La Unión Europea se encuentra en la antesala de imponer una multa multimillonaria a la plataforma X, propiedad de Elon Musk, en virtud de la Ley de Servicios Digitales (DSA). Esta acción se basa en acusaciones de que la red social no ha logrado combatir la desinformación, carece de transparencia publicitaria y ha manejado inadecuadamente las cuentas verificadas.
El vicepresidente J.D. Vance ha criticado abiertamente estas medidas, calificándolas como un ataque a la libertad de expresión y advirtiendo sobre la posible infiltración de un modelo europeo de moderación de contenido en los debates políticos estadounidenses. Vance sostiene que la UE está sancionando a X por negarse a censurar a conservadores y cristianos.
Un choque transatlántico por la regulación digital
La investigación de la UE, iniciada en diciembre de 2023, representa el primer gran examen bajo el DSA. Aunque se continúan realizando indagaciones más amplias sobre contenido ilegal y manipulación informativa, cualquier penalización inmediata se centraría en violaciones específicas identificadas durante el verano pasado.
En julio de 2024, la Comisión Europea concluyó que el sistema de verificación pagada de X había engañado a los usuarios y acusó a la plataforma de falta de transparencia publicitaria y de retener datos relevantes para investigadores. La DSA permite multas que pueden alcanzar hasta el 6% del ingreso anual global de una empresa, lo que implica que una sanción podría ser considerable dependiendo si se calcula solo sobre los ingresos de X o también incluye el imperio empresarial más amplio de Musk.
Este contexto regulatorio se desarrolla en medio de negociaciones comerciales complejas entre Estados Unidos y Europa. Recientemente, Bruselas ha hecho concesiones significativas en áreas como energía y defensa, mientras que las tarifas estadounidenses sobre exportaciones europeas permanecen vigentes. Un castigo severo contra X podría complicar estas delicadas relaciones diplomáticas.
Debates internos sobre regulación digital
A pesar del rechazo del vicepresidente hacia el exceso regulador europeo, esta semana se han avanzado propuestas legislativas en el Congreso estadounidense relacionadas con la «Seguridad Online para Niños», que sugieren un aumento del control gubernamental sobre el discurso digital bajo el pretexto de proteger a los menores. Críticos argumentan que estas medidas reflejan un marco similar al del DSA.
Este impulso interno revela una disposición bipartidista, aunque controvertida, para considerar mayores restricciones al discurso público por beneficios sociales percibidos. La situación pone en evidencia que la división transatlántica coexiste con un debate significativo dentro del propio Estados Unidos sobre cómo regular las plataformas digitales.
El desenlace del procedimiento europeo contra X tendrá repercusiones que van más allá de una simple sanción financiera. Se erige como un caso crucial para determinar el alcance global de las regulaciones digitales europeas y la disposición de líderes políticos y corporativos estadounidenses para desafiar dichas normativas. Como ha señalado Vance anteriormente respecto a las relaciones entre EE.UU. y la UE: «No es que no seamos amigos, pero habrá desacuerdos que no veíamos hace diez años».
La confrontación sobre X y la DSA cristaliza uno de los desacuerdos más profundos: si el camino hacia un internet más seguro requiere empoderar a los gobiernos para dictar los límites del discurso aceptable o si ese poder mismo representa una amenaza mayor para el discurso democrático.
Mire este video sobre el régimen de censura en la Unión Europea.
La noticia en cifras
| Cifra |
Descripción |
| Multimillonario |
Multa potencial por parte de la UE a X |
| 6% |
Porcentaje máximo permitido para multas según DSA |
| Julio 2024 |
Fecha en que concluyó la investigación sobre X |
| Diciembre 2023 |
Fecha en que comenzó la investigación por parte de la UE |