En una contundente intervención ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, arremetió contra las políticas de inmigración global y descalificó el cambio climático como un «engaño». Durante su discurso, que marcó su regreso al escenario político, Trump criticó a los países europeos por lo que considera un deterioro de su herencia cultural debido a controles fronterizos laxos.
El mandatario expresó que Europa se encuentra en un camino destructivo debido a la migración descontrolada. En particular, apuntó hacia el alcalde de Londres, Sadiq Khan, afirmando sin pruebas que la ciudad se dirige hacia la implementación de la ley Sharia. Su retórica reflejó discursos anteriores donde presenta la inmigración como una amenaza existencial, aunque críticos señalan que sus soluciones simplifican realidades humanitarias y económicas complejas.
Trump critica la agenda climática
Trump desestimó los esfuerzos globales para abordar el cambio climático, argumentando que estas iniciativas son perjudiciales para la economía. Afirmó que las inversiones en energía renovable están «todas en quiebra» e insistió en que los combustibles fósiles siguen siendo esenciales para el desarrollo económico.
«El cambio climático es un engaño», declaró Trump, mientras presumía de la calidad del aire en Estados Unidos y culpaba a China por la contaminación. Esta postura contrasta con datos de la Agencia de Protección Ambiental que indican que las emisiones internas también son un factor significativo en este problema.
Sus comentarios se produjeron horas después de que el Secretario General de la ONU, António Guterres, advirtiera sobre una «disrupción imprudente» causada por el deterioro ambiental sin control. Según Trump, el impulso europeo hacia la neutralidad de carbono ha sacrificado empleos sin lograr un impacto global significativo; esta afirmación es cuestionada por estudios que demuestran reducciones considerables en emisiones gracias a las políticas europeas.
Además, Trump amenazó con imponer aranceles a Rusia si Europa no adoptaba sanciones más severas, ignorando el hecho de que ya ha reducido su comercio con Moscú en un 75% desde 2021.
Postura sobre Israel y Palestina
En relación con Israel, Trump condenó a Hamas y reafirmó su alineación con posiciones duras del gobierno israelí. Sin embargo, no ofreció soluciones para el sufrimiento palestino y recortó fondos destinados a UNRWA, lo cual organizaciones humanitarias consideran una medida que agrava la crisis alimentaria en Gaza.
El presidente también se burló de las Naciones Unidas al calificar sus palabras como vacías y recordó un intento fallido de renovar su sede. «Lo único que obtuve fue una escalera mecánica rota», comentó irónicamente.
La intervención dejó claro su escepticismo respecto a la ciencia climática y su rechazo a las instituciones internacionales, presentando una visión centrada en la soberanía nacional y los combustibles fósiles como salvaguardias para Estados Unidos. Este enfoque contrasta con las advertencias de la ONU sobre desastres climáticos y conflictos bélicos, generando divisiones entre su perspectiva unilateral y acciones colectivas globales.