El gobierno de Estados Unidos ha decidido reducir la duración de los permisos de trabajo para refugiados, asilados y otros no ciudadanos, pasando de cinco años a tan solo 18 meses. Esta medida se justifica por preocupaciones relacionadas con la seguridad nacional, en respuesta a un ataque mortal perpetrado por un nacional afgano admitido a través de un programa de reasentamiento.
Los refugiados y solicitantes de asilo deberán ahora someterse a renovaciones de sus permisos tres veces más frecuentemente (cada 18 meses en lugar de cada cinco años) con el fin de detectar posibles amenazas a la seguridad antes de que puedan beneficiarse de permisos laborales a largo plazo.
Justificación del cambio
Joseph Edlow, director del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS), vinculó esta modificación directamente al tiroteo ocurrido el 26 de noviembre, donde perdió la vida la especialista del Ejército Sarah Beckstrom. Edlow enfatizó la necesidad de prevenir que individuos con "ideologías antiamericanas perjudiciales" obtengan autorizaciones laborales prolongadas.
Este cambio en la política se produce en un contexto donde se prevé la admisión de más de 100,000 refugiados en 2024, una cifra que representa el nivel más alto desde 1994. Además, se enfrentan retrasos significativos en los tribunales migratorios, donde las primeras audiencias pueden tardar años, permitiendo que los solicitantes permanezcan legalmente en el país con permisos laborales a pesar de los riesgos potenciales.
Tendencias hacia un control más estricto
La nueva normativa refleja una tendencia general hacia un endurecimiento del proceso de verificación migratoria, incluyendo la suspensión del procesamiento de solicitudes de asilo para afganos y reexaminaciones para titulares de tarjetas verdes provenientes de naciones consideradas como riesgosas. Este enfoque surge en medio del debate sobre cómo equilibrar las obligaciones humanitarias con las necesidades de seguridad nacional.
Bajo las nuevas reglas, tanto los refugiados como los asilados y aquellos con deportación diferida deberán pasar por procesos renovatorios cada 18 meses. Los cambios entrarán en vigor para las solicitudes presentadas a partir del 5 de diciembre.
Expertos han señalado que las ineficiencias del sistema han permitido históricamente tasas altas de aprobación—actualmente entre el 77% y el 80%—a pesar de las preocupaciones sobre el crimen transnacional. Un exfuncionario del USCIS comentó que incluso si alguien está vinculado a grupos como MS-13, la negación no siempre es una opción debido a restricciones relacionadas con la confidencialidad.
Desafíos sistémicos y críticas
A medida que Estados Unidos enfrenta un aumento récord en las admisiones de refugiados—más de 100,000 en el año fiscal 2024—y una acumulación masiva en los tribunales migratorios, este cambio normativo resalta los desafíos urgentes que enfrenta el sistema migratorio estadounidense. Con millones de casos pendientes y tasas de aprobación invertidas respecto a normas históricas, esta política subraya la importancia crítica tanto para garantizar la seguridad como para mantener la equidad.
Los críticos advierten que estas renovaciones frecuentes podrían cargar a solicitantes legítimos sin abordar fallas sistémicas. Sin embargo, los defensores argumentan que una verificación más rigurosa es esencial para evitar abusos por parte de actores malintencionados.
La noticia en cifras
| Cifra |
Descripción |
| 5 años |
Duración anterior del permiso de trabajo |
| 18 meses |
Nueva duración del permiso de trabajo |
| 18 meses |
Frecuencia de renovación requerida |
| 100,000 |
Número de admisiones de refugiados en el año fiscal 2024 |
| 77% - 80% |
Tasa de aprobación actual en solicitudes |