El Parlamento Francés Ratifica la Necesidad de Consentimiento en la Ley de Violación
El Parlamento de Francia ha aprobado una enmienda que incorpora el concepto de consentimiento a la definición legal de agresión sexual y violación. Anteriormente, la legislación francesa definía la violación o abuso sexual como «cualquier forma de penetración sexual realizada mediante violencia, coerción, amenaza o sorpresa». Con esta nueva normativa, se establece que todos los actos sexuales realizados sin consentimiento son considerados violación.
Este cambio legislativo es el resultado de un debate interpartidista que ha durado varios años y que adquirió nueva urgencia tras el juicio por violación de Gisèle Pelicot, en el cual 50 hombres fueron hallados culpables de violar a Pelicot mientras se encontraba inconsciente debido a drogas administradas por su esposo Dominique.
Nuevas Definiciones y Evaluaciones del Consentimiento
La defensa de muchos acusados se basó en la afirmación de que no podían ser culpables de violación porque desconocían que la Sra. Pelicot no estaba en condiciones de dar su consentimiento. Algunos abogados defensores argumentaron que no podía haber delito sin la intención de cometerlo. Sin embargo, la nueva ley complica este argumento al estipular que el consentimiento debe ser «libre e informado, específico, previo y revocable».
Además, se establece que el consentimiento debe evaluarse según las circunstancias, dejando claro que no puede inferirse del «silencio o falta de reacción». La normativa especifica: «No hay consentimiento si el acto sexual se lleva a cabo mediante violencia, coerción, amenaza o sorpresa, independientemente de su naturaleza».
Los dos diputados responsables de redactar esta enmienda –Marie-Charlotte Garin, del partido Verde, y Véronique Riotton, del centro– han calificado este avance como una «victoria histórica» y un paso significativo en la lucha contra la violencia sexual.
Criticas y Apoyo a la Nueva Normativa
A pesar del apoyo recibido, algunos críticos han expresado preocupaciones sobre cómo esta enmienda podría transformar las relaciones sexuales en «contratos», además de temer que las víctimas deban demostrar que no dieron su consentimiento. No obstante, el Consejo de Estado (Conseil d’État) respaldó la modificación al afirmar que esta expresa claramente que los ataques sexuales infringen el principio fundamental de libertad personal y sexual.
Una versión inicial fue adoptada por la Asamblea Nacional en abril; sin embargo, su avance se vio retrasado por la actual agitación política en Francia. Finalmente, el Senado aprobó definitivamente el proyecto con 327 votos a favor y 15 abstenciones, para luego recibir luz verde final por parte del parlamento.
Mélanie Vogel, senadora del partido Verde, destacó el año pasado que aunque la sociedad ya había aceptado que la diferencia entre sexo y violación es el consentimiento, el derecho penal no había evolucionado al mismo ritmo. Por su parte, Lola Schulmann, funcionaria de defensa en Amnistía Internacional Francia, afirmó: «Este es un paso histórico hacia adelante, siguiendo los ejemplos de varios otros países europeos».
Paises como Suecia, Alemania y España ya cuentan con leyes sobre violación basadas en el consentimiento.