El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos se enfrenta a un litigio significativo relacionado con su programa de vacunación infantil, considerado como uno de los más agresivos a nivel mundial. La demanda, presentada el 15 de agosto por un grupo de médicos escépticos respecto a las vacunas y la organización sin fines de lucro Stand for Health Freedom, busca desmantelar lo que los demandantes describen como un sistema fundamentalmente defectuoso y potencialmente peligroso.
Desafío legal al programa de vacunación infantil del CDC
La acción legal, impulsada por el Dr. Paul Thomas de Oregón y el Dr. Kenneth Stoller de Montana, junto con Stand for Health Freedom, sostiene que el programa actual del CDC es inconstitucional y científicamente insuficiente. Los demandantes argumentan que el agresivo esquema de 72 dosis desde el nacimiento hasta los 18 años nunca ha sido evaluado en términos de seguridad acumulativa. Los médicos involucrados en la demanda afirman haber perdido sus licencias por oponerse a las recomendaciones del CDC, una situación que ha fortalecido su determinación para desafiar el statu quo.
Desde su toma de posesión, el Secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr., un conocido escéptico de las vacunas, ha tomado medidas decisivas para reformar los enfoques del gobierno federal sobre las vacunaciones. Entre sus acciones se incluyen recortes presupuestarios para proyectos de inmunización y cambios en las recomendaciones sobre la vacuna contra Covid-19 para mujeres embarazadas y niños sanos. Kennedy también ha reactivado un grupo de trabajo sobre vacunas infantiles más seguras, disuelto en la década de 1990, y ha intensificado la supervisión sobre la seguridad vacunal.
La necesidad de estudios sobre seguridad acumulativa
La demanda busca reclasificar casi todas las vacunas incluidas en el calendario recomendado por el CDC a «Categoría B: Toma de Decisiones Clínicas Compartidas», lo que permitiría a médicos y padres tener mayor voz en la elección de las vacunas adecuadas para cada niño. Los demandantes argumentan que el CDC no ha realizado estudios científicos rigurosos y exhaustivos para establecer la seguridad acumulativa de administrar 72 o más vacunas durante la infancia.
Los demandantes citan un informe del Instituto de Medicina (actualmente Academia Nacional de Medicina) publicado en 2013, que señaló que aunque es probable que las vacunas individuales sean seguras, pocos estudios han examinado la seguridad del calendario completo. El informe rechazó la idea de realizar ensayos controlados aleatorios para comparar el calendario del CDC con alternativas o calendarios sin vacunación, citando preocupaciones éticas debido a la falta de evidencia sobre la seguridad del esquema actual.
Cambio en políticas: Un contexto más amplio
Tanto Thomas como Stoller afirman que sus licencias médicas fueron revocadas, en parte, por resistir las recomendaciones del CDC. La junta médica de Oregón suspendió la licencia de Thomas por promover un calendario alternativo de vacunación vinculado a la prevención del autismo y otros trastornos del desarrollo. Por su parte, la junta médica de Montana consideró infundadas las exenciones basadas en vacunas propuestas por Stoller.
El caso también hace referencia a un desafío legal presentado ante un tribunal federal en Nevada, que argumenta que la falta de uso del grupo de trabajo sobre vacunas infantiles más seguras violaba el deber estatutario del HHS. En casi tres décadas, el número total de dosis recomendadas por el CDC ha aumentado tres veces, pasando de 24 a más de 72, mientras que las tasas de autismo han aumentado drásticamente a 1 en 31 desde 1 en 150. Además, las tasas de enfermedades crónicas han crecido afectando a más de la mitad de los niños estadounidenses.
Reformando el statu quo: Prioridad a la ciencia
Los abogados que apoyan a los demandantes sostienen que reclasificar las vacunas como «Categoría B» restauraría la integridad científica y la libertad médica, permitiendo una conversación más matizada sobre cuáles vacunas son necesarias y seguras. También buscan obligar al CDC a realizar estudios exhaustivos sobre seguridad que examinen los efectos acumulativos del esquema vacunal recomendado.
Además, la demanda pretende proteger a los médicos que emiten exenciones médicas contra revocaciones administrativas y garantizar que los padres puedan tomar decisiones plenamente informadas basadas en evidencia concreta y no únicamente en recomendaciones institucionales. La Dra. Dorit Reiss, profesora en UC Law San Francisco, aunque crítica con respecto a las acciones tomadas contra Thomas y Stoller por parte de los consejos médicos, enfatizó que sus revocaciones estaban ligadas a casos específicos y recomendaciones no comprobadas.
Punto crucial en políticas vacunales
En 2019, el Congreso aprobó una legislación que obliga al Secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos a presentar informes sobre seguridad vacunal al Congreso al menos una vez al año. Sin embargo, desde 1998, el CDC no ha cumplido con esta obligación anual. El caso presentado busca un retorno a prácticas basadas en evidencia, asegurando que el CDC cumpla con mandatos legales y constitucionales. Si tiene éxito, este litigio podría transformar significativamente las políticas vacunales en Estados Unidos, restableciendo un equilibrio entre ciencia, seguridad y derechos constitucionales.
El debate actual sobre el calendario vacunal infantil del CDC trasciende lo meramente sanitario; representa una lucha más amplia por la transparencia, integridad científica y autonomía del paciente dentro del sistema sanitario.
Fuentes utilizadas para este artículo incluyen:
X.com
Politico.com
BloombergLaw.com
La noticia en cifras
Cifra |
Descripción |
72+ |
Dosis de vacunas administradas en el calendario del CDC |
1 en 31 |
Tasa de autismo actual |
1 en 150 |
Tasa de autismo anterior |
24 a más de 72 |
Número de dosis de vacunas en el calendario del CDC desde hace décadas |