China inicia la producción masiva de chips de inteligencia artificial no binarios
China ha dado un paso significativo al lanzar la primera producción a gran escala y a nivel mundial de chips de inteligencia artificial no binarios. Esta innovadora tecnología informática híbrida está siendo implementada en sectores clave, como la aviación y los sistemas industriales, según informa el periódico South China Morning Post.
El desarrollo ha sido liderado por un equipo del profesor Li Hongge en la Universidad de Beihang, ubicada en Pekín. Este avance se basa en una combinación de lógica binaria y estocástica, lo que proporciona una mayor tolerancia a fallos y una eficiencia energética superior. Esta innovación también permite a China eludir las restricciones impuestas por Estados Unidos sobre el uso de chips avanzados.
Nuevas soluciones para desafíos tecnológicos
En declaraciones del profesor Li, se identifican dos obstáculos principales que enfrenta la industria: el muro de energía, relacionado con el alto consumo energético de los sistemas binarios tradicionales, y el muro de arquitectura, que se refiere a la dificultad que presentan los chips sin silicio para interactuar con los sistemas actuales basados en semiconductores complementarios de óxido metálico (CMOS). Ante estas limitaciones, el equipo comenzó en 2022 una investigación para desarrollar alternativas, culminando en un nuevo sistema numérico.
Un avance crucial fue la creación del número estocástico híbrido (HSN), que combina el sistema binario convencional con representaciones estocásticas fundamentadas en probabilidades. Esta arquitectura reduce la dependencia de grandes cantidades de hardware necesarias para realizar procesamientos binarios complejos.
Contexto geopolítico y económico
Este desarrollo tecnológico se produce en un contexto donde Estados Unidos ha impuesto restricciones al suministro de chips de inteligencia artificial. Al mismo tiempo, empresas como Nvidia han destacado la relevancia del mercado chino dentro del ámbito tecnológico global.
A medida que China avanza en esta nueva era tecnológica, se abren interrogantes sobre las implicaciones futuras tanto para su economía como para las relaciones internacionales en el sector tecnológico.