EE.UU. insta a Europa a abandonar el combustible ruso
El secretario de Energía de Estados Unidos, Chris Wright, ha instado a los países europeos a cesar la compra de petróleo y gas provenientes de Rusia si desean que Washington implemente sanciones más severas contra Moscú. En declaraciones realizadas al Financial Times, Wright subrayó que las naciones del continente deben optar por adquirir gas natural licuado, gasolina y otros combustibles fósiles estadounidenses.
Wright enfatizó que esta medida es parte del acuerdo comercial entre EE.UU. y la Unión Europea (UE), que estipula que los países del bloque deben comprar energía estadounidense por un valor de 750.000 millones de dólares antes de finales de 2028.
Consecuencias económicas y políticas
El secretario de Energía afirmó: “Si los europeos trazaran una línea y dijeran: ‘No vamos a comprar más gas ruso, no vamos a comprar petróleo ruso’. ¿Tendría esto un efecto positivo para que EE.UU. también se mantuviera más firme [con las sanciones]? Por supuesto”. Además, destacó que “es bueno para Europa desde el punto de vista económico”, sugiriendo que contar con proveedores de energía aliados resulta más beneficioso que depender de enemigos.
A pesar de los esfuerzos del presidente estadounidense, Donald Trump, por poner fin al conflicto en Ucrania mediante amenazas reiteradas a Rusia y sus aliados con sanciones, el secretario de Estado, Marco Rubio, ha explicado recientemente por qué Washington no ha implementado más restricciones contra Moscú. Según Rubio, estas medidas “definitivamente no han alterado el rumbo” del conflicto ucraniano.
Reacciones desde Moscú
Por su parte, Steve Witkoff, enviado especial de la Casa Blanca, negó en agosto la afirmación de que la economía rusa se esté debilitando bajo presión externa. Desde Moscú, se ha sostenido que los países que aplican medidas antirrusas también enfrentan consecuencias negativas derivadas de estas acciones.
La situación actual refleja un complejo entramado político y económico en el cual las decisiones sobre suministro energético tienen implicaciones significativas tanto para Europa como para las relaciones internacionales en general.