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Contaminación por 'químicos eternos' en el agua de Australia revela fallas regulatorias graves
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Contaminación por "químicos eternos" en el agua de Australia revela fallas regulatorias graves

domingo 18 de mayo de 2025, 16:22h

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Una investigación revela que el agua potable en las Montañas Azules de Australia ha estado contaminada con sustancias tóxicas conocidas como "químicos eternos" (PFAS), que están vinculados a graves problemas de salud, incluyendo cáncer y daños al sistema inmunológico. La contaminación afecta a 30,000 residentes y pone de manifiesto un fracaso regulatorio significativo, ya que los niveles de PFAS hallados son 300 veces más altos que en otras fuentes de agua. A pesar de los riesgos conocidos, las agencias gubernamentales han tardado en actuar, lo que ha llevado a la comunidad a presionar por soluciones, como la instalación de una planta de tratamiento móvil. Este escándalo destaca la necesidad urgente de una mayor transparencia y acción conjunta para abordar la contaminación por PFAS en Australia y en todo el mundo.

Durante décadas, los habitantes de las Montañas Azules en Australia han consumido agua contaminada con sustancias tóxicas conocidas como «químicos eternos». Estos compuestos han sido vinculados a graves problemas de salud, incluyendo cáncer, daños al sistema inmunológico y efectos adversos en el desarrollo infantil. Una reciente investigación ha revelado altos niveles de contaminación por PFAS en el agua potable de 30,000 residentes, evidenciando una traición alarmante a la confianza pública por parte de las instituciones encargadas de proteger a la población.

A pesar de que las agencias gubernamentales intentan minimizar la crisis, la realidad es innegable: la codicia corporativa, la incompetencia burocrática y la corrupción sistémica han permitido que estos químicos mortales contaminen toda una comunidad.

Puntos clave sobre la contaminación por PFAS

  • Los niveles de PFAS en el agua de las Montañas Azules son 300 veces más altos que los de la principal fuente de agua de Sídney, aunque aún se consideran «seguros» según pautas australianas obsoletas.
  • La contaminación proviene del uso de espumas contra incendios desde hace décadas, incluyendo en sitios de accidentes y estaciones de bomberos. Las autoridades no actuaron hasta ser presionadas por el clamor público.
  • A pesar de los riesgos conocidos para la salud —como cáncer, alteraciones hormonales y daños en el desarrollo— ninguna agencia ha cuantificado plenamente la exposición ni asumido su responsabilidad.
  • Estos químicos afectan la integridad hormonal y el desarrollo sexual de los individuos.
  • Una planta móvil de tratamiento valorada en 3.4 millones de dólares fue instalada únicamente tras la presión comunitaria, demostrando que las acciones reales solo ocurren cuando los ciudadanos exigen rendición de cuentas.
  • Las agencias gubernamentales continúan evadiendo su responsabilidad y se resisten a establecer un organismo independiente que supervise esta situación.
  • Eliminar la fuente de PFAS debería ser un objetivo colaborativo entre gobiernos, industrias y grupos vigilantes a nivel mundial.

El veneno en las tuberías: Cómo los PFAS infiltraron el agua en Australia

Los compuestos perfluorados (PFAS) son una clase de 15,000 productos químicos sintéticos diseñados para resistir el calor, la grasa y el agua. Se les denomina «químicos eternos» porque no se descomponen y se acumulan tanto en el medio ambiente como en cuerpos humanos, causando daños irreversibles. La contaminación en las Montañas Azules se remonta al uso de espuma contra incendios durante un accidente con un camión cisterna en 1992 y una estación local de bomberos, ambos confirmados como fuentes probables. A pesar del ban prohibitorio sobre espumas con PFAS desde 2007, nunca se ordenó una limpieza integral, lo que permitió que las toxinas se filtraran sin control en los cuerpos hídricos.

John Dee, fundador del movimiento Stop PFAS, expresó sin rodeos: «Sydney Water y WaterNSW no han sido completamente transparentes… Están evitando deliberadamente verdades incómodas». Su acusación revela el núcleo del escándalo: las agencias regulatorias estaban al tanto y no tomaron medidas. Puede consultar el informe completo aquí:

Crisis sanitaria latente: El costo oculto del PFAS

Aunque los funcionarios repiten la vacía garantía de que el agua es «segura», la ciencia presenta un panorama diferente. La exposición a PFAS está relacionada con:

  • Cáncer testicular y renal
  • Suplicación severa del sistema inmunológico
  • Alteraciones en el desarrollo sexual y hormonal
  • Dificultades en el desarrollo infantil

Preocupantemente, los límites «seguros» para PFAS en Australia son mucho más laxos que los estándares globales. El Consejo Nacional de Salud e Investigación Médica redujo recientemente el nivel permitido para PFOA (una variante del PFAS) de 560 a 200 nanogramos por litro—lo cual sigue siendo 20 veces superior al límite establecido por la EPA estadounidense. Un nanogramo equivale a una sola gota en 20 piscinas olímpicas. Sin embargo, estas modificaciones mínimas llegaron demasiado tarde.

El desastre en las Montañas Azules no es un accidente; es el resultado inevitable de un sistema que prioriza las ganancias sobre las personas. Los fabricantes de espuma contra incendios conocían la toxicidad del PFAS desde los años setenta pero ocultaron esta información. Mientras tanto, agencias como WaterNSW y la EPA han estado involucradas en una serie interminable de culpas burocráticas, negándose a establecer una autoridad centralizada para gestionar la contaminación.

La presión popular ha sido fundamental para revelar la presencia del PFAS y obligar a las autoridades sanitarias a realizar pruebas del agua. La planta móvil de tratamiento solo fue posible gracias a la insistencia ciudadana, demostrando que el verdadero cambio proviene del desafío ciudadano y no puede confiarse únicamente en instituciones fallidas.

No se trata solo del problema específico en las Montañas Azules; el PFAS está presente también en cosméticos, sartenes antiadherentes e incluso protectores solares, lo que significa que cada australiano está potencialmente expuesto.

La noticia en cifras

Descripción Cifra
Número de residentes afectados 30,000
Nivel de PFAS en agua comparado con Sydney 300 veces más alto
Límite permitido de PFOA (nanogramos por litro) 200
Reducción del límite anterior de PFOA (nanogramos por litro) 560 a 200
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