España ha decidido prohibir el uso de sus bases militares, específicamente la Base Naval de Rota y la Base Aérea de Morón, para la transferencia de armas hacia Israel por parte de Estados Unidos. Esta medida se fundamenta en la soberanía nacional, amparándose en un acuerdo de defensa bilateral firmado en 1988. La acción representa un aumento significativo en la presión diplomática que España ejerce sobre Israel, con el primer ministro Pedro Sánchez acusando al país de «exterminio» en Gaza y manteniendo un embargo total de armas desde marzo.
La prohibición afecta las operaciones logísticas del ejército estadounidense, lo que ha provocado reacciones adversas tanto en Israel como en Estados Unidos, incluyendo acusaciones de «antisemitismo» y advertencias sobre cómo esta decisión podría «fortalecer a los terroristas». A pesar de esta postura firme, España continúa importando equipo militar israelí, valorado en 54 millones de euros, bajo excepciones que socavan su posición dura.
Un cambio drástico en la política española
La decisión de España marca un punto crítico en su relación con Israel y se produce en un contexto donde Madrid busca distanciarse del apoyo incondicional a las acciones militares israelíes. Las instalaciones militares estadounidenses han sido históricamente puntos estratégicos para las operaciones norteamericanas en el Mediterráneo. Sin embargo, las autoridades españolas han reafirmado su control total sobre estas bases, citando el acuerdo bilateral que les otorga poder de veto sobre cargas consideradas controvertidas.
Fuentes cercanas al comité hispano-estadounidense que gestiona estas instalaciones han declarado que «Rota y Morón no son un colador; son bases soberanas españolas», enfatizando que cualquier actividad debe ser autorizada por las autoridades locales. La restricción no solo abarca envíos directos de armas a Israel, sino también paradas donde puedan ser redirigidas.
Reacciones y consecuencias internacionales
Pedro Sánchez ha emergido como uno de los críticos más vocales dentro de Europa respecto a las acciones militares israelíes, argumentando que no se trata simplemente de defensa sino de exterminio contra una población indefensa. En este contexto, España formalizó un embargo total contra Israel a principios del mes pasado, lo cual complica aún más el apoyo estadounidense hacia Tel Aviv.
Esta prohibición ha generado una fuerte respuesta por parte del gobierno israelí; el primer ministro Benjamin Netanyahu ha acusado a Sánchez de antisemitismo. Además, el Departamento de Estado estadounidense ha expresado su preocupación ante esta medida, advirtiendo que podría limitar las operaciones militares estadounidenses en territorio español.
Un futuro incierto para las relaciones diplomáticas
A pesar del embargo declarado, España sigue importando armamento israelí bajo condiciones excepcionales relacionadas con la defensa nacional. Esto plantea interrogantes sobre la consistencia del enfoque español frente a Israel. Mientras tanto, Sánchez ha instado a excluir a Israel de competiciones deportivas internacionales, comparando su situación con la exclusión sufrida por Rusia tras su invasión a Ucrania.
La decisión española puede interpretarse como un indicativo del creciente descontento europeo hacia las tácticas bélicas israelíes. A medida que aumentan las tensiones y se intensifica el conflicto en Gaza, surge la pregunta: ¿seguirán otros países europeos el ejemplo español? Con el conflicto sin señales claras de resolución, es posible que este giro diplomático reconfigure alianzas dentro del continente.
La noticia en cifras
Cifra |
Descripción |
€54 million |
Valor de equipo militar israelí importado por España entre octubre de 2023 y mayo de 2025. |
6 |
Número de cazas F-35 cuyo envío fue desviado a través de las Azores en lugar de Morón. |
1988 |
Año del acuerdo bilateral de defensa que otorga a España poder de veto sobre cargas "controversiales". |
€175 million |
Cantidad comprometida por España para ayudar a los refugiados palestinos. |