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Informe revela que políticas canadienses contra COVID-19 están relacionadas con aumento de muertes inexplicables
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Informe revela que políticas canadienses contra COVID-19 están relacionadas con aumento de muertes inexplicables

lunes 15 de septiembre de 2025, 17:00h

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Un nuevo informe de la Justice Centre for Constitutional Freedoms (JCCF) en Canadá cuestiona la narrativa oficial sobre la pandemia, argumentando que las políticas gubernamentales, no el virus, fueron responsables de un aumento alarmante en las muertes inesperadas. Según el análisis, se registraron más de 31,000 muertes en exceso en 2022, después de que finalizaran los confinamientos y la mayoría de la población estuviera vacunada. El informe también sugiere que las estadísticas de mortalidad por COVID-19 fueron infladas al clasificar erróneamente alrededor de 10,000 muertes de ancianos por otras enfermedades como fallecimientos por COVID-19. Además, destaca el impacto devastador de los confinamientos, incluyendo un aumento en las muertes por sobredosis y problemas relacionados con el alcohol. La JCCF pide mayor transparencia gubernamental y una investigación independiente sobre los daños causados por estas políticas. Para más detalles, visita el enlace a la noticia completa.

Un informe elaborado por una destacada organización canadiense de defensa de los derechos civiles desafía la narrativa oficial sobre la respuesta del país a la pandemia, afirmando que las políticas gubernamentales, más que el virus en sí, fueron un factor determinante en el aumento catastrófico de muertes inesperadas. Este análisis revela un incremento en las muertes excesivas que superó las 31,000 en 2022, tras el levantamiento de los confinamientos y con la mayoría de la población vacunada, cifra que es más del doble comparado con 2020.

El informe acusa a las autoridades de haber inflado significativamente las estadísticas de mortalidad por COVID-19 al clasificar erróneamente alrededor de 10,000 muertes de ancianos por otras dolencias comunes como fallecimientos atribuibles al virus. Además, se detalla un devastador impacto secundario derivado de los confinamientos, incluyendo un aumento en las muertes por sobredosis de drogas y alcohol, así como retrasos en procedimientos médicos, junto con un preocupante número de muertes entre jóvenes por «causas desconocidas».

Un análisis crítico de las cifras oficiales

El informe titulado «Post-COVID Canadá: El aumento en muertes inesperadas», publicado por el Justice Centre for Constitutional Freedoms (JCCF) el 3 de septiembre, pinta un panorama alarmante sobre el daño colateral causado por las políticas de confinamiento y vacunación. Según el documento, miles de canadienses no murieron a causa del virus, sino debido a las profundas consecuencias sociales y sanitarias resultantes de las medidas adoptadas por el gobierno.

Uno de los hallazgos centrales del JCCF se centra en el notable aumento de lo que los estadísticos denominan «muertes excesivas», una cifra que representa el número total de fallecimientos superiores a lo que normalmente se espera según datos históricos. Contrario a la creencia generalizada que sostiene que la mayor cantidad de muertes ocurrió en 2020, los datos revelan una tendencia más perturbadora. En 2020 se registraron 14,950 muertes inesperadas, cifra que disminuyó ligeramente a 13,510 en 2021. Sin embargo, en 2022 —después del fin mayoritario de los confinamientos y con una alta tasa de vacunación— el número se disparó a 31,370 muertes inesperadas.

Desclasificación errónea y efectos secundarios

Una acusación clave dentro del informe es que los conteos oficiales de muertes por COVID-19 fueron sistemáticamente inflados. El JCCF concluye que aproximadamente 10,000 muertes entre ancianos durante 2020 y 2021 fueron clasificadas erróneamente como fatales por COVID-19. Esta afirmación está respaldada por una anomalía estadística notable: durante esos años, Canadá experimentó un número significativamente menor de muertes esperadas por enfermedades comunes como infecciones respiratorias y enfermedades degenerativas del sistema nervioso.

El informe sugiere que aquellas muertes que habitualmente habrían sido atribuidas a estas condiciones crónicas fueron registradas como COVID-19, creando así una imagen engañosa sobre la letalidad directa de la pandemia e ignorando los efectos colaterales derivados del colapso del sistema sanitario.

La relación entre vacunas y mortalidad

A medida que avanza la discusión sobre la efectividad gubernamental frente al COVID-19, surgen datos que correlacionan el despliegue de vacunas con un aumento en las muertes por COVID-19. Para finales de 2021, más del 80% de los canadienses estaban completamente vacunados. No obstante, en 2022 se registraron muertes relacionadas con COVID-19 alcanzando un máximo histórico de 19,906 casos, lo cual representa un incremento del 22% respecto al total registrado en 2020. Esta tendencia pone en tela de juicio la efectividad real de las vacunas para prevenir mortalidad y coincide con datos globales emergentes que sugieren una rápida disminución en su eficacia.

Más allá del virus y cuestionamientos sobre la efectividad vacunal, el informe también destaca los devastadores impactos secundarios provocados por los confinamientos. Las muertes vinculadas a sobredosis de drogas y enfermedades relacionadas con el alcohol aumentaron considerablemente durante períodos caracterizados por estrictas medidas sanitarias. Estas «muertes desesperadas» y aquellas resultantes del acceso limitado a servicios médicos críticos representan un costo trágico asociado a políticas restrictivas.

Llamado a la rendición de cuentas

Benjamin Klassen, coordinador de investigación y educación del JCCF y autor principal del informe, declaró que los gobiernos fallaron en proteger vidas y contribuyeron a miles de muertes prevenibles mediante políticas restrictivas. El informe emite tres recomendaciones principales: proporcionar datos sobre fallecimientos oportunos y precisos; llevar a cabo una investigación independiente sobre los daños causados por los confinamientos y las vacunas; y promulgar legislación para proteger la libertad de expresión para aquellos profesionales médicos que disienten.

El informe del JCCF representa una crítica contundente hacia la gestión pandémica en Canadá. Asegura que el legado del COVID-19 no es solo un brote vírico sino también una crisis generada por el hombre caracterizada por mortalidad excesiva, datos mal representados y erosión de la confianza pública. A medida que el país avanza hacia adelante, es probable que crezca la demanda por un examen exhaustivo acerca de estas políticas y sus verdaderos costos humanos.

La noticia en cifras

Año Muertes Inesperadas Comentarios
2020 14,950 Muertes inesperadas registradas.
2021 13,510 Muertes inesperadas registradas.
2022 31,370 Aumento significativo después de terminar los confinamientos y con la mayoría vacunada.
- 10,000 Muertes mal clasificadas como COVID-19 entre ancianos.
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