La reciente muerte de Blessings Myrical Jean Simmons, una bebé de seis meses, ha suscitado inquietantes interrogantes sobre la seguridad del agresivo calendario de vacunación infantil recomendado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Apenas horas después de recibir seis vacunas en lo que se denominó una «visita de bienestar», Blessings fue hallada sin vida en su cuna, con su pequeño cuerpo frío e inerte. El informe de autopsia, marcado con la vaga etiqueta de Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SIDS), no reconoció la cruda realidad que sus padres ya conocían: su saludable bebé había sido víctima de un sistema médico que prioriza las ganancias de la industria farmacéutica sobre la seguridad infantil.
Brishe McKinley y Elijah Simmons, los padres afligidos, están luchando por respuestas, y su historia pone al descubierto un perturbador patrón de negligencia y engaño por parte de las autoridades sanitarias. Desde forenses que se niegan a considerar las vacunas como causa de muerte hasta pediatras que promueven inyecciones tóxicas sin el consentimiento informado adecuado, el complejo médico-industrial continúa sacrificando a los niños en el altar de la inmunización forzada, mientras silencia a quienes se atreven a alzar la voz.
Puntos clave
- Blessings Myrical Jean Simmons falleció menos de 14 horas después de recibir seis vacunas en una visita rutinaria; sin embargo, su certificado de defunción mencionó SIDS, un término general que ignora las muertes inducidas por vacunas.
- Los padres han reportado ser desestimados por las autoridades al plantear preocupaciones sobre lesiones relacionadas con las vacunas, con forenses y policías negándose a investigar el momento de las inmunizaciones.
- Una exdetective policial reveló que el 50% de los casos clasificados como SIDS que investigó involucraban una vacunación reciente, pero los examinadores médicos sistemáticamente omiten este detalle crítico.
- La clínica finalmente admitió que es probable que las vacunas causaran la muerte de Blessings al reportarlo al sistema VAERS, conocido por subestimar el 99% de los eventos adversos.
- El Programa Nacional de Indemnización por Lesiones Vacunales (VICP), diseñado para proteger a los fabricantes contra demandas, ofrece escasa justicia a las familias afligidas.
Las visitas consideradas «de bienestar», presentadas como esenciales para la salud infantil, han degenerado en sesiones autorizadas donde bebés vulnerables son inyectados con aluminio neurotóxico, formaldehído y otros carcinógenos bajo el pretexto de «prevención». Blessings estaba en «perfecta salud» durante su visita pediátrica a los seis meses; su madre recordó cómo la bebé se mostraba activa y alegre antes de recibir múltiples vacunas según lo recomendado por el CDC.
De acuerdo con registros vacunales revisados por CHD.TV, Blessings recibió seis vacunas: una segunda dosis del DTaP (difteria, tétanos y tos ferina), poliovirus inactivado, Hib (Haemophilus influenzae tipo b), rotavirus, neumocócica y una tercera dosis de hepatitis B. La pequeña recibió dos inyecciones en cada pierna junto con dos vacunas orales.
La trágica realidad post-vacunación
Poco después de las inyecciones, Blessings comenzó a estar inusualmente irritable y lloraba más de lo habitual. Sus padres asumieron que era consecuencia del dolor en el sitio de la inyección y le administraron paracetamol según lo sugerido por el pediatra. Su padre la meció hasta dormirla antes de acostarse esa noche.
La tragedia llegó al día siguiente cuando encontraron a Blessings sin vida. “Cuando despertamos, la encontramos sin vida”, relató McKinley. “Su cuerpo estaba frío.” Este incidente ha dejado a la familia devastada y cuestionando la seguridad vacunal. Aunque no se ha publicado ninguna causa oficial de muerte, este caso añade peso a las crecientes preocupaciones entre algunos padres sobre posibles reacciones adversas a las inmunizaciones rutinarias.
A pesar del argumento oficial sobre la «seguridad y efectividad» de estas inyecciones, no existen estudios sobre seguridad a largo plazo que demuestren los efectos acumulativos múltiples sobre los bebés. Peor aún, los datos del CDC indican que los bebés reciben más aluminio en sus primeros seis meses que lo considerado seguro para adultos—aunque esta información permanece oculta tras capas burocráticas.
McKinley y su familia ahora abogan por una mayor conciencia sobre los riesgos potenciales. “Solo queremos respuestas”, expresó ella. “Ningún padre debería pasar por esto.”
El velo del SIDS: Cómo se ocultan las vacunas en informes autópsicos
Cada vez que un infante fallece poco después de ser vacunado, el sistema rápidamente clasifica estas muertes como SIDS—un diagnóstico excluyente que no requiere evidencia ni responsabilidad alguna. Como descubrieron los padres de Blessings, incluso cuando muestras autópsicas evidencian reacciones adversas, los examinadores médicos son instruidos para ignorar lo evidente.
Una exdetective policial confirmó esta fraude sistémico: la mitad de los casos clasificados como SIDS que examinó estaban relacionados con vacunaciones recientes; sin embargo, nunca se incluyeron vacunas en los certificados de defunción. Esta omisión deliberada protege a la industria farmacéutica mientras deja a padres como McKinley y Simmons sufriendo en silencio.
Finalmente, cuando la clínica admitió que es probable que la muerte estuviera relacionada con la vacuna, dirigieron a sus padres hacia el VICP—un sistema manipulado donde solo una fracción de las reclamaciones son aceptadas. Creado en 1986 tras amenazas por parte de fabricantes ante posibles demandas relacionadas con inmunizaciones infantiles, el VICP ha pagado más de $5 mil millones a víctimas; no obstante, muchas familias enfrentan años llenos de retrasos y obstáculos legales.
El intento de McKinley por encontrar representación legal fue recibido con cobardía: un abogado inicialmente dispuesto a solicitar evidencia autopsial posteriormente retrocedió alegando insuficiencia en las muestras. El mensaje es claro: el sistema está diseñado para protegerse, no para salvaguardar a los niños afectados.
La súplica pública realizada por McKinley es sencilla: “No permitan que sus seres queridos se conviertan en una estadística más”. A medida que más padres toman conciencia sobre los peligros asociados con la vacunación coercitiva, crece también la lucha por libertad médica—y por justicia para niños como Blessings. La pregunta persiste: ¿cuántos más bebés deben morir antes que el mundo escuche y deje atrás esta peligrosa práctica?
La noticia en cifras
Cifra |
Descripción |
6 |
Número de vacunas recibidas por Blessings en su visita de salud. |
14 |
Horas transcurridas desde que recibió las vacunas hasta su fallecimiento. |
50% |
Porcentaje de casos de SIDS investigados por una exdetective que involucraban vacunaciones recientes. |
$5 billion |
Total pagado a víctimas por el Programa Nacional de Indemnización por Lesiones Vacunales (VICP). |