Las inundaciones en Buenos Aires: una crisis recurrente
Las recientes imágenes de la provincia de Buenos Aires han vuelto a mostrar una realidad desgarradora: familias evacuadas, calles convertidas en ríos, campos anegados, rutas cortadas y negocios devastados. Este panorama se presenta como una repetición de tragedias pasadas, bajo el gobierno del kirchnerismo, que ha estado al mando desde 2003, ya sea a través de Néstor Kirchner, Cristina Fernández, Axel Kicillof o sus representantes en La Cámpora.
A medida que el gobernador Axel Kicillof adopta un discurso de víctima institucional y denuncia un supuesto “ahogo financiero” por parte del Gobierno Nacional, miles de personas en el conurbano bonaerense enfrentan la pérdida total debido a las inundaciones. En localidades como Salto, más de 1.800 personas han sido evacuadas. En Luján, el río ha superado los cinco metros, inundando el casco urbano. Otras regiones como Zárate, San Antonio de Areco, Campana y Mercedes también reportan precipitaciones superiores a los 300 mm en solo 48 horas, sin que se hayan realizado obras hidráulicas efectivas para prevenir tales desastres.
Un historial trágico y sin justicia
No es la primera vez que Buenos Aires enfrenta este tipo de calamidades. La tragedia más recordada ocurrió en abril de 2013 en La Plata, donde oficialmente más de 89 personas perdieron la vida. Sin embargo, testimonios independientes indican que la cifra real podría ser mucho mayor. Este evento evidenció el colapso del sistema pluvial en esa ciudad.
En aquel momento, el intendente era Pablo Bruera, vinculado al kirchnerismo y criticado por su falta de respuesta ante la crisis. Se le acusó de haber mentido sobre su ubicación durante las inundaciones mientras disfrutaba de unas vacaciones. Además, su gestión fue objeto de cuestionamientos por presuntas irregularidades en la administración pública.
Desvío de recursos y promesas incumplidas
A lo largo de 20 años, el kirchnerismo ha recibido enormes sumas en fondos nacionales y provinciales. Sin embargo, estos recursos no se destinaron a obras necesarias; en cambio, fueron utilizados para subsidios y clientelismo político. Parte del presupuesto destinado a infraestructura se ha visto comprometido por licitaciones con sobreprecios o desvíos hacia empresas fantasmas. Las pocas iniciativas que se iniciaron permanecen inconclusas; un claro ejemplo es el plan hídrico integral para la cuenca del Río Luján, que lleva más de diez años sin resultados tangibles.
A pesar de esta situación crítica, el relato oficial del kirchnerismo parece evadir la realidad. Mientras miles sufren pérdidas devastadoras, Kicillof organiza comités de emergencia con militantes disfrazados de funcionarios. La provincia carece de reservorios adecuados y mantenimiento efectivo de arroyos y canales aliviadores. Preguntas cruciales surgen: ¿Dónde están las bombas de drenaje? ¿Dónde está la inversión necesaria en infraestructura hídrica?
Necesidad urgente de acción efectiva
No se puede seguir ignorando esta crisis. La Provincia de Buenos Aires no requiere más comités ni promesas vacías; necesita acciones concretas y transparencia en la gestión pública. Es esencial que los ciudadanos exijan soluciones reales para evitar que estas tragedias se repitan en el futuro.
La historia reciente nos enseña que las lluvias “no tienen ideología”, pero sí tienen consecuencias devastadoras cuando no hay preparación ni responsabilidad por parte del gobierno.
La noticia en cifras
Cifra |
Descripción |
1,800 |
Evacuados en Salto |
5 metros |
Nivel del río en Luján |
300 mm |
Lluvia caída en 48 horas en varias localidades |
89 |
Muertos en la inundación de La Plata en abril de 2013 |