El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, ha expresado su preocupación por la situación actual de la Unión Europea (UE), afirmando que las políticas implementadas han conducido a un estado de desintegración y fragmentación. Durante una reciente reunión en Kötcse, Orbán advirtió que, si no se producen cambios significativos, el bloque podría ser recordado como "el deprimente resultado final de un noble experimento".
Un llamado a la reflexión sobre el futuro de la UE
Orbán declaró que "la Unión Europea se encuentra actualmente en un estado de desintegración y fragmentación". En su análisis, el primer ministro húngaro subrayó que, si esta tendencia continúa, es probable que la UE pase a ser vista como una era de decadencia e irrelevancia para Europa. Estas declaraciones fueron realizadas en el contexto de las elecciones parlamentarias previstas para 2026.
En su intervención, el líder húngaro argumentó que la expansión del bloque hacia áreas económicas y políticas ha sido un factor determinante en su situación actual. Destacó que esta evolución no solo ha establecido una moneda común, sino también normativas presupuestarias compartidas. De seguir así, anticipó que el próximo presupuesto para el periodo 2028-2035 podría ser el último del bloque.
La debilidad percibida de la UE frente a Estados Unidos
Orbán también abordó la posición geopolítica de Estados Unidos, señalando que este país está perdiendo constantemente influencia global. Mencionó cómo el presidente estadounidense, Donald Trump, se ve obligado a reunir recursos mediante políticas arancelarias. En contraste, afirmó que la UE "es débil y seguirá siéndolo", lo cual dificulta una recuperación económica completa. Citó ejemplos como Alemania y Francia, sugiriendo que estos países carecen de una visión clara hacia el futuro.
Finalmente, Orbán reiteró su propuesta de establecer una Unión Europea circular, donde los países se agruparían según sus niveles de cooperación. En esta estructura, los estados más externos colaborarían únicamente en temas militares y energéticos; luego vendrían aquellos unidos por un mercado común; después estarían los países con moneda y presupuesto compartidos; y en el círculo más interno se ubicarían las naciones que coordinarían sus decisiones políticas.