A pesar de los ataques coordinados entre Estados Unidos e Israel el 22 de junio, que incluyeron bombardeos con bombas penetrantes y misiles Tomahawk, funcionarios israelíes sostienen que parte del uranio enriquecido al 60 por ciento de Irán permanece intacto y enterrado, posiblemente en Isfahan. Esta situación ha generado preocupaciones sobre la posibilidad de un resurgimiento nuclear en la región.
Israel ha comenzado a prepararse para una acción militar directa contra Irán a finales de 2024, citando un acelerado proyecto secreto de armas nucleares. Este cambio en la estrategia se intensificó tras el asesinato del líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, lo que llevó a Irán a supuestamente acelerar sus esfuerzos nucleares.
Preocupaciones sobre el arsenal nuclear iraní
Los funcionarios israelíes rechazan las afirmaciones del Organismo Internacional de Energía Atómica (IAEA) que indican que Irán trasladó parte de su stockpile de uranio antes de los ataques. En cambio, insisten en que el material sigue enterrado y es inaccesible incluso para las armas más poderosas de Estados Unidos.
La inteligencia estadounidense, inicialmente escéptica, ahora se alinea más estrechamente con Israel, reconociendo la incertidumbre sobre la capacidad de Irán para reconstruir su programa nuclear, especialmente a través de operaciones dispersas y más difíciles de detectar.
El expresidente Donald Trump afirma que el programa nuclear iraní fue "aniquilado" bajo la operación Midnight Hammer y asegura que Estados Unidos está preparado para la paz, pero también listo para atacar nuevamente si Irán representa una amenaza futura.
Reacciones internacionales y declaraciones oficiales
La inteligencia israelí ha llegado a la conclusión de que una porción del stockpile subterráneo de uranio altamente enriquecido podría haber sobrevivido a los ataques coordinados. Esto podría permitir que ingenieros nucleares iraníes accedan a este material crítico.
Un alto funcionario israelí, quien habló bajo condición de anonimato debido a la sensibilidad del tema, indicó que Israel había comenzado a preparar acciones militares unilaterales contra Irán en respuesta a lo que se describe como una "carrera por construir una bomba". Las preparaciones se intensificaron tras el ataque mortal contra Nasrallah.
A pesar del impacto devastador de los ataques del 22 de junio, donde bombarderos B-2 estadounidenses lanzaron bombas penetrantes y misiles Tomahawk desde submarinos, se cree que parte del uranio enriquecido al 60 por ciento sigue enterrado —pero intacto— en su instalación en Isfahan y posiblemente en otros sitios. Este nivel de enriquecimiento es casi equivalente al grado armamentista y podría ser utilizado para fabricar ojivas nucleares si se procesa aún más.
Declaraciones sobre el estado del programa nuclear iraní
Los funcionarios israelíes afirman tener la capacidad para detectar cualquier intento de recuperar el material enterrado y están preparados para actuar nuevamente. Sin embargo, la supervivencia del uranio enriquecido genera temores sobre un esfuerzo prolongado y encubierto por parte de Irán para reconstruir lo perdido.
Mientras tanto, el director general del IAEA, Rafael Grossi, considera posible que parte del uranio haya sido trasladado fuera de Isfahan; no obstante, los funcionarios israelíes argumentan que nada fue removido y que el uranio permanece profundamente enterrado e inaccesible incluso para las armas más avanzadas estadounidenses.
En este contexto internacional tenso, las declaraciones del presidente Trump resaltan su firme postura respecto al programa nuclear iraní. Según él, este ha sido "aniquilado", aunque advierte que Estados Unidos está listo para actuar si es necesario.