Taiwán aprueba un presupuesto de defensa histórico de 40 mil millones de dólares
Taiwán ha dado un paso significativo al aprobar un presupuesto de defensa de 40 mil millones de dólares, el más elevado en la historia de la isla. Esta decisión busca contrarrestar las amenazas de invasión por parte de China, mediante la adquisición de sistemas de misiles mejorados con inteligencia artificial, drones y actualizaciones en su red de defensa aérea. La medida se implementará entre 2026 y 2033, elevando el gasto militar a un 3.3% del Producto Interno Bruto (PIB), una cifra que no se había visto desde 2009.
El presidente taiwanés, Lai Ching-te, ha subrayado que “no hay espacio para compromisos en materia de seguridad nacional”. Este presupuesto no solo representa una inversión en armamento, sino también una declaración firme: Taiwán no acepta convertirse en “la Taiwán de China”. Sin embargo, Beijing reaccionó rápidamente, desestimando el gasto como un despilfarro y advirtiendo que podría llevar a la isla a una situación catastrófica.
Un cambio hacia la disuasión militar
Históricamente, el gasto en defensa de Taiwán había permanecido bajo control debido a administraciones que priorizaban la diplomacia con Pekín. No obstante, desde 2016, la creciente agresividad china—que incluye ejercicios militares y acosos económicos—ha forzado a Taiwán a reevaluar su postura defensiva. Esta nueva financiación responde también a la presión ejercida por Estados Unidos para que Taiwán asuma una mayor responsabilidad en su propia defensa.
Raymond Greene, director del Instituto Americano en Taiwán, calificó esta iniciativa como “un paso importante hacia el mantenimiento de la paz y estabilidad en el estrecho de Taiwán al fortalecer la disuasión”. Sin embargo, el contexto es delicado; apenas un día antes, Donald Trump y Xi Jinping discutieron sobre este tema, donde Xi reafirmó que “el retorno de Taiwán a China es parte integral del orden internacional posterior a la guerra”.
La intervención japonesa en el conflicto
Taiwán no está sola en esta contienda. Japón ha comenzado a prepararse abiertamente para un posible conflicto. El Primer Ministro Sanae Takaichi declaró recientemente que un ataque chino contra Taiwán podría desencadenar una intervención militar japonesa, lo que provocó una fuerte reacción por parte de Beijing. China condenó los planes japoneses para desplegar misiles en Yonaguni, una isla situada a solo 110 kilómetros de Taiwán.
Peng Qingen, portavoz de la Oficina de Asuntos de Taiwán del gobierno chino, expresó su descontento afirmando que “el despliegue japonés cerca de Taiwán es extremadamente peligroso”, prometiendo “aniquilar toda interferencia extranjera”. Esta escalada resalta un efecto dominó regional: mientras China intensifica su control, Taiwán, Estados Unidos y Japón están fortaleciendo sus posiciones.
El dilema entre rendición y libertad
Lai ha presentado el presupuesto como una necesidad moral además de militar. “Comprometerse con la agresión solo trae guerra y esclavitud”, advirtió al referirse al destino de Hong Kong bajo el modelo “un país, dos sistemas”. Su gobierno ha delineado un panorama alarmante sobre el espionaje chino y otras tácticas diseñadas para debilitar la voluntad taiwanesa antes incluso del inicio del conflicto armado.
No obstante, no todos los sectores en Taiwán apoyan esta estrategia. El partido opositor Kuomintang (KMT), tradicionalmente pro-Beijing, ha mostrado resistencia ante los aumentos en defensa. Su presidenta Cheng Li-wun expresó: “Queremos mantenernos alejados del fuego bélico”, instando a Lai a reconsiderar su postura. Con un presupuesto militar chino que asciende a 245 mil millones y con miras hacia una posible invasión en 2027, los líderes taiwaneses consideran que no tienen otra opción.
Una advertencia para el mundo democrático
La resistencia taiwanesa va más allá de su propia supervivencia; constituye un caso emblemático sobre cómo enfrentar la expansión autoritaria global. Si Beijing logra someter a Taiwán, enviará un mensaje claro: resistir es inútil. Sin embargo, si Taiwán logra mantenerse firme, podría redefinir las reglas geopolíticas del siglo XXI.
El presupuesto destinado a defensa es arriesgado; sin embargo, es un riesgo que Taiwán considera imprescindible asumir. Como afirmó Lai: solo el pueblo taiwanés puede decidir su futuro. El mundo debe prestar atención porque si Taiwán cae, ninguna democracia estará a salvo.
Fuentes utilizadas:
TheCradle.co
Reuters.com
CNBC.com
TheGuardian.com
La noticia en cifras
| Cifra |
Descripción |
| $40 mil millones |
Presupuesto de defensa aprobado por Taiwán para contrarrestar amenazas de invasión de China. |
| 3.3% |
Porcentaje del PIB que representará el gasto militar de Taiwán tras el nuevo presupuesto. |
| $245 mil millones |
Presupuesto militar de China. |
| 5% |
Porcentaje del PIB que Taiwán se compromete a gastar en defensa para 2030. |