Japón ha aprobado un paquete de estímulo fiscal de 21.3 billones de yenes (135 mil millones de dólares), el más grande desde el inicio de la pandemia de COVID-19. Esta medida busca enfrentar la inflación, aumentar el gasto en defensa y reactivar el crecimiento económico del país.
Entre las acciones incluidas en este paquete se encuentran pagos en efectivo de 20,000 yenes (130 dólares) por niño, subsidios para facturas de energía que alcanzan los 7,000 yenes durante los meses de enero a marzo, vales de arroz valorados en 3,000 yenes por persona y la eliminación de impuestos sobre la gasolina.
Enfoque del paquete
El paquete se centra en ofrecer alivio a los precios mediante transferencias monetarias y recortes fiscales, fomentar el crecimiento económico a través de inversiones en infraestructura y sectores estratégicos, así como expandir las capacidades defensivas del país con un aumento del gasto militar hasta alcanzar el 2% del PIB para el año fiscal 2027.
A pesar de estas medidas, la deuda nacional de Japón es tres veces superior a su PIB, lo que ha llevado a economistas a advertir sobre posibles tensiones en los mercados de bonos. Recientemente, los rendimientos a diez años alcanzaron un 1.817%, la cifra más alta desde 2008.
Desafíos económicos y políticos
La primera ministra Sanae Takaichi enfrenta escepticismo por parte de la oposición respecto a si estas medidas lograrán controlar la inflación a largo plazo. En el último trimestre, la economía japonesa contrajo un 1.8% anualizado y la inflación subyacente se situó en un 3%, superando el objetivo establecido por el Banco de Japón.
Takaichi enfatizó que el paquete tiene como prioridad ofrecer alivio financiero directo a los hogares mientras se fortalece la resiliencia económica a largo plazo. Sin embargo, algunos analistas señalan que este tipo de paquetes pueden incrementar la deuda gubernamental y generar riesgos inflacionarios.
Componentes clave del estímulo
El plan se estructura en torno a tres pilares fundamentales:
- Alivio ante el aumento de precios: Incluye transferencias monetarias, subsidios energéticos y recortes impositivos para aliviar la carga sobre los consumidores afectados por la inflación.
- Crecimiento económico: Las inversiones en infraestructura y sectores estratégicos buscan mejorar la productividad del país.
- Fortalecimiento defensivo: Japón planea acelerar su gasto militar hasta alcanzar un 2% del PIB para el año fiscal 2027.
Apertura hacia las familias japonesas
Las familias japonesas se beneficiarán con diversas medidas directas:
- Subsidios para facturas energéticas que promedian 7,000 yenes por hogar entre enero y marzo.
- Pagos únicos en efectivo de 20,000 yenes (130 dólares) por niño para ayudar a las familias ante el incremento de precios.
- Vales o cupones para arroz valorados en 3,000 yenes (20 dólares) por persona, distribuidos por gobiernos locales.
- Eliminación del impuesto sobre gasolina para reducir costos energéticos.
Público y contexto económico
A pesar del ambicioso plan de gastos, Japón enfrenta una creciente carga de deuda nacional. Takaichi reconoció las preocupaciones fiscales pero defendió el estímulo como una necesidad imperante. “A través del gasto inteligente transformaremos preocupaciones en esperanza”, afirmó ante los medios.
No obstante, expertos advierten que este paquete podría afectar negativamente al mercado japonés de bonos. Jesper Koll, director experto del Monex Group, comentó que esta decisión podría generar inquietud entre los inversores. La reciente subida en los rendimientos ha suscitado preocupación acerca del impacto futuro sobre la economía japonesa.
Retos políticos y recepción pública
Takaichi lidera un gobierno minoritario que necesita asegurar aprobación parlamentaria para financiar este presupuesto suplementario antes del cierre del año. Los legisladores opositores han cuestionado si las medidas serán efectivas para frenar la inflación o simplemente proporcionarán un alivio temporal.
A pesar del escepticismo existente, Takaichi cuenta con un sólido apoyo público debido a las expectativas generadas sobre reformas al sistema político envejecido del país. Sin embargo, sus recientes comentarios críticos hacia China han generado tensiones diplomáticas que contribuyeron a una caída del índice Nikkei 225 en un 2.4%, reflejando preocupaciones entre los inversores.
Análisis final
La economía japonesa ha mostrado señales preocupantes al contraerse un 1.8% anualizado durante el tercer trimestre. Aunque las exportaciones hacia Asia crecieron un 3.7%, las ventas hacia Estados Unidos cayeron por séptimo mes consecutivo debido a aranceles más altos impuestos anteriormente por Estados Unidos.
Con una inflación subyacente que alcanzó el 3% en octubre—superando así el objetivo del Banco de Japón—el nuevo paquete busca impulsar el PIB en un 1.4%, proyectando una mejora económica equivalente a unos 24 billones de yenes (155 mil millones de dólares).
Este récord histórico en estímulos refleja la urgencia del gobierno japonés por estabilizar precios y revitalizar su economía mientras refuerza su seguridad nacional; sin embargo, con una creciente deuda y desafíos políticos persistentes, su impacto a largo plazo permanece incierto.
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La noticia en cifras
| Descripción |
Cifra |
| Paquete de estímulo total (en yenes) |
21.3 trillones de yenes |
| Paquete de estímulo total (en dólares) |
$135 mil millones |
| Subsidio por hogar para facturas de energía (en yenes) |
7,000 yenes |
| Pago en efectivo por niño (en yenes) |
20,000 yenes ($130) |
| Vouchers de arroz por persona (en yenes) |
3,000 yenes ($20) |
| Aumento proyectado del PIB (en yenes) |
24 trillones de yenes ($155 mil millones) |
| Tasa de inflación núcleo en octubre |
3% |