La cultura de secretismo en la Administración Trump
La Administración del presidente Donald Trump se caracteriza por una creciente cultura de secretismo que afecta tanto las decisiones relacionadas con el personal y el presupuesto, como las interacciones informales entre funcionarios. Esta situación ha sido reportada por The Washington Post, que cita a más de 40 funcionarios de diversas agencias gubernamentales.
Según los testimonios obtenidos, existe un notable rechazo a documentar cualquier aspecto por escrito. Las reuniones se llevan a cabo en persona y a puerta cerrada, incluso cuando los temas tratados son considerados neutros. Además, muchos funcionarios prefieren comunicarse al aire libre siempre que las condiciones climáticas lo permitan. Para mantener la privacidad, utilizan la aplicación de mensajería encriptada Signal, donde los mensajes se eliminan automáticamente.
Resistencia al registro escrito de información
Esta tendencia también se observa entre aquellos funcionarios designados por Trump, quienes evitan dejar constancia escrita debido al temor de que sus discusiones sean divulgadas en medios de comunicación. Existe una preocupación generalizada sobre posibles represalias hacia quienes proporcionen información sensible. Un informante destacó: «Nunca había visto tanto secretismo y falta de transparencia por parte de ningún líder, ni siquiera en el Ejército». Otro agregó: «No sabemos nada hasta que sucede».
Los dispositivos utilizados por los empleados del gobierno han estado bajo vigilancia durante un tiempo considerable, limitando su capacidad para expresar opiniones políticas o participar en actividades relacionadas mientras desempeñan sus funciones. Este ambiente restrictivo ha llevado a muchos a autocensurarse, especialmente en relación con las órdenes ejecutivas firmadas por Trump que prohíben iniciativas de diversidad e inclusión.
Censura y control sobre la comunicación
Funcionarios federales han manifestado que evitan ciertos términos como «diversidad», «equidad» y descripciones relacionadas con grupos minoritarios para no contradecir estas directrices. En particular, un miembro del personal del Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano reveló que ya no utilizan Microsoft Teams para comunicarse, optando por Signal para discutir cualquier tema personal o crítico respecto a la administración.
Un alto funcionario de la Casa Blanca afirmó que la administración está comprometida a tomar medidas severas contra aquellos que filtren información no autorizada. Se recordó los despidos ocurridos en el Departamento de Defensa y las pruebas de polígrafo aplicadas a presuntos filtradores en el Departamento de Seguridad Nacional.
Karoline Leavitt, portavoz de la Casa Blanca, defendió esta cultura de secretismo como algo positivo, argumentando que previene filtraciones peligrosas para la seguridad nacional. «El presidente no tolera filtraciones», enfatizó Leavitt, subrayando la importancia del respeto hacia las políticas implementadas por esta administración y la responsabilidad ante el pueblo estadounidense.