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Descubren un vasto sistema natural de almacenamiento de carbono en el fondo del océano Atlántico
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Descubren un vasto sistema natural de almacenamiento de carbono en el fondo del océano Atlántico

martes 16 de diciembre de 2025, 02:27h

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Científicos han descubierto un vasto sistema natural de almacenamiento de carbono bajo el océano Atlántico Sur, compuesto por breccia, un tipo de roca volcánica porosa. Este hallazgo revela que esta formación puede atrapar entre 2 y 40 veces más dióxido de carbono que la corteza oceánica típica, almacenándolo durante decenas de millones de años. El estudio, liderado por investigadores de la Universidad de Southampton, destaca la importancia de este "banco" de carbono en la regulación del clima terrestre a lo largo del tiempo geológico. La investigación sugiere que estos depósitos podrían tener un papel crítico en el ciclo del carbono y en la estabilización del clima del planeta. Este descubrimiento es vital para comprender los mecanismos naturales que equilibran los niveles de CO2 y tiene implicaciones significativas para los modelos climáticos actuales. Para más información, visita el enlace: https://biblioteca.cibeles.net/a-geological-revelation-earths-hidden-carbon-vault/.

Un equipo internacional de científicos ha realizado un descubrimiento que transforma la comprensión sobre el sistema climático de la Tierra al identificar un vasto y previamente desconocido sistema natural de almacenamiento de dióxido de carbono, ubicado a grandes profundidades bajo el océano Atlántico Sur. Este hallazgo, liderado por investigadores de la Universidad de Southampton, se publicó en diciembre de 2025 y se basa en el análisis de núcleos de roca extraídos del lecho marino. Los estudios revelan que extensos depósitos de escombros volcánicos erosionados, formados hace más de 60 millones de años, funcionan como una esponja geológica, almacenando enormes cantidades de CO2 durante períodos prolongados y desempeñando un papel crítico en la estabilización del clima terrestre a largo plazo.

Descubrimiento de un regulador climático antiguo

La investigación forma parte de la Expedición 390/393 del Programa Internacional de Descubrimiento Oceánico (IODP), que perforó el fondo marino del Atlántico Sur. Los científicos recuperaron núcleos de un tipo de roca conocido como breccia, que consiste en montones de escombros volcánicos acumulados por la erosión de montañas submarinas a lo largo de la Dorsal Mesoatlántica. Por primera vez, los investigadores obtuvieron una muestra intacta de este material después de haber sido transportado por fuerzas tectónicas durante millones de años. El análisis mostró que estas rocas porosas estaban fuertemente cementadas con minerales blancos de carbonato de calcio, lo que indica una larga interacción química entre las rocas y el agua del mar que atrapa carbono.

El lento ciclo geológico del carbono

El clima terrestre a lo largo de escalas temporales millonarias está regido por el ciclo lento del carbono, un intercambio planetario entre el interior rocoso, los océanos y la atmósfera. Mientras que la actividad volcánica en las dorsales oceánicas libera CO2 desde el manto terrestre hacia el océano, un proceso compensatorio conocido como meteorización del fondo marino lo elimina. Durante millones de años después de la formación del nuevo crustáceo oceánico, el agua del mar permea sus grietas y poros. Esta agua reacciona con las rocas volcánicas, lixiviando ciertos elementos y precipitando minerales carbonatados, efectivamente encerrando CO2 disuelto en agua marina dentro de piedra sólida. El nuevo estudio demuestra que una parte específica de esta corteza es mucho más eficaz en este proceso del que se había imaginado anteriormente.

Una esponja con capacidad sin precedentes

El hallazgo más significativo fue la cantidad extraordinaria de carbono almacenada dentro de los depósitos de breccia. El equipo cuantificó que estos montones contenían entre dos y 40 veces más CO2 que los flujos sólidos de lava típicamente muestreados en la corteza oceánica superior. Su porosidad y permeabilidad crean una superficie considerablemente mayor para la interacción con el agua marina, convirtiéndolos en sumideros ultraficientes para el carbono. Como describió la autora principal Dr. Rosalind Coggon, estos depósitos tienen una capacidad masiva para almacenar CO2 derivado del agua marina a medida que se cementan gradualmente a lo largo del tiempo geológico.

Reconfigurando el presupuesto global del carbono

Este descubrimiento obliga a recalcular el papel que desempeña la corteza oceánica en el presupuesto planetario del carbono. La investigación estima que la abundancia de formaciones talus breccia, particularmente en dorsales oceánicas lentas como la Dorsal Mesoatlántica, puede albergar un sumidero equivalente a una gran proporción del CO2 liberado cuando se formó originalmente la corteza. Esto sugiere que el proceso de absorción del carbono en el fondo marino es mucho más significativo de lo conocido hasta ahora. Además, dado que la creación de estos montones está vinculada a fallas tectónicas, cuya velocidad varía con respecto al movimiento tectónico, los cambios en esta actividad pueden haber influido directamente en el clima al alterar la eficiencia de este escondite carbonoso.

Un contexto para una era consciente del clima

Este hallazgo llega en un momento crítico donde las actividades humanas han acelerado drásticamente la transferencia de carbono desde reservas geológicas hacia la atmósfera, sobrepasando los ciclos naturales existentes. Comprender los mecanismos innatos equilibradores del planeta es más crucial que nunca. La investigación proporciona un contexto histórico más profundo al mostrar cómo nuestro planeta ha regulado naturalmente los niveles de CO2 durante eones mediante complejos procesos geológicos. También complementa otros avances recientes, como el estudio publicado en 2021 en Nature Communications sobre secuestro del carbono en zonas subducidas.

Una nueva pieza en el rompecabezas planetario

La identificación del lava breccia submarina como un importante sumidero carbonoso representa un avance fundamental en las ciencias geológicas. Este descubrimiento resuelve una parte clave del rompecabezas relacionado con el ciclo a largo plazo del carbono terrestre, revelando dónde se han ocultado grandes cantidades de este elemento vital. La investigación confirma que el fondo oceánico no es simplemente un recipiente pasivo sino un componente activo y dinámico dentro del sistema climático global. A medida que los científicos continúan mapeando estas formaciones a nivel mundial, este escondite carbonoso se convertirá en una variable clave para modelos climáticos futuros y pasados.

Fuentes utilizadas para este artículo incluyen:

ScienceDaily.com

Nature.com

ImpactfulNinja.com

La noticia en cifras

Cifra Descripción
2-40 Veces más CO2 que la corteza oceánica típica que pueden almacenar las rocas breccia.
60 millones Años desde la formación de los depósitos de breccia.
Tens of millions of years Tiempo durante el cual se puede almacenar CO2 en estas formaciones.
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