El ministro de Finanzas de Canadá, François-Philippe Champagne, ha confirmado que el gobierno de Ottawa procederá a la derogación del impuesto sobre los servicios digitales, una medida que había generado la indignación del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Esta decisión busca facilitar las negociaciones comerciales entre ambos países, según un comunicado emitido este domingo.
Un paso hacia el diálogo comercial
La eliminación del impuesto se enmarca dentro de un acuerdo más amplio entre Canadá y Estados Unidos. En este contexto, el primer ministro canadiense, Mark Carney, y Trump han convenido en reanudar las conversaciones con el objetivo de alcanzar un pacto antes del 21 de julio de 2025. La derogación del impuesto es vista como un movimiento estratégico para avanzar en la creación de una nueva relación económica y de seguridad entre las naciones.
Champagne destacó que esta acción permitirá que las negociaciones avancen significativamente, lo cual es fundamental para generar empleo y prosperidad para todos los canadienses. Por su parte, Carney subrayó que su administración priorizará siempre los intereses de los trabajadores y empresas canadienses en cualquier posible acuerdo.
Reacciones a la decisión
La decisión ha sido recibida con diversas opiniones. Algunos analistas consideran que ceder ante la presión estadounidense podría tener implicaciones a largo plazo para la política fiscal canadiense. Sin embargo, otros argumentan que este enfoque pragmático es necesario para asegurar beneficios económicos inmediatos.
A medida que se desarrollen las negociaciones, será crucial observar cómo se equilibran los intereses económicos entre ambas naciones y qué impacto tendrá esta derogación en el panorama comercial regional.