Google ha intensificado su compromiso con la energía nuclear como parte de su estrategia para mitigar el impacto ambiental de sus crecientes operaciones de inteligencia artificial (IA). Sin embargo, analistas y críticos advierten que los detalles son poco claros y el cronograma es preocupantemente distante. El 7 de mayo, la empresa tecnológica anunció una asociación con el desarrollador nuclear Elementl Power para avanzar en tres posibles sitios de reactores de fisión en Estados Unidos, comprometiendo capital inicial para preparar estos lugares para reactores que cada uno tendría una capacidad de 600 megavatios. Esta iniciativa sigue a un acuerdo previo de Google con Kairos Power en octubre de 2024, que busca implementar sus pequeños reactores modulares de sal fundido (SMR) para 2030.
La apuesta nuclear de los gigantes tecnológicos
Las asociaciones duales de Google reflejan un cambio estratégico hacia la energía nuclear como un posible elemento clave para alcanzar sus objetivos climáticos. Kairos Power, una startup respaldada por inversores como Microsoft, se especializa en reactores de sal fundido (MSR), que utilizan combustible líquido en lugar de sólido, lo que permite una operación más segura a temperaturas más altas y un enfriamiento pasivo. Estas características podrían mejorar la eficiencia, aunque la tecnología aún no ha sido probada a gran escala. Por su parte, Elementl Power, liderada por Christopher Colbert (exjefe de NuScale Power), tiene como objetivo utilizar diseños avanzados de SMR que prometen un despliegue más rápido que los reactores tradicionales.
No obstante, el acuerdo con Elementl enfrenta ambigüedades: no se ha finalizado ningún diseño específico del reactor, los sitios permanecen sin divulgar y los obstáculos regulatorios—como la obtención de licencias del Comité Regulador Nuclear (NRC) para tecnologías novedosas—podrían extender aún más los plazos. Kairos también enfrenta desafíos similares; aunque ha asegurado financiamiento federal y permisos iniciales, su hoja de ruta para entregar sus primeros reactores comerciales para 2030 depende en gran medida del escalado de sistemas no probados y del complicado proceso de aprobación del NRC.
La crisis energética impulsada por la IA y su impacto climático
El giro hacia la energía nuclear ocurre en medio de un reconocimiento sobre el elevado consumo energético del sector tecnológico. El informe ambiental de Google para 2024 reveló un aumento del 13% en las emisiones anuales de gases de efecto invernadero, impulsadas por la expansión de centros de datos destinados al entrenamiento de IA. Las emisiones han aumentado casi un 50% en cinco años, lo que subraya el dilema entre innovación y sostenibilidad.
La demanda energética generada por los centros de datos impulsados por IA es asombrosa. Las instalaciones modernas, con una media aproximada de 200 MW cada una—seis veces más que el promedio en 2015—se proyecta que consuman 3,500 teravatios-hora adicionales a nivel global para 2027, según McKinsey. La inversión planificada por Google de $75 mil millones hasta 2025 en servidores e infraestructura amplifica esta demanda. Aunque el gigante tecnológico afirma que el 90% de su energía proviene de fuentes renovables, existen dudas sobre si esto incluye las emisiones indirectas (Scope 3). Críticos como el Consejo de Energía Limpia señalan que los centros aún dependen frecuentemente de combustibles fósiles durante períodos pico debido a la intermitencia renovable y al rezago en el almacenamiento energético.
Los SMRs: ¿solución mágica o sueño inalcanzable?
Los SMRs, inicialmente considerados revolucionarios por su tamaño compacto y diseño modular, ahora enfrentan cuestionamientos sobre su escalabilidad. La cancelación del proyecto Idaho por parte de NuScale en 2023—a un costo estimado de $3.4 mil millones—resaltó los riesgos financieros y técnicos asociados. Además, el retraso acumulado del planta Vogtle durante trece años añade presión sobre el ya complicado historial nuclear.
A pesar del respaldo empresarial hacia la meta del Asociación Mundial Nuclear para triplicar la capacidad nuclear para 2050, estas realidades son ignoradas. Los SMRs probablemente no estarán disponibles antes de 2030, años después del explosivo aumento en las necesidades energéticas provocadas por la IA. Según The Register, “los reactores avanzados son una solución a largo plazo para un problema inmediato”. Las plantas a gas natural, aunque contaminantes pero rápidas en su implementación, están llenando este vacío y complicando aún más los objetivos climáticos.
Oposición local y barreras económicas
La resistencia pública y regulatoria complica aún más los planes nucleares. Conflictos sobre uso del suelo, preocupaciones sobre almacenamiento seguro de residuos nucleares y desconfianza respecto a la seguridad en nuevos reactores podrían retrasar la selección adecuada de sitios. Por ejemplo, la instalación propuesta por Kairos en Huntsville, Alabama, enfrenta protestas debido a su proximidad a áreas residenciales. Aun así, el costo sigue siendo prohibitivo: se estima que los SMRs podrían acercarse a $1 mil millones por unidad de 300 MW, muy por encima del costo estimado para proyectos eólicos ($500 millones por cada 1,000 MW).
Plegarias corporativas climáticas en peligro
El aplazamiento por parte de Microsoft hacia su meta “carbono negativo” para 2030 refleja una problemática generalizada dentro del sector. Los defensores sostenibles argumentan que “la revolución AI apenas ha comenzado”, mientras las promesas climáticas corporativas se desmarcan cada vez más de la realidad. La ONG Ceres advierte que las grandes empresas tecnológicas deben comprometerse al uso del 100%% energía renovable e invertir en descentralización energética para contrarrestar la huella dejada por la IA.
Cruzando caminos hacia la innovación
Las apuestas nucleares realizadas por Google subrayan el delicado equilibrio entre innovación y sostenibilidad. Si bien las asociaciones buscan catalizar el desarrollo del SMR, su éxito depende fundamentalmente superar obstáculos regulatorios, barreras económicas y escepticismo público. Como señala Michael Terrell, director sostenible: “Sin energía base escalable, la descarbonización sigue siendo una ilusión”.
A medida que avanza esta situación crítica mundialmente observada—y esperada—con carbón y gas dominando aún el panorama energético actual; las promesas climáticas tecnológicas descansan sobre tecnologías nucleares no comprobadas.
Fuentes utilizadas para este artículo incluyen:
WattsUpWithThat.com
TheRegister.com 1
TheRegister.com 2
TheGuardian.com
La noticia en cifras
Cifra |
Descripción |
13% |
Aumento de emisiones de Google en 2024 año tras año. |
3,500 TWh |
Aumento proyectado en la demanda global de energía para 2027 debido a la infraestructura de IA. |
$1B |
Costo aproximado por unidad de SMR (300MW). |
$500M |
Costo aproximado por 1,000MW de proyectos eólicos. |
50% |
Aumento de las emisiones de Google en cinco años. |