Cuatro años después de que la administración de Biden impusiera un controvertido mandato de vacunación contra el COVID-19 en las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, miles de veteranos y exmiembros del servicio continúan luchando por justicia. La directiva de 2021, emitida por el entonces secretario de Defensa Lloyd Austin, resultó en la baja de más de 8,500 soldados activos que se negaron a cumplir con el requisito de vacunación, muchos de los cuales argumentaron objeciones religiosas o médicas.
- Impacto duradero en los veteranos: Más de 8,500 miembros del servicio fueron dados de baja bajo el mandato de vacunación del Pentágono en 2021, y muchos siguen buscando justicia y compensación por carreras perdidas, beneficios y vidas interrumpidas.
- Aumento de acciones legales para reinstalación y compensación: El bufete Military Back Pay lidera múltiples demandas colectivas, incluyendo Harkins v. U.S. y Bassen v. U.S., en nombre de veteranos a quienes se les negó exenciones religiosas o que fueron dados de baja cerca de su jubilación, representando a más de 700 demandantes.
- Orden ejecutiva de Trump ofrece alivio parcial: Aunque Donald Trump emitió una orden ejecutiva para el pago retroactivo y la reinstalación, algunas demandas siguen activas mientras los veteranos esperan ver si el alivio prometido se materializa completamente.
- Daños profesionales e institucionales persistentes: A pesar de la derogación del mandato en 2023, los miembros afectados aún enfrentan carreras estancadas y barreras para el avance, con expertos legales advirtiendo sobre daños a largo plazo en la moral militar y la confianza institucional.
Lucha continua por justicia entre veteranos tras la represión del COVID en el Pentágono
Aunque el mandato fue oficialmente derogado en 2023 mediante la Ley de Autorización de Defensa Nacional, sus efectos persisten. Muchos miembros afectados han enfrentado consecuencias financieras y profesionales a largo plazo, incluyendo promociones bloqueadas, despidos anticipados y pérdida de beneficios para la jubilación. Actualmente, cientos están recurriendo a los tribunales con la esperanza de obtener una reparación adecuada.
El bufete Military Back Pay lidera esta carga legal al encabezar tres demandas colectivas destinadas a asegurar compensaciones y reinstalaciones para aquellos dados de baja. Entre los demandantes se encuentran Chris Harkins, un oficial altamente condecorado de la Guardia Costera que fue denegado una exención religiosa meses antes de calificar para su jubilación; y Nick Bassen, un sargento del Ejército dado de baja a pesar de ser parcialmente discapacitado y estar semanas lejos de terminar su servicio. Ambos hombres no solo perdieron sus carreras militares sino también su seguridad financiera y vivienda; Bassen, por ejemplo, se volvió homeless con una esposa embarazada tras su separación.
“Es difícil para mí hacer estas entrevistas”, admitió Harkins, destacando el costo emocional que ha tenido este proceso en él y su familia. Bassen expresó frustraciones similares: “Optaron por echarme en lugar de permitirme quedarme y completar mi proceso de jubilación”.
Estos casos—Harkins v. United States, Bassen v. United States, y Botello v. United States—representan colectivamente a más de 700 demandantes. En particular, el caso Botello aborda la situación de reservistas y miembros de la Guardia Nacional que también fueron excluidos del servicio debido a su negativa a ser vacunados. Military Back Pay solicitó la certificación como demanda colectiva el 9 de julio, siendo escuchado en corte solo dos días después.
La demanda de Bassen fue suspendida en mayo tras una orden ejecutiva del expresidente Donald Trump que ofrecía pago retroactivo y reinstalación a los miembros afectados por el mandato vacunal. Sin embargo, los demandantes en casos pausados pueden reanudar los procedimientos legales si consideran que la restitución gubernamental es insuficiente.
El abogado defensor Dale Saran, quien previamente defendió al personal militar durante la controversia sobre la vacuna contra el ántrax a principios del año 2000, comparó el mandato vacunal contra COVID-19 con una “prueba de lealtad” advirtiendo sobre sus implicaciones más amplias. “Las personas no aprecian el daño institucional que esto causó al ejército”, afirmó Saran, sugiriendo que la moral, la confianza en el liderazgo y la cohesión han sido profundamente afectadas.
A pesar del levantamiento del mandato, muchos veteranos afectados continúan enfrentando obstáculos para reingresar al servicio activo, oportunidades bloqueadas para avanzar profesionalmente y una falta generalizada tanto disculpas formales como restauración completa de beneficios. A medida que estos conflictos legales avanzan, subrayan preguntas persistentes sobre libertad médica, derechos religiosos y responsabilidad dentro las fuerzas armadas estadounidenses. Por ahora, la lucha por justicia continúa—no solo en las salas judiciales sino también en las vidas personales de los veteranos que aún navegan las secuelas.
El Departamento de Justicia ha declinado comentar sobre las litigaciones pendientes.
Fuentes para este artículo incluyen:
YourNews.com
MilitaryBackpay.com 1
MilitaryBackpay.com 2