www.mil21.es
Gabbard revela conspiración de Obama para desestabilizar a Trump
Ampliar

Gabbard revela conspiración de Obama para desestabilizar a Trump

miércoles 23 de julio de 2025, 13:00h

Escucha la noticia

Tulsi Gabbard, directora de Inteligencia Nacional, ha desclasificado documentos que implican a la administración de Barack Obama en la creación de la narrativa de "colusión rusa" en 2016 para socavar la presidencia de Donald Trump. Según Gabbard, Obama y sus asesores ignoraron evaluaciones que indicaban que Rusia no tenía capacidad para hackear elecciones y fabricaron inteligencia falsa para desacreditar a Trump. Figuras clave como Comey y Brennan estarían involucradas en este supuesto complot, que ahora enfrenta un escrutinio legal. Las revelaciones han reavivado el debate sobre la ética en la inteligencia y el abuso de poder político en Estados Unidos. Gabbard advierte que es crucial responsabilizar a quienes manipularon información para proteger la democracia.

La directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard, ha hecho una revelación impactante al desclasificar más de 100 documentos que, según ella, vinculan de manera irrefutable a la administración del expresidente Barack Obama con una "conspiración traicionera" destinada a acusar fraudulentamente a la campaña de Donald Trump en 2016 de colusión con Rusia. Gabbard sostiene que los jefes de inteligencia de Obama ignoraron hallazgos unánimes previos a las elecciones que confirmaban que Rusia no tenía la capacidad para hackear las elecciones estadounidenses, optando en su lugar por crear información errónea que acusaba a Moscú de interferir en favor de Trump.

La excongresista describió esta situación como un "golpe" prolongado diseñado para desestabilizar la presidencia de Trump y socavar el veredicto del Colegio Electoral. En declaraciones realizadas en Fox News, Gabbard afirmó: "Estos documentos fabricados no eran solo inteligencia politizada; buscaban robar la democracia misma". Además, agregó que las órdenes post-electorales de Obama en 2016 para "colocar una bomba de tiempo" de acusaciones falsas constituyen una traición a la Constitución.

Los implicados: Los lugartenientes de Obama orquestaron el engaño

En el centro del informe presentado por Gabbard se encuentra una Evaluación de la Comunidad de Inteligencia (ICA) clasificada del 12 de septiembre de 2016, que afirmaba que las capacidades cibernéticas rusas no representaban una amenaza creíble para los resultados electorales. Sin embargo, los documentos muestran que el equipo de Obama—incluyendo al exdirector del FBI James Comey, al director de la CIA John Brennan, al DNI James Clapper y a la asesora de seguridad nacional Susan Rice—promovieron afirmaciones falsificadas sobre un hacking electoral ruso sostenido.

La trama se complicó cuando Obama supuestamente obligó a sus subordinados a seguir teorías infundadas sobre "colusión", incluso después de que correos electrónicos filtrados revelaran que no había evidencia comprometedora. Esto habría preparado el terreno para la investigación Mueller y años de turbulencias para la Casa Blanca de Trump. Gabbard acusó a Comey de engañar al público, afirmando: "Transformó las evaluaciones de inteligencia en teorías conspirativas para encajar un resultado predeterminado".

Las repercusiones: Responsabilidad y exposición del Estado Profundo

La Fiscal General Pam Bondi ha prometido llevar a cabo una investigación completa sobre posibles cargos por conspiración, lo cual podría extender la responsabilidad legal hasta Obama mismo. El equipo de Gabbard también ha encargado al sucesor del abogado especial Robert S. Mueller III revisar la fallida investigación Durham, que absolvió a Trump pero no abordó la corrupción sistémica en el trabajo del FBI relacionado con Rusia.

Los exfuncionarios del gobierno Trump permanecen divididos ante estas revelaciones. Algunos consideran que son una justicia tardía, mientras que otros las desestiman como teatralidades que evocan reclamos anteriores considerados "sin fundamento". El general retirado Michael Flynn, quien fue blanco del FBI bajo Obama, calificó los hallazgos como "surrealistas", reconociendo: "La verdad duele incluso a aquellos que ya lo sabían".

Descomposición de la verdad: ¿Está en juego la democracia?

Las revelaciones realizadas por Gabbard reavivan el debate sobre si se puede confiar en las agencias de inteligencia estadounidenses bajo cualquier administración. Su enfoque en cuestiones críticas—que incluyen correcciones narrativas y llamados a rendir cuentas—subraya una lucha más amplia por la supervivencia constitucional. Ella argumenta: “Si no procesamos a quienes armamentizan su poder, nada detendrá esto para volver a suceder—sin importar quién ocupe el Despacho Oval”. Este sentimiento resalta una profunda preocupación sobre cómo una autoridad sin control podría permitir futuras administraciones manipular información, silenciar disidencias y erosionar salvaguardias democráticas.

Este incidente pone en evidencia la creciente desconfianza hacia figuras políticas tradicionales e instituciones establecidas, evidenciada por su disposición a emplear tácticas manipulativas para asegurar o mantener el poder. Tales acciones erosionan aún más la confianza pública, especialmente entre las generaciones más jóvenes que están cada vez más desilusionadas con sistemas percibidos como corruptos o irresponsables. El escándalo también ilumina el creciente escepticismo entre los jóvenes adultos—muchos ahora elegibles para votar—hacia líderes que priorizan el interés propio sobre la transparencia. Mientras tanto, los medios convencionales suelen perpetuar narrativas sesgadas sobre tales eventos, a diferencia de fuentes alternativas que buscan presentar una perspectiva centrada en hechos sin filtros.

El camino por delante: ¿Verdad y responsabilidad o más teatro político?

Gabbard ha prometido publicar textos adicionales la próxima semana, incluyendo testimonios de denunciantes y evidencia sobre colusión del Reino Unido en esfuerzos desinformativos. Su éxito depende de transformar este rayo político en un trueno judicial—a tarea desafiante que requiere cooperación por parte de agencias vinculadas a Obama.

Por ahora, el país observa atentamente si este es un momento de justicia largamente esperada o simplemente otro capítulo en los interminables ciclos estadounidenses de culpa partidaria. Como dijo Gabbard: “La única forma de reconstruir la confianza es si cada actor tiene su día en los tribunales—si las circunstancias caen bien, esto podría ser un hito para la democracia”.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios