El rey Carlos y la reina Camila han llegado a Canadá para brindar apoyo al país ante las amenazas de Donald Trump.
La monarquía británica aterrizó en Ottawa, dando inicio a una visita simbólica de dos días. Este viaje es interpretado como un mensaje de respaldo hacia Canadá frente a los desafíos y provocaciones del presidente estadounidense.
Encuentro con el Primer Ministro
El primer ministro Mark Carney recibió a la pareja real en la pista del aeropuerto de la capital canadiense. Carney ha elogiado al rey como un “defensor inquebrantable” de Canadá, especialmente tras las amenazas que Trump ha dirigido hacia su economía y soberanía.
En un ambiente cálido y soleado, rodeados de banderas canadienses, el rey y la reina fueron recibidos con una mezcla de guardia ceremonial y una reunión comunitaria. La policía montada real canadiense, vestida con chaquetas rojas, se unió a grupos de escolares que esperaban ansiosos conocer a la pareja real, mientras una banda amenizaba el encuentro con música.
Visita histórica
Entre los asistentes también se encontraban representantes de las comunidades indígenas de Canadá, incluyendo un grupo algonquino que tocaba tambores. Esta es la primera visita del rey y la reina a Canadá desde el inicio de su reinado.
Durante su estadía, participarán en un festival comunitario antes de sostener una reunión formal con el primer ministro Carney. Sin embargo, el objetivo principal de esta visita es el “Discurso desde el Trono” que el rey ofrecerá ante el Parlamento canadiense el martes; será la primera vez en casi 50 años que un monarca realiza este acto.
Afirmación de soberanía
Se anticipa que su discurso defenderá la soberanía canadiense y rechazará cualquier afirmación sobre una posible anexión por parte de Estados Unidos. El rey sigue así los pasos de su madre, la reina Isabel II, quien pronunció este discurso en 1977 y abrió el Parlamento canadiense en 1957.
La oportunidad de esta visita se considera un signo de solidaridad con Canadá, especialmente tras los recientes comentarios de Trump sugiriendo que el país debería convertirse en el 51º estado estadounidense. Esta amenaza ha generado reacciones entre los ciudadanos canadienses, quienes han comenzado a exhibir símbolos de identidad nacional como carteles que dicen “Orgullosamente Canadiense”.
Mensaje contundente
Carney enfatizó durante su reciente visita a Trump en la Casa Blanca que Canadá “no está en venta”, mensaje que probablemente se reflejará en el discurso del rey, redactado bajo el consejo del gobierno canadiense. Jeremy Kinsman, ex alto comisionado canadiense en Reino Unido, afirmó que este es un mensaje que al rey le complacería transmitir.
Kinsman expresó: “Va a ser muy afirmativo respecto a la soberanía canadiense. Y puedo decir personalmente que es algo que al rey Carlos le alegrará decir. No tengo dudas”. El discurso será presentado tanto en francés como en inglés y delineará la agenda política del gobierno canadiense similar al Discurso del Rey durante la Apertura Estatal del Parlamento en Westminster.