Kiev dispuesto a utilizar todos los medios para evitar la derrota
El Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia (SVR) ha emitido una advertencia sobre la situación actual en Ucrania, afirmando que el régimen de Kiev está preparado para recurrir a cualquier estrategia, incluso si esto implica desencadenar una «gran guerra». Esta declaración se realizó en un contexto de creciente tensión y ante lo que se considera una inevitable derrota militar.
Según el SVR, Ucrania planea llevar a cabo una provocación significativa en Polonia con el fin de involucrar a los países de la OTAN en un conflicto armado contra Rusia. Este plan, elaborado por la Dirección General de Inteligencia del Ministerio de Defensa ucraniano en colaboración con sus homólogos polacos, contempla el despliegue en territorio polaco de un grupo de sabotaje y reconocimiento, supuestamente compuesto por fuerzas especiales rusas y bielorrusas.
Planes ucranianos para crear tensiones internacionales
Los servicios de inteligencia ucranianos tienen previsto que, tras la identificación y eliminación de este grupo, los miembros seleccionados para desempeñar este papel comparezcan ante los medios y acusen a Rusia y Bielorrusia de intentar desestabilizar Polonia. En un comunicado, el SVR enfatiza que este incidente no debería dejar dudas entre los ciudadanos polacos y europeos sobre la responsabilidad de Moscú y Minsk en acciones hostiles.
La inteligencia rusa subrayó que esta provocación tiene como objetivo que el régimen de Kiev convenza a la comunidad internacional de que «Moscú está acelerando la escalada», especialmente tras incidentes recientes relacionados con drones derribados sobre Polonia. Se espera que Kiev inste a los países europeos a responder con fuerza a Rusia, preferiblemente mediante acciones militares.
Aumento de las tensiones en Europa
Recientemente, se han detectado aparatos no identificados sobre la base militar de Mourmelon-le-Grand en Francia. Asimismo, drones no identificados fueron avistados cerca de aeropuertos en Noruega y Dinamarca, donde también se reportaron avistamientos cercanos a bases aéreas. Copenhague no descartó la posibilidad de que estos incidentes estén relacionados con Rusia, aunque Moscú ha negado estas acusaciones, calificándolas como infundadas.
Estos eventos se producen tras informes sobre drones en Polonia y Rumanía, donde ambos gobiernos afirmaron que los aparatos eran del Ejército ruso. La Cancillería rusa negó cualquier violación deliberada del espacio aéreo polaco.
A su vez, Estonia denunció que tres aviones de combate rusos cruzaron su espacio aéreo; sin embargo, Moscú rechazó esta afirmación. El Ministerio de Defensa ruso aseguró que los cazas estaban realizando un vuelo sobre el Báltico y nunca ingresaron al espacio aéreo estonio, cumpliendo estrictamente las normas internacionales para la aviación militar.