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BlackRock enfrenta demanda por contradicciones en sus promesas ESG y pérdida de confianza de inversores
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BlackRock enfrenta demanda por contradicciones en sus promesas ESG y pérdida de confianza de inversores

lunes 16 de junio de 2025, 15:37h

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BlackRock is facing legal action in Tennessee for allegedly misleading investors with conflicting Environmental, Social, and Governance (ESG) promises. Critics argue that ESG activism prioritizes political agendas over shareholder returns, harming pension funds and taxpayers. As mentions of ESG terms like "climate change" decline, skepticism grows, prompting conservative states to ban ESG considerations in public investments. The lawsuit highlights concerns over ESG's opaque metrics and its impact on financial performance, as it reportedly underperformed compared to traditional investments. This situation raises questions about whether ESG serves as a legitimate risk management tool or merely a vehicle for ideological control by financial elites.

La firma de gestión de activos BlackRock se enfrenta a una demanda legal en Tennessee por presuntamente engañar a los inversores con promesas contradictorias relacionadas con las estrategias de medio ambiente, social y gobernanza (ESG). Este caso pone de relieve la creciente preocupación sobre cómo el activismo ESG, impulsado por élites financieras, prioriza agendas políticas sobre los retornos para los accionistas, lo que podría perjudicar tanto a fondos de pensiones como a contribuyentes.

Desde 2022, el uso de términos relacionados con ESG, como «cambio climático», ha disminuido drásticamente en las comunicaciones corporativas, reflejando un aumento del escepticismo. En respuesta, varios estados conservadores han comenzado a prohibir la consideración de criterios ESG en las inversiones públicas.

Un panorama complejo

La demanda presentada esta semana en Tennessee marca un hito al acusar a BlackRock de violar leyes de protección al consumidor. La empresa es señalada por ofrecer dos enfoques contradictorios: uno que promete altos rendimientos financieros y otro que busca una transformación climática del capitalismo. Este caso resalta el descontento creciente hacia las métricas opacas del ESG, que muchos críticos sostienen que favorecen el activismo progresista en detrimento del deber fiduciario.

A medida que la terminología relacionada con ESG se desvanece de las llamadas de ganancias corporativas —pasando de 28,000 menciones en principios de 2022 a solo 4,800 a mediados de 2024— surge la pregunta: ¿es realmente una herramienta legítima para la gestión de riesgos o simplemente un caballo de Troya para el control ideológico?

Las contradicciones de BlackRock

La demanda sostiene que los compromisos ESG de BlackRock han «privado a los consumidores de la capacidad para tomar decisiones informadas». Se cita una carta del CEO Larry Fink en 2022 donde afirmaba que el ESG «redefiniría las finanzas». Sin embargo, documentos internos indican que la firma continúa invirtiendo $310 mil millones en combustibles fósiles hasta 2023 mientras presiona públicamente a otras empresas para que se desinviertan. Luke Lloyd, estratega de inversiones en Strategic Wealth Partners, resumió esta contradicción afirmando: «El ESG está impulsado por intereses financieros, no por preocupaciones ambientales. Es una estrategia comercial».

Las repercusiones no son meramente teóricas. Los fondos de pensiones, que dependen de rendimientos estables, enfrentan un riesgo incrementado debido a políticas ESG que deprimen artificialmente los valores de las acciones energéticas. Según señala la Agencia Internacional de Energía, la demanda global de petróleo podría seguir creciendo durante décadas, lo cual hace que la postura anti-combustibles fósiles adoptada por BlackRock sea económicamente imprudente.

Reacción ante el activismo ESG

Líderes conservadores están organizándose contra lo que consideran una invasión del ESG. El gobernador de Florida, Ron DeSantis, ha prohibido el uso de criterios ESG en los fondos estatales, mientras Texas ha incluido en su lista negra a diez firmas financieras —incluyendo BlackRock— por «boicotear» los combustibles fósiles. Por su parte, los estados más liberales han respondido con cartas conjuntas acusando a sus críticos de ignorar las amenazas climáticas; sin embargo, datos financieros revelan otra realidad: los fondos ESG tuvieron un rendimiento inferior al S&P 500 en un 4% durante 2023.

Incluso algunos defensores del ESG reconocen sus fallas. Tariq Fancy, exjefe de inversión sostenible en BlackRock, comparó el ESG con «pastillas placebo peligrosas» para pacientes con cáncer. Su crítica se alinea con la cruzada de Vivek Ramaswamy contra lo que denomina «wokeismo corporativo», apuntando a empresas como Disney por auditorías sobre diversidad que califica como «teatro político».

Un sistema cuestionable

Las raíces del ESG se remontan a movimientos como el desinversión contra el apartheid en los años ochenta y un informe del ONU en 2004 que abogaba por el «capitalismo inclusivo». Sin embargo, la versión actual ha crecido hasta convertirse en una industria valorada en $35 billones —a pesar de carecer de métricas estandarizadas—. Esto ha llevado a situaciones donde ExxonMobil puede tener un mejor ranking en índices ESG que Tesla, provocando críticas incluso del propio Elon Musk quien declaró: «El ESG es una estafa».

Costo del virtuosismo

A medida que aumentan las contradicciones dentro del movimiento ESG, también crece el escepticismo generalizado. La demanda presentada en Tennessee podría ser solo la punta del iceberg al revelar cómo las élites financieras utilizan el ESG para avanzar sus objetivos políticos, poniendo en riesgo los ahorros destinados a jubilaciones. Firmas como BlackRock y Vanguard controlan billones en activos y actúan como reguladores no oficiales al redirigir capital lejos de industrias menos favorecidas independientemente de su rentabilidad. Esta manipulación distorsiona la competencia y eleva costos energéticos mientras ofrece beneficios ambientales mínimos.

Para quienes defienden el libre mercado, la lección es clara: cuando las corporaciones sacrifican rentabilidad por dogmas progresistas, todos pierden —excepto aquellos activistas que cuentan sus honorarios. Los sistemas opacos utilizados para evaluar el desempeño bajo criterios ESG empoderan a un pequeño grupo no electo para dictar comportamientos corporativos. Mientras tanto, son los inversores medios quienes sufren las consecuencias negativas derivadas del rendimiento deficiente asociado con fondos "woke", donde los retornos quedan relegados ante posturas políticas.

En conclusión:

El enfoque actual hacia el medio ambiente no está salvando al planeta; más bien está transformándolo en un terreno fértil para elites no electas. Desde mandatos sostenibles impuestos por la Unión Europea hasta propuestas sobre divulgaciones climáticas por parte de la SEC, gobiernos y gestores patrimoniales coluden para imponer conformidad ideológica. Como resultado se observa un efecto paralizante sobre la innovación y una disminución del valor accionario donde el éxito depende más del cumplimiento con caprichos políticos cambiantes que del mérito real.

La noticia en cifras

Cifra Descripción
$310,000,000,000 Inversiones de BlackRock en combustibles fósiles hasta 2023
28,000 Menciones de términos relacionados con ESG en llamadas de ganancias a principios de 2022
4,800 Menciones de términos ESG a mediados de 2024
$35,000,000,000,000 Tamaño actual de la industria ESG
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