchones infantiles emiten altos niveles de retardantes de llama, ftalatos y filtros UV que son absorbidos a través de la piel y también inhalados durante el sueño.

Los bebés y niños pequeños pasan hasta 17 horas al día en la cama, lo que incrementa su riesgo de salud a largo plazo debido a la exposición prolongada a estos químicos. Algunos de los colchones analizados contenían sustancias químicas prohibidas o restringidas, con retardantes de llama representando el 3% del peso total del colchón, a pesar de no ofrecer beneficios comprobados en términos de seguridad contra incendios.

Los peligros ocultos en cada siesta

Los estudios, publicados en revistas científicas como Environmental Science & Technology y Ecotoxicology and Public Health, han identificado a los colchones como una fuente principal de estas sustancias. Al simular el calor corporal y el peso de un niño sobre 16 colchones nuevos, se observó un aumento significativo en la emisión de tóxicos.

Miriam Diamond, química ambiental en la Universidad de Toronto y coautora del estudio, afirmó: “Los niños están recibiendo una dosis considerable de estas sustancias”. Un colchón específico contenía retardantes de llama que constituían el 3% de su peso total, lo cual es alarmante dado que estos químicos están vinculados a un menor coeficiente intelectual y daños reproductivos.

La investigación incluyó mediciones de químicos en el aire de 25 habitaciones infantiles donde viven niños entre seis meses y cuatro años. Se encontraron niveles preocupantes de más de dos docenas de ftalatos, retardantes de llama y filtros UV, según destacó Diamond.

Por qué los niños son los más vulnerables

Los niños son particularmente susceptibles debido a su mayor tasa de respiración, piel más delgada y sistemas de desintoxicación inmaduros. Además, su comportamiento frecuente de llevarse las manos a la boca aumenta la ingestión de polvo cargado de químicos.

Arlene Blum, coautora del estudio, expresó su preocupación: “Es alarmante que estos químicos sigan encontrándose en los colchones infantiles cuando sabemos que no tienen beneficios comprobados para la seguridad contra incendios y no son necesarios para cumplir con las normas de inflamabilidad”.

A pesar de las defensas presentadas por el Consejo Americano de Química sobre el uso seguro de estos productos tras rigurosas revisiones, críticos argumentan que los reguladores no consideran adecuadamente la exposición acumulativa.

Cómo pueden los padres reducir la exposición

Aunque evitar completamente estas sustancias químicas es casi imposible, expertos sugieren pasos prácticos para minimizar la exposición:

  • Seleccionar colchones hechos con lana orgánica, algodón o látex, certificados por GREENGUARD Gold u OEKO-TEX.
  • Evadir cubiertas impermeables y espuma de poliuretano, que frecuentemente contienen ftalatos.
  • Lavar la ropa de cama con frecuencia para reducir la acumulación química.
  • Optar por sábanas en colores neutros ya que los tintes brillantes suelen contener filtros UV.

Estos estudios ponen en evidencia una brecha regulatoria. A pesar de las prohibiciones sobre ciertos retardantes en pijamas y juguetes infantiles, los colchones —donde los niños pasan un tercio de sus vidas— continúan siendo ignorados. “La responsabilidad recae sobre los fabricantes”, concluyó Diamond. Hasta que se logren cambios significativos en esta industria, los padres deben navegar un mercado saturado por productos que priorizan el lucro sobre la seguridad.

A medida que continúa la investigación sobre los efectos perjudiciales de estas sustancias químicas, queda claro un hecho: El lugar más seguro para un niño no debería ser también uno lleno de peligros.

La noticia en cifras

Cifra Descripción
17 horas Tiempo que los bebés pasan en la cama diariamente.
3% Peso de los retardantes de llama en un colchón típico.
25 Número de habitaciones infantiles donde se midieron los químicos.
6 meses a 4 años Edad de los niños en las habitaciones donde se realizaron las mediciones.
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