Un reciente avance en la investigación sugiere que el benceno sódico, un conservante alimentario común, podría tener un impacto positivo en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer. En dosis más elevadas, entre 750 y 1,000 mg diarios, se observó una mejora en la función cognitiva y una reducción en los niveles de beta-amiloide en pacientes diagnosticados con esta patología neurodegenerativa.
Este conservante parece proteger las células cerebrales al bloquear enzimas que degradan un neurotransmisor clave, la D-serina, además de reducir el estrés oxidativo. Hasta el momento, no se han reportado efectos secundarios significativos; las dosis utilizadas superan el consumo dietético habitual, pero son coherentes con estudios previos relacionados con la esquizofrenia.
Un enfoque innovador para un problema antiguo
El estudio aleatorizado, dirigido por el Dr. Hsien-Yuan Lane de la Universidad Médica de China, incluyó a 149 pacientes de entre 50 y 90 años con Alzheimer leve. Estos fueron asignados a recibir placebo o diferentes dosis de benceno sódico durante seis meses. Los resultados mostraron que aquellos que recibieron las dosis más altas presentaron mejoras significativas en la memoria y una disminución notable en los niveles de beta-amiloide 1–40 en sangre, un indicador característico de la enfermedad.
El Dr. Thomas Holland, investigador clínico del Instituto Rush para el Envejecimiento Saludable, subrayó la importancia del benceno sódico: “Puede eliminar residuos de amiloide y proteger la comunicación celular, a diferencia de los medicamentos actuales que solo se centran en el amiloide”. La dosis más baja no mostró efectos positivos, lo que sugiere una relación entre la dosis y la respuesta terapéutica.
Mecanismos posibles: pistas en la maquinaria celular
Aunque los mecanismos exactos del benceno sódico aún están siendo investigados, algunos indicios surgen de investigaciones previas. Este compuesto parece:
- Proteger neurotransmisores clave: Al bloquear la enzima D-aminoácido oxidasa, preserva la D-serina, esencial para la comunicación neuronal. Niveles bajos de D-serina están relacionados con Alzheimer y esquizofrenia.
- Neutralizar el estrés oxidativo: Sus efectos antioxidantes podrían proteger a las neuronas del daño y aumentar proteínas beneficiosas como catalasa y glutatión.
- Reducir la inflamación: Disminuye la hiperactividad de las células inmunitarias cerebrales asociadas con neurodegeneración.
Cambio potencial: seguridad, costo y accesibilidad
A diferencia de los medicamentos actuales para Alzheimer, que pueden costar miles anuales y presentan riesgos como hinchazón cerebral, el benceno sódico es administrado por vía oral y es económico. Durante el ensayo clínico no se reportaron efectos secundarios graves.
Lane mencionó investigaciones anteriores sobre esquizofrenia donde se administraron hasta 2,000 mg/día sin problemas significativos. Sin embargo, enfatizó que es necesario proceder con cautela: “Debemos realizar ensayos más amplios para entender su seguridad a largo plazo”. Actualmente, aunque se permite su uso en alimentos hasta un 0.1%, las dosis terapéuticas recomendadas son considerablemente superiores al consumo dietético habitual.
Perspectivas futuras: superando barreras para su aplicación
A pesar del optimismo generado por estos hallazgos preliminares, persisten desafíos. Medir el amiloide en sangre complica las comparaciones con pruebas estándar para Alzheimer como punciones lumbares o escáneres PET. Holland compara esto con “evaluar contaminación fluvial para inferir actividades aguas arriba—informativo pero no definitivo”.
Los estudios futuros deberán vincular reducciones en amiloide sanguíneo con resultados clínicos tangibles como una desaceleración en la progresión demencial. Además, serán necesarios ensayos a gran escala para confirmar estos beneficios y monitorear su seguridad a largo plazo.
Un camino hacia una atención accesible para la demencia
El potencial del benceno sódico podría transformar este conservante común en una terapia innovadora. Su seguridad y accesibilidad coinciden con necesidades urgentes para soluciones asequibles frente al Alzheimer, una enfermedad que afecta a millones de personas.
No obstante, es fundamental contar con evidencia robusta que relacione biomarcadores sanguíneos con salud cerebral y establezca su eficacia a largo plazo. Por ahora, este estudio destaca una posibilidad emocionante: el camino desde nuestra mesa hacia tratamientos efectivos contra la demencia podría ser más corto de lo que imaginamos.
La noticia en cifras
Cifra |
Descripción |
750–1,000 mg/día |
Dosis de benzoato de sodio que mejoró la función cognitiva en pacientes con Alzheimer. |
149 |
Número de pacientes en el ensayo clínico. |
24 semanas |
Duración del tratamiento en el ensayo clínico. |
500 mg |
Dosis más baja administrada que no mostró efecto significativo. |