Un estudio innovador realizado por el Centro Médico Cedars-Sinai ha revelado una conexión significativa entre las enfermedades de la tiroides y los desequilibrios microbianos en el intestino. Esta investigación, presentada en la conferencia ENDO 2025, indica que los pacientes con disfunción tiroidea enfrentan un riesgo 220 por ciento mayor de sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado (SIBO) en comparación con individuos sanos. Además, aquellos diagnosticados con tiroiditis autoinmune, como la enfermedad de Hashimoto, presentan un riesgo aún más elevado, del 240 por ciento.
La doctora Ruchi Mathur, líder del estudio, enfatiza que esta relación entre la disfunción hormonal y los problemas digestivos ha sido tratada de manera aislada por la comunidad médica durante mucho tiempo. A pesar de que los medicamentos para la tiroides pueden reducir a la mitad las tasas de SIBO en pacientes tratados con levotiroxina, Mathur advierte que muchos médicos no están reconociendo la conexión entre los síntomas digestivos de los pacientes tiroideos y el sobrecrecimiento bacteriano. Esta desconexión está dejando a millones de personas lidiando con dolor crónico.
Implicaciones del estudio y necesidad de un enfoque holístico
El estudio pone de manifiesto la urgencia de adoptar un enfoque holístico en el tratamiento de estas condiciones. En Estados Unidos, se estima que 14 millones de personas viven sin ser diagnosticadas con trastornos tiroideos, lo que agrava el impacto sistémico del SIBO. Esto se traduce también en un aumento de las deficiencias nutricionales y daños neurológicos asociados a desequilibrios en la tiroides y el intestino.
Los investigadores analizaron muestras de líquido intestinal de 372 participantes utilizando secuenciación de ADN para identificar discrepancias en la flora intestinal entre pacientes hipotiroidismos y controles sanos. Los resultados fueron contundentes: un 33 por ciento de los pacientes hipotiroidismos dio positivo para SIBO, comparado con solo un 15 por ciento entre los controles. Un análisis adicional que incluyó a 450,000 pacientes reveló que aquellos con hipotiroidismo no tratado tienen un riesgo vital 2.2 veces mayor de desarrollar SIBO.
La relación entre el SIBO y las enfermedades autoinmunes
Una advertencia crucial del estudio es el papel del SIBO como precursor de la escalada autoinmune. La disbiosis intestinal activa excesivamente el sistema inmunológico, erosionando la barrera intestinal —un fenómeno conocido como síndrome del intestino permeable— lo cual permite que antígenos alimentarios y toxinas bacterianas ingresen al torrente sanguíneo, desencadenando respuestas inflamatorias que pueden afectar a los tejidos tiroideos.
El doctor Mark Hyman, endocrinólogo holístico no vinculado al estudio, explica: “La tiroides se convierte en daño colateral. En Hashimoto’s, las células inmunitarias que inicialmente atacan patógenos intestinales comienzan a atacar erróneamente la tiroides”. Este ciclo se agrava con cada episodio no diagnosticado de SIBO. Las conclusiones del Cedars-Sinai coinciden con investigaciones previas que relacionan la permeabilidad intestinal con el 70 por ciento de las enfermedades autoinmunes.
Estrategias naturales para abordar el eje tiroides-intestino
A medida que muchas clínicas continúan confiando en paneles sanguíneos que omiten marcadores críticos como T3 inverso, algunos profesionales están implementando estrategias integradas:
- Reestructuración dietética: Eliminación del gluten, lácteos y aditivos químicos para reducir la inflamación intestinal.
- Reprogramación del microbioma: Uso de probióticos (Lactobacillus, Bifidobacterium) junto a alimentos fermentados para restaurar flora beneficiosa desplazada por disbiosis.
- Nutrientes específicos: Iodo proveniente del alga marina, selenio presente en nueces brasileñas y zinc encontrado en ostras para apoyar la producción hormonal tiroidea.
- Terapias antimicrobianas naturales: Compuestos como bayas de Oregón o berberina (en goldenseal) para controlar el sobrecrecimiento bacteriano sin dañar especies beneficiosas.
Llamado a reformar el sistema sanitario
Los hallazgos del Cedars-Sinai subrayan una necesidad urgente de reformas sistemáticas en atención médica. El doctor Fasano señala: “Entrenamos a los clínicos para ver la tiroides y el intestino como sistemas separados; este estudio demuestra su interdependencia”. Sin embargo, existen obstáculos significativos: pruebas respiratorias especializadas para SIBO no son cubiertas por muchos seguros médicos y los protocolos autoinmunes requieren más tiempo del disponible en citas estándar.
Grupos defensores como Thyroid Change abogan por empoderar a los pacientes para buscar atención multidisciplinaria y enfatizan herramientas como pruebas de anticuerpos y análisis microbiológicos fecales. Para millones que viven en condiciones metabólicas inciertas, esta investigación representa tanto una validación como una urgencia inminente. “Esto no es solo ciencia; es salvación”, concluye Maria Gomez, defensora de pacientes tiroideos.
La noticia en cifras
Cifra |
Descripción |
220% |
Aumento del riesgo de SIBO en pacientes con disfunción tiroidea. |
240% |
Aumento del riesgo de SIBO en pacientes con tiroiditis autoinmune (Hashimoto). |
33% |
Porcentaje de pacientes hipotiroidismos que dieron positivo para SIBO. |
15% |
Porcentaje de controles sanos que dieron positivo para SIBO. |