El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha planteado una controvertida afirmación: el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, podría poner fin a la guerra con Rusia "inmediatamente", pero solo si está dispuesto a realizar dos importantes concesiones.
Según Trump, la clave para alcanzar la paz radica en que Ucrania abandone permanentemente sus aspiraciones de membresía en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y ceda territorio a Rusia, incluyendo partes de la región del Donbass. Esta declaración, realizada en su plataforma Truth Social, ha reavivado el debate sobre si Kiev debería negociar con Moscú o continuar luchando mientras las fuerzas rusas mantienen el control de casi una quinta parte del país.
La propuesta de Trump es sencilla, aunque polémica. Él sostiene que el conflicto podría resolverse casi de inmediato si Zelensky acepta los dos términos innegociables. El magnate inmobiliario ha sido un crítico constante de la posible adhesión de Ucrania a la alianza militar occidental, un punto crucial para Rusia desde el inicio del conflicto.
Demandas y repercusiones
Trump argumenta que la expansión de la OTAN hacia Ucrania fue una provocación que Moscú nunca toleraría. Al descartar esta posibilidad, considera que Rusia perdería su principal justificación para la invasión.
La segunda demanda es aún más dolorosa para Kiev: Ucrania debe ceder formalmente el control del Donbass, específicamente las áreas restantes bajo control ucraniano en Donetsk, así como otras regiones ocupadas como Crimea, que Rusia anexó en 2014. A cambio, Moscú supuestamente acordaría congelar las líneas del frente y detener avances adicionales.
Trump expresa su lógica de manera directa al afirmar que "Rusia es una potencia muy grande y [Ucrania] no lo es". Además, aconseja a Zelensky llegar a un acuerdo antes de que Rusia capture aún más territorio.
Reuniones secretas entre Trump y Putin
Los recientes comentarios de Trump se producen tras una reunión crucial con el presidente ruso Vladimir Putin en Alaska. Este encuentro marcó las primeras conversaciones cara a cara entre ambos líderes desde la invasión a gran escala de Rusia sobre Ucrania en 2022.
Aunque los detalles son escasos, fuentes cercanas a las discusiones indican que Trump y Putin exploraron un posible marco para la paz que se alinea estrechamente con las demandas históricas de Moscú. Informes sugieren que Putin ofreció congelar la mayoría de las líneas del frente si Ucrania entregaba todo Donetsk.
Zelensky rechazó rotundamente esta propuesta. La constitución ucraniana prohíbe actualmente las concesiones territoriales y Kiev considera ciudades como Sloviansk y Kramatorsk como bastiones defensivos críticos ante futuros avances rusos. Sin embargo, Trump parece haber cambiado su postura durante las conversaciones en Alaska.
Dilema para Zelensky: ¿rendirse o seguir luchando?
Para Zelensky, la propuesta de Trump representa un desafío significativo. Desde su llegada al poder en 2019, ha presentado la guerra como una lucha existencial por la soberanía ucraniana. Ceder territorio —especialmente Crimea— sería políticamente desastroso.
Las encuestas indican que la gran mayoría de los ucranianos se opone a cualquier acuerdo territorial por considerarlo una traición. No obstante, la presión sobre Zelensky aumenta; Trump lo ha convocado a la Casa Blanca para discutir los términos propuestos.
El argumento pragmático de Trump resalta que Ucrania enfrenta escasez de municiones y que el apoyo occidental está disminuyendo mientras las fuerzas rusas continúan desgastando las defensas ucranianas. Si Kiev no negocia ahora, advierte Trump, podría perder mucho más en el futuro.
Alternativas occidentales: garantías de seguridad sin OTAN
Ante la reticencia de Ucrania a ceder territorio, algunos funcionarios occidentales están considerando un compromiso basado en garantías de seguridad fuera del marco de la OTAN. El enviado especial estadounidense Steve Witkoff sugirió recientemente esta posibilidad durante una entrevista.
El primer ministro canadiense Mark Carney también ha respaldado esta idea, calificando las garantías de seguridad como "esenciales para cualquier paz justa y duradera". Esta propuesta incluiría envíos de armas, intercambio de inteligencia y ayuda económica diseñadas para disuadir futuras agresiones rusas.
No obstante, Putin ha mostrado escepticismo al respecto. Aunque coincidió con Trump en Alaska sobre la necesidad de garantizar la seguridad ucraniana, se opone desde hace tiempo a cualquier presencia militar extranjera en el país. Su definición sobre "garantías de seguridad" puede diferir significativamente respecto a lo que propone Occidente.
La intervención de Trump ha puesto al descubierto profundas divisiones sobre cómo finalizar el conflicto. Los críticos advierten que si Ucrania entrega Donbass y Crimea, Putin podría reagruparse y atacar nuevamente con mayor ímpetu debido a sus conquistas anteriores.
A pesar de esto, quienes apoyan el plan propuesto por Trump sostienen que la alternativa a una guerra prolongada es aún peor. Con un aumento en las bajas ucranianas y un creciente desgaste occidental, creen que un acuerdo negociado —por doloroso que sea— es el único camino realista hacia la paz.