Las tensiones entre India y Pakistán han alcanzado un punto crítico, con Islamabad afirmando que posee información sobre un inminente ataque militar por parte de Nueva Delhi en un plazo de 24 a 36 horas. Esta situación se agrava tras un ataque mortal en Cachemira, que India atribuye a Pakistán, lo que llevó al primer ministro Narendra Modi a autorizar represalias militares.
Pakistán ha advertido sobre una “respuesta decisiva” ante cualquier agresión india, mientras que India acusa a su vecino de llevar a cabo una operación de bandera falsa. En medio de este clima de hostilidad, Estados Unidos está mediando urgentemente, con el senador Marco Rubio instando a ambas naciones a la desescalada mientras continúan los intercambios de fuego y el despliegue militar en la frontera.
Acusaciones y advertencias
La relación ya volátil entre estos rivales armados nuclearmente se ha deteriorado aún más. El Ministro de Información de Pakistán, Attaullah Tarar, utilizó las redes sociales para emitir una advertencia alarmante: “Pakistán tiene inteligencia creíble que indica que India planea lanzar un ataque militar en las próximas 24 a 36 horas, utilizando el incidente de Pahalgam como pretexto”. Tarar enfatizó que “cualquier acto de agresión será respondido con firmeza”, responsabilizando a India por las posibles consecuencias graves en la región.
Esta amenaza se produjo después de que Modi otorgara a las fuerzas armadas indias “plena libertad operativa” para actuar en respuesta al ataque en Cachemira. Desde entonces, las fuerzas indias han llevado a cabo múltiples operaciones antiterroristas en Jammu y Cachemira, mientras Modi prometía castigar “a los terroristas y sus patrocinadores”. Sin embargo, Pakistán niega cualquier implicación y acusa a India de orquestar una operación engañosa, lo cual ha sido rechazado por funcionarios indios como “acusaciones infundadas”.
Intervención estadounidense ante el riesgo de guerra regional
Conscientes del potencial conflicto que podría involucrar a naciones vecinas como Irán y China, el Secretario de Estado estadounidense Marco Rubio realizó llamadas de emergencia tanto al Primer Ministro paquistaní Shehbaz Sharif como al Ministro de Relaciones Exteriores indio Subrahmanyam Jaishankar. El Departamento de Estado instó a ambos países a “desescalar tensiones, restablecer comunicaciones directas y mantener la paz”. Rubio subrayó la necesidad de que Pakistán colabore en la investigación del ataque en Cachemira, calificándolo como “inaceptable”.
Por su parte, Sharif solicitó a Estados Unidos presionar a India para reducir la retórica beligerante. El líder paquistaní reiteró la disposición de su país para participar en una investigación neutral, mientras que Jaishankar exigió justicia para los “perpetradores, patrocinadores y planificadores” del ataque.
Preparativos militares y preocupaciones globales
La retórica hostil entre ambas naciones se ha visto acompañada por una notable preparación militar. El jefe del ejército paquistaní, el general Asim Munir, supervisó ejercicios militares en Punjab, declarando: “Que no haya ambigüedad: cualquier aventura militar por parte de India será respondida con rapidez y resolución”. Por su parte, India ha suspendido un tratado crucial sobre el uso compartido del agua con Pakistán y cerrado sus fronteras, mientras ambos lados reportan bombardeos transfronterizos nocturnos.
Estados Unidos enfrenta un delicado equilibrio. Si bien India es un aliado clave en contrarrestar la influencia china, Pakistán sigue siendo un socio estratégico pese al deterioro de las relaciones tras la retirada estadounidense de Afganistán. Con Catar también ofreciendo mediación, la comunidad internacional se apresura a prevenir un conflicto que podría desestabilizar aún más una región ya tensa.
El enfrentamiento entre India y Pakistán trasciende ser una disputa bilateral; representa un riesgo para la seguridad global. Con capacidades nucleares, agravios históricos y alianzas competitivas, el más mínimo error podría desencadenar una catástrofe. Mientras Washington y otras naciones abogan por la moderación, solo queda esperar que prevalezca la diplomacia antes de que estalle el conflicto.