El estado de Wyoming ha dado un paso decisivo en la defensa de la libertad de expresión al presentar el Garantía de Derechos contra la Nueva Tiranía Internacional y Extorsión (GRANITE Act). Esta legislación permite a los residentes y empresas del estado demandar a gobiernos extranjeros y sus agencias en los tribunales estatales por intentar censurar discursos protegidos bajo la ley estadounidense.
El proyecto de ley, impulsado por el representante estatal Daniel Singh, busca frenar la injerencia extranjera en la regulación del discurso en línea. La propuesta prohíbe específicamente a los funcionarios de Wyoming colaborar en la aplicación de leyes extranjeras relacionadas con «seguridad en línea, discursos de odio, desinformación» y otras categorías similares.
Un marco legal contundente
Entre las medidas más destacadas se encuentran sanciones financieras significativas, que incluyen una penalización mínima de 10 millones de dólares por infracción, con posibilidad de triplicarse. Además, se contempla la incautación de activos estatales extranjeros ubicados en Estados Unidos para satisfacer posibles juicios.
Una característica central del GRANITE Act es su capacidad para eliminar la defensa tradicional de inmunidad soberana que suelen invocar los estados extranjeros para evitar ser demandados en cortes estadounidenses. Esta iniciativa surge como respuesta directa a las crecientes demandas de censura provenientes de reguladores extranjeros en países como el Reino Unido, Brasil, la Unión Europea y Australia.
Un cambio en el panorama legal
La legislación tiene como objetivo prohibir cualquier acción relacionada con «seguridad en línea, discursos de odio, desinformación o contenido dañino», asegurando que ninguna agencia estatal o funcionario en Wyoming participe en su aplicación. Este enfoque busca empoderar a los ciudadanos estadounidenses frente a las presiones externas sobre lo que pueden expresar.
El abogado Preston Byrne, quien representa plataformas como 4chan en batallas contra la censura, ha sido fundamental en el desarrollo del proyecto. Según él, si se logra una acción federal correspondiente, esta ley podría ser considerada como uno de los mayores triunfos para la libertad de expresión global en tres décadas.
Afrontando desafíos internacionales
La estrategia legal detrás del GRANITE Act se basa en disuadir a los reguladores extranjeros mediante amenazas de juicios civiles masivos y ejecutables. Byrne destaca que el Reino Unido posee miles de millones de dólares en activos soberanos dentro del territorio estadounidense que podrían ser confiscados para cumplir con tales sentencias judiciales.
Esta propuesta legislativa se origina a partir de conflictos legales actuales, como el caso entre el foro 4chan y la Oficina de Comunicaciones (Ofcom) del Reino Unido. Ofcom ha argumentado su inmunidad soberana ante acciones legales, alegando ser un brazo protegido del Estado británico. El GRANITE Act busca anular esa defensa para acciones consideradas como censura extranjera.
Impulsando un debate crucial sobre derechos digitales
Con este contexto, el GRANITE Act emerge como un esfuerzo significativo ante un panorama global cada vez más consciente sobre las dinámicas de censura. La evolución desde una idea inicial hasta convertirse en un proyecto formal refleja un creciente impulso político para contrarrestar lo que muchos activistas consideran un «aparato industrial de censura».
A medida que este proyecto avance por el proceso legislativo del estado, su introducción simboliza un primer disparo tanto simbólico como sustantivo en una nueva fase del debate sobre libertad de expresión. Al trasladar el poder para desafiar la censura extranjera desde canales diplomáticos federales hacia los tribunales estadounidenses y sus ciudadanos, esta iniciativa podría redefinir el paisaje legal relacionado con la expresión digital.
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