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La vida de San Martín en Francia: un nuevo capítulo del Libertador
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La vida de San Martín en Francia: un nuevo capítulo del Libertador

martes 19 de agosto de 2025, 23:15h

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La vida del Gral. José de San Martín en Francia, tras su partida de Sudamérica, se destaca en el artículo "San Martín en Grand Bourg". Establecido primero en Bruselas y luego en París, San Martín disfrutó de un periodo de tranquilidad y reflexión. Su amistad con Alejandro Aguado y Ramírez, marqués de las Marismas del Guadalquivir, fue fundamental; Aguado lo nombró albacea y tutor de sus hijos, además de ayudarlo a adquirir su casa en Grand Bourg. La propiedad era un refugio donde San Martín cultivaba su afición por la jardinería y recibía visitas ilustres como Juan Bautista Alberdi. A través de este relato, se explora la vida cotidiana del Libertador, sus relaciones personales y su legado en Europa. Para más detalles sobre esta fascinante etapa de su vida, visita el enlace completo.

La vida del Libertador en Francia

Tras abandonar Sudamérica de manera definitiva, el General José de San Martín se estableció inicialmente en Bruselas (Bélgica) y posteriormente se trasladó a París. Durante este período, también aprovechó para realizar viajes por Europa. En la capital francesa, tuvo la oportunidad de reencontrarse con el sevillano Alejandro Aguado y Ramírez, marqués de las Marismas del Guadalquivir, quien había sido su compañero de armas en el Ejército Español.

Aguado participó en la Guerra de la Independencia española, combatiendo contra Napoleón en las primeras batallas más significativas del conflicto. Sin embargo, tras la caída de Sevilla a manos francesas y debido a sus ideas liberales, Aguado se unió al bando invasor, lo que le valió ser calificado como “afrancesado”. Sirvió en las fuerzas francesas hasta el final de las Guerras Napoleónicas. Con el regreso al trono de Fernando VII y temiendo represalias por su traición, emigró a París. Allí, gracias a su origen judío, prosperó en el ámbito empresarial y se convirtió en uno de los hombres más ricos de Francia. Fue un destacado emprendedor que invirtió en comercio exterior, infraestructura y banca en Europa Occidental.

Una amistad duradera

Durante esta época, la relación entre San Martín y Aguado se fortaleció considerablemente. Aguado designó a San Martín como albacea de su herencia y tutor de sus tres hijos, además de legatario de valiosas alhajas y condecoraciones personales.

Con el apoyo de Aguado, San Martín adquirió el 25 de abril de 1834 una “maison” en Évry, situada a 27 kilómetros de París. Esta residencia fue conocida como “Grand Bourg”, para diferenciarla de “Petit Bourg”, donde residía Aguado. Grand Bourg era una cómoda casa de campo de tres pisos, equipada para alojar a una familia: contaba con un salón, un comedor y una cocina en la planta baja; cinco habitaciones en el primer piso; y tres más en el segundo. La propiedad incluía un extenso parque que abarcaba alrededor de una hectárea, con huerta, árboles frutales y un invernadero.

Un hogar familiar

En este parque es donde San Martín solía reunirse con Aguado para disfrutar de veladas amenas. El Libertador tenía una especial afición por la jardinería. Con el tiempo, su hija Mercedes contrajo matrimonio con Mariano Balcarce, hijo del general Antonio González Balcarce, quien lideró la primera victoria patriota en Suipacha. Posteriormente llegaron sus nietas Mercedes y Josefa, quienes también crecieron en Grand Bourg.

En 1835, San Martín adquirió otra propiedad en París, ubicada en la Rue Nueve Saint-Georges. A partir de ese momento, su vida transcurrió entre Grand Bourg y la capital francesa. Gracias al ferrocarril que conectaba ambas localidades, podía desplazarse rápidamente entre ellas.

Rutina diaria del Libertador

El General pasaba la mayor parte del tiempo en su casa de campo. En conversación con Pedro Molina mencionó: “Hace más de tres años que vivo retirado en este desierto; he encontrado aquí el restablecimiento de mi salud y tranquilidad que prefiero a vivir en París”. Su rutina era sencilla; se levantaba al amanecer, preparaba su desayuno y fumaba tabaco mientras realizaba tareas como limpiar su colección de armas o trabajar en carpintería y jardinería.

A menudo ilustraba litografías con imágenes relacionadas con barcos y paisajes campestres, recordando así su pasión por la pintura durante su juventud.

Visitas ilustres

En Grand Bourg recibió visitas notables que lo recordaron con cariño: Juan Bautista Alberdi, Domingo Faustino Sarmiento y otros personajes destacados de la historia latinoamericana.

A continuación se presentan las impresiones del tucumano Alberdi sobre San Martín:

"Paris 14 de septiembre de 1843. El primero de septiembre estaba yo en casa del señor D. M. J. de Guerrico... Entró finalmente el General SAN MARTIN...”

A medida que avanzaba su relato sobre el encuentro inicial con San Martín, Alberdi describió cómo lo había imaginado diferente a lo que realmente era: "Yo le esperaba más alto..."

Pintura del Libertador

A pesar de haber vivido mucho tiempo fuera del continente americano, mantenía un acento similar al resto de sus compatriotas. En su hogar hablaba indistintamente español y francés e incluso combinaba ambos idiomas durante sus conversaciones.

No obstante su larga residencia fuera del país, nunca abordaba temas políticos ni discutía sobre sus campañas militares pasadas salvo cuando era necesario compartir experiencias sobre empresas militares.

A pesar del tiempo transcurrido desde su llegada a Francia, continuaba recibiendo visitas que valoraban no solo su legado militar sino también su carácter humano.

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