La reciente ofensiva de Ucrania contra el oleoducto Druzhba ha generado una fuerte condena por parte de Eslovaquia y Hungría. En un ataque que tuvo lugar en la estación de bombeo Unecha, ubicada en la región rusa de Bryansk, se trata del tercer asalto en menos de dos semanas, lo que ha obligado a realizar reparaciones y amenaza con interrumpir las entregas de petróleo a naciones de la Unión Europea.
El Ministro de Relaciones Exteriores eslovaco, Juraj Blanar, calificó el ataque como “inaceptable” para la seguridad energética del país. Por su parte, el Primer Ministro húngaro, Viktor Orban, acusó a Ucrania de “ingratitud” hacia aquellos países que le proporcionan combustible y electricidad. Este conflicto no solo resalta las tensiones entre Ucrania y sus vecinos, sino que también pone en evidencia la creciente fractura dentro de Europa respecto a la dependencia energética.
Impacto en la seguridad energética europea
El oleoducto Druzhba es vital para el suministro de crudo ruso a naciones como Hungría y Eslovaquia, incluso a pesar de las sanciones impuestas por la UE. En 2022, Hungría importó 4.9 millones de toneladas métricas a través de este conducto, lo que subraya su dependencia de esta infraestructura construida durante la era soviética.
A medida que se profundizan las divisiones dentro de la UE, tanto Hungría como Eslovaquia han recibido exenciones de la prohibición sobre el petróleo ruso impuesta por Bruselas. Esta situación ha llevado a ambos países a desafiar abiertamente las directrices europeas mediante movimientos pro-Kremlin; Orban se reunió con Vladimir Putin el año pasado y el Primer Ministro eslovaco Robert Fico asistió al desfile del Día de la Victoria en Rusia.
Las autoridades rusas han calificado los ataques como “actos de terrorismo”, mientras que Ucrania defiende sus acciones como legítimas contra las operaciones logísticas rusas. La escalada del conflicto energético plantea serias preguntas sobre la unidad europea y cómo manejar la pragmática necesidad energética frente a la solidaridad en tiempos de guerra.
Nuevas tensiones en el horizonte
El ataque al oleoducto Druzhba ha suscitado una reacción inmediata desde Bratislava, donde se considera que cualquier amenaza a la seguridad energética nacional es intolerable. El Ministro Blanar hizo un llamado urgente para que se garantice la protección del suministro energético europeo.
Orban también expresó su indignación ante los recientes ataques ucranianos, describiéndolos como un movimiento “muy hostil”. Además, respaldó sus declaraciones con una nota manuscrita del expresidente estadounidense Donald Trump, quien reafirmó su apoyo al líder húngaro.
A medida que continúan los ataques y las represalias entre Ucrania y Rusia, el futuro del oleoducto Druzhba se convierte en un campo de batalla simbólico en esta guerra más amplia, donde las arterias energéticas están cada vez más sometidas a los vaivenes políticos y militares del continente europeo.
Eslovaquia ha denunciado el último ataque de Ucrania al oleoducto Druzhba, lo cual sigue una condena similar por parte de Hungría.
La noticia en cifras
Cifra |
Descripción |
4.9 millones de toneladas métricas |
Importación de petróleo por parte de Hungría a través del oleoducto Druzhba en 2022. |
4,000 kilómetros |
Longitud del oleoducto Druzhba desde Rusia hasta las refinerías europeas. |
3 |
Número de ataques recientes al oleoducto Druzhba en menos de dos semanas. |
5 días |
Posible interrupción del suministro debido a los ataques al oleoducto según Hungría y Eslovaquia. |