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Activista brasileña podría enfrentar 25 años de prisión por llamar 'hombre' a política trans
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Activista brasileña podría enfrentar 25 años de prisión por llamar "hombre" a política trans

lunes 28 de julio de 2025, 13:09h

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Isabela Cêpa, una activista feminista brasileña, enfrenta una condena de 25 años de prisión por llamar "hombre" a una política trans que es biológicamente masculina. La acusación se basa en una controvertida ley de racismo de 1989, ampliada por el Tribunal Supremo de Brasil para incluir la identidad de género. Este caso, que resalta las tensiones entre la libertad de expresión y las reinterpretaciones legales basadas en la identidad, comenzó tras críticas de Cêpa a los medios que presentaron a Érika Hilton como la "mujer más votada" en las elecciones municipales. La situación ha generado un debate sobre el uso del derecho penal para silenciar disidencias y ha llevado a Cêpa al exilio en Europa, donde teme ser perseguida. Su caso representa un peligroso precedente para la libertad de expresión y los derechos civiles.

La activista feminista brasileña Isabela Cêpa se enfrenta a una condena de hasta 25 años de prisión por afirmar que una política transexual, que fue biológicamente hombre, es un “hombre”. Esta acusación se basa en una controvertida ley de racismo de 1989, la cual ha sido ampliada retroactivamente por el Tribunal Supremo de Brasil para sancionar discursos relacionados con la identidad de género. El caso de Cêpa, reportado inicialmente en 2022, pone de manifiesto las crecientes tensiones entre los derechos a la libertad de expresión y las reinterpretaciones legales basadas en la identidad.

La persecución judicial contra Cêpa comenzó tras su crítica a la cobertura mediática que presentaba a Érika Hilton, una política transexual, como la “mujer más votada” en las elecciones del concejo municipal de São Paulo. Observadores legales advierten que este caso podría sentar un peligroso precedente al criminalizar la disidencia frente a narrativas sobre ideología de género.

Un contexto complejo: La reconfiguración legal

En un claro ejemplo de abuso judicial, el Tribunal Supremo Federal (STF) busca encarcelar a Cêpa por hasta 25 años por haber calificado a un político biológicamente masculino como “hombre”. Las acusaciones se fundamentan en la Ley Antirracismo de 1989, diseñada originalmente para combatir la discriminación racial. Este enfoque marca un nuevo capítulo en la lucha global entre la libertad de expresión y las políticas identitarias.

Cêpa, quien tiene 32 años, generó controversia en 2020 al cuestionar los titulares que celebraban a Hilton como la “mujer más votada” en las elecciones municipales. Su publicación crítica en Instagram desató una avalancha mediática que resultó en acoso, cargos criminales y finalmente su exilio forzado. La decisión del STF de utilizar retroactivamente esta ley ha sido criticada como un intento de silenciar voces disidentes y politizar el sistema judicial.

Las implicaciones del caso: Un ataque a la libertad de expresión

El conflicto legal se intensificó cuando Cêpa recibió información sobre su situación no a través del sistema judicial, sino mediante un periodista. Aunque tanto el fiscal como el juez habían desestimado previamente las acusaciones como no criminales, el STF tomó control del caso en 2023, afirmando su autoridad para ampliar el alcance de la ley sin necesidad de aprobación legislativa.

La redefinición del concepto de “racismo” para incluir la identidad de género se remonta a 2019, cuando el STF dictaminó que la discriminación hacia ciudadanos transgénero se considera parte del “racismo social”, aunque la ley original solo mencionaba raza, religión y etnicidad. Críticos sostienen que esta reinterpretación sienta un precedente peligroso que socava las garantías constitucionales.

Exilio y búsqueda de justicia: La lucha continua

Ante el temor a ser procesada, Cêpa abandonó Brasil en julio de 2024 y ha estado moviéndose frecuentemente por Europa bajo una identidad falsa. Su nombre está marcado en aeropuertos, lo que le impide regresar al país. Su situación ha sido comparada con las represiones contra disidentes en Venezuela y con el uso abusivo de leyes sobre discurso de odio en Sudáfrica.

Los partidarios argumentan que su caso ejemplifica la erosión global de la libertad de expresión. Según Andreia Nobre, periodista y autora del libro “The Grumpy Guide to Radical Feminism”, “Cêpa está siendo castigada por desafiar un sistema que borra la representación política femenina”. En Brasil, más del 50% de los asientos políticos son ocupados por hombres, independientemente de cómo se identifiquen.

Una advertencia para las democracias

El caso de Isabela Cêpa trasciende las fronteras brasileñas y representa una clara advertencia sobre el uso indebido de leyes civiles para reprimir opiniones disidentes. Al confundir realidad biológica con intolerancia, los tribunales corren el riesgo de normalizar castigos que criminalizan pensamientos críticos, socavando así los principios fundamentales que esas leyes deberían proteger.

A medida que las sociedades enfrentan debates cada vez más polarizados sobre identidad, el exilio de Cêpa nos recuerda que la libertad de expresión y el debido proceso son derechos esenciales. Estos principios son vitales para aquellos valientes suficientes para desafiar narrativas dominantes—aunque eso signifique arriesgar décadas tras las rejas.

La noticia en cifras

Cifra Descripción
25 años Sentencia a la que se enfrenta Isabela Cêpa
1989 Año de la ley de racismo utilizada en el caso
2020 Año en que Cêpa hizo su declaración sobre la política trans
32 años Edad de Isabela Cêpa
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