Los funcionarios de inteligencia de Estados Unidos han confirmado que Venezuela no es un productor significativo de fentanilo, lo que contradice las afirmaciones del expresidente Donald Trump sobre la existencia de operaciones militares dirigidas contra traficantes de drogas que supuestamente envían esta sustancia a territorio estadounidense. Críticos del gobierno de Trump sostienen que las acusaciones en torno al tráfico de drogas se utilizan como una cobertura para intensificar las acciones militares contra el presidente venezolano Nicolás Maduro, quien ha sido un objetivo constante de los esfuerzos estadounidenses por cambiar el régimen.
El secretario de Estado, Marco Rubio, es señalado como el principal impulsor de la política agresiva de Estados Unidos hacia Venezuela, redirigiendo fondos de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) hacia preparativos militares y presionando a Trump para rechazar la oferta de Maduro de intercambiar petróleo por paz.
Aumento en la actividad militar
Estados Unidos ha incrementado su actividad militar en Colombia y Guyana, lo que incluye contratos para entrenamiento virtual en combate y despliegues navales. Mientras tanto, Venezuela moviliza sus tropas y acusa a ExxonMobil de financiar acciones agresivas en la región. La historia del país norteamericano en desestabilizar al gobierno socialista venezolano genera preocupación sobre si las acciones actuales—sin evidencia clara—repiten fracasos pasados relacionados con el cambio de régimen bajo falsos pretextos.
A pesar de las afirmaciones desde la Casa Blanca, los funcionarios de inteligencia indican que Venezuela no produce cantidades significativas de fentanilo, lo que plantea dudas sobre la justificación para realizar ataques militares. Recientes bombardeos aéreos estadounidenses en el Caribe, dirigidos contra supuestos traficantes de drogas, han dejado al menos 32 muertos. Trump afirmó que estas embarcaciones transportaban fentanilo hacia las costas americanas; sin embargo, informes oficiales contradicen esta narrativa al señalar que Venezuela apenas produce esta droga.
Las declaraciones del presidente
En una declaración reciente, Trump aseguró que los barcos interceptados estaban cargados con fentanilo, un opioide sintético responsable de decenas de miles de muertes por sobredosis en Estados Unidos cada año. «Cada barco mata un promedio de 25,000 personas—algunos dicen más», afirmó Trump. Sin embargo, los funcionarios indicaron que muchos de los buques carecían del combustible necesario para llegar a aguas estadounidenses.
El secretario de Guerra Pete Hegseth ha calificado el tráfico de drogas venezolano como una amenaza a la seguridad nacional comparable a Al-Qaeda. «Así como Al-Qaeda declaró la guerra a nuestra patria, estos carteles están librando guerra en nuestra frontera y contra nuestro pueblo», declaró Hegseth.
Rubio y su enfoque hacia el cambio de régimen
Fuentes cercanas a la Casa Blanca identifican a Marco Rubio como el arquitecto detrás del enfoque agresivo del gobierno hacia Venezuela. Rubio, defensor histórico del derrocamiento de Maduro, habría redirigido millones en fondos destinados originalmente a iniciativas «pro-democracia» hacia preparativos militares en Colombia y Guyana. Su argumento ante Trump se basa en presentar a Maduro como un narcoterrorista, citando una acusación del Departamento de Justicia vinculándolo con el tráfico de cocaína.
Aunque Trump no puede atacar a los carteles mexicanos debido a limitaciones políticas, Rubio habría cambiado su atención hacia Venezuela—aumentando así el interés por los vastos recursos petroleros del país sudamericano. Maduro recientemente ofreció ceder los recursos petroleros venezolanos a Estados Unidos a cambio del cese hostilidades; sin embargo, Trump rechazó esta propuesta bajo consejo directo de Rubio.
Una historia marcada por intervenciones
La intervención estadounidense en Venezuela tiene décadas y se remonta incluso a los esfuerzos contra el expresidente Hugo Chávez. Documentos diplomáticos filtrados revelan estrategias diseñadas para debilitar su gobierno mediante la división política y aislamiento internacional. La Fundación Nacional para la Democracia (NED), financiada por Estados Unidos, ha apoyado campañas mediáticas y activistas opositores en Venezuela; no obstante, críticos argumentan que tales iniciativas difuminan la línea entre promoción democrática y cambio encubierto del régimen.
A medida que la administración Trump intensifica sus acciones militares en el Caribe, la falta de evidencia que vincule a Venezuela con el tráfico de fentanilo plantea interrogantes sobre las verdaderas motivaciones detrás de estos ataques. Con Rubio liderando la política y miles millones en reservas petroleras en juego, críticos advierten sobre una posible repetición de errores pasados—persiguiendo cambios políticos bajo pretextos dudosos.
Por ahora, la narrativa presentada desde la Casa Blanca choca con los hallazgos provenientes del ámbito del espionaje, dejando a observadores cuestionándose si la guerra contra las drogas está siendo utilizada como herramienta geopolítica.
Pueden ver la entrevista donde Sen. Rand Paul destruye la narrativa sobre los "barcos transportadores de fentanilo" del presidente Trump.
Fuentes incluyen:
TheCradle.co
DropSiteNews.com
BrightU.ai
Brighteon.com
La noticia en cifras
| Cifra |
Descripción |
| 32 |
Muertos en recientes ataques aéreos militares de EE. UU. contra supuestos narcotraficantes en el Caribe. |
| 25,000 |
Número promedio de muertes atribuidas a cada barco cargado de fentanilo, según Trump. |
| $4.8 millones |
Contrato firmado por el Departamento de Estado para un "campo de tiro virtual" en Colombia. |
| Millones (no especificados) |
Valor de los barcos de combate adquiridos por la Guardia Costera. |