Estudio revela anomalías en la sangre de pacientes con COVID-19 persistente
Un reciente estudio publicado en el Journal of Medical Virology ha identificado cambios sanguíneos inusuales en pacientes que padecen COVID-19 persistente, lo cual podría ofrecer una explicación a los síntomas prolongados de esta enfermedad. La investigación, llevada a cabo en Francia, encontró niveles significativamente altos de microcoágulos, que son cúmulos anormales de proteínas responsables de la coagulación sanguínea.
Estos microcoágulos no solo se presentaron en mayor cantidad, sino que también mostraron un tamaño superior al observado en personas sanas. Este hallazgo sugiere una posible relación entre la formación de estos microcoágulos y los síntomas persistentes experimentados por algunos pacientes tras la infección inicial por SARS-CoV-2.
Conexión entre microcoágulos y redes extracelulares
Los investigadores también hicieron referencia a un descubrimiento previo realizado en 2022, donde se observó una mayor producción de redes pegajosas conocidas como trampas extracelulares de neutrófilos (NET, por sus siglas en inglés) en estos pacientes. Normalmente, las NET cumplen su función y se descomponen; sin embargo, cuando se liberan en grandes cantidades o persisten, pueden afectar negativamente el flujo sanguíneo.
El equipo de investigación propone que la interacción entre los microcoágulos y las NET podría estar generando una inflamación generalizada, contribuyendo así a síntomas prolongados similares a los del COVID-19, tales como fatiga extrema, confusión mental y dificultad para respirar.
Nuevas perspectivas para el tratamiento del COVID-19 persistente
Asimismo, se observó que los cambios sanguíneos en pacientes con COVID-19 persistente facilitan la formación de NET y estabilizan los microcoágulos, impidiendo que el organismo los elimine adecuadamente. Los autores del estudio indican: “Sugerimos que una mayor formación de NET podría promover la estabilización de microcoágulos en la circulación, lo que potencialmente conduciría a efectos nocivos que contribuirían causalmente al síndrome de COVID-19 persistente”.
Estos hallazgos ofrecen una nueva perspectiva sobre los mecanismos biológicos subyacentes al síndrome del COVID-19 persistente y podrían abrir caminos para investigar tratamientos enfocados en reducir la formación de microcoágulos o limitar la actividad de las NET.