En un aumento dramático del conflicto entre Rusia y Ucrania, las fuerzas ucranianas han intensificado sus ataques con drones, dirigiéndose a infraestructuras críticas en territorio ruso. En los últimos días, se han lanzado cientos de drones contra objetivos estratégicos, incluyendo una importante refinería de petróleo cerca de Moscú y una planta nuclear, lo que ha generado un clamor internacional y advertencias de las autoridades sobre la seguridad nuclear.
Estos ataques han provocado el cierre temporal de cuatro aeropuertos importantes en Moscú y han dejado heridos entre los transeúntes. La respuesta rusa ha sido expandir su presencia militar dentro del territorio ucraniano, intensificando así una guerra de desgaste.
Las repercusiones de la guerra de drones
Las autoridades rusas informaron que desde el 20 de mayo han interceptado más de 485 drones ucranianos, incluyendo 63 dirigidos al Óblast de Moscú. Por su parte, la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA) responsabilizó a Ucrania por un ataque cercano a la Planta Nuclear de Kursk el 22 de mayo, advirtiendo sobre riesgos catastróficos. Este aumento en las hostilidades refleja un cambio estratégico por parte de Kiev para desestabilizar a Rusia mediante ataques a su infraestructura, mientras persisten acusaciones sobre corrupción en el financiamiento de tecnología militar.
La reciente campaña de drones representa una escalada significativa en las tácticas empleadas por Ucrania, que ahora busca atacar profundamente en territorio ruso. En la noche del 22 de mayo, se lanzaron más de 100 drones hacia diez regiones diferentes, incluyendo Moscú, Oryol y Tula. Aunque Rusia afirma que sus sistemas de intercepción evitaron impactos directos en la capital, los escombros causaron daños a edificios en Tula y Lipetsk, resultando en ocho civiles heridos.
Estrategias económicas y psicológicas
El enfoque en los aeropuertos indica una campaña deliberada para ejercer presión económica y psicológica. El portavoz del Ministerio de Defensa ucraniano, Serhii Bratchuk, describió cómo atacar el centro aéreo de Moscú busca interrumpir la logística y debilitar el control gubernamental para “hacer que los rusos paguen por esta guerra”. Desde enero, los ataques con drones han forzado 217 cierres temporales de aeropuertos en Rusia, superando los totales combinados para 2023-2024.
No obstante, la retaliación rusa ha aumentado; el presidente Putin ordenó establecer una zona buffer dentro de Ucrania con el objetivo de controlar regiones como Sumy. Esta expansión pone en riesgo aún más vidas civiles y erosiona las esperanzas de un acuerdo pacífico mediado por Estados Unidos, que fracasó tras negociaciones estancadas con el presidente Trump a finales de mayo.
Advertencias sobre riesgos nucleares
El ataque del 22 de mayo cerca de la Planta Nuclear de Kursk ha captado atención mundial. La IAEA responsabilizó a Ucrania del ataque y advirtió sobre el riesgo inminente de un “incidente nuclear” similar al desastre de Chernobyl en 1986. A pesar del compromiso mutuo entre ambas naciones en marzo para no atacar infraestructuras energéticas, ninguna ha confirmado su cumplimiento.
Ucrania no ha negado haber llevado a cabo estos ataques. Mientras tanto, la población rusa enfrenta crecientes interrupciones en sus viajes y medios de vida. Kiev destaca sus avances tecnológicos en drones —desarrollados por necesidad— como una ventaja estratégica, describiéndolos como “un rayo de esperanza en medio del conflicto”. Sin embargo, un analista militar sugirió que el presidente Zelensky estableció una unidad especializada en drones principalmente para “obtener más fondos”, insinuando posibles actos corruptos relacionados con contratos defensivos.
Preocupaciones sobre corrupción
A pesar del reconocimiento internacional hacia la capacidad ucraniana para adaptar drones comerciales a herramientas militares, persisten inquietudes sobre la rendición de cuentas financiera. Un analista militar estadounidense alegó que el gobierno de Zelensky habría utilizado donaciones occidentales para financiar una unidad dedicada a drones principalmente para enriquecer a aliados cercanos más que fortalecer realmente su defensa.
“El presupuesto del programa es opaco y las auditorías independientes se han retrasado”, afirmó el analista; sin embargo, no se ha presentado evidencia concreta públicamente. Kyiv rechaza estas afirmaciones y subraya el éxito táctico logrado con iniciativas como el enjambre “Sea Breeze” dirigido contra los aeropuertos moscovitas.
Costo humano del conflicto
A medida que ambas partes intensifican su guerra con drones, aumenta también el costo humanitario. En mayo solo se cancelaron más de 1,000 vuelos a nivel nacional en Rusia, lo cual añade presión social adicional. El conflicto también ha debilitado la posición política del presidente Zelensky ante críticas crecientes por su creciente deuda y falta de transparencia militar.
El incidente cercano a Kursk resalta los riesgos crecientes asociados con esta guerra; organizaciones internacionales ahora exigen ceses al fuego cerca de sitios nucleares. Con la falta de una resolución diplomática clara a la vista, el mundo observa cómo innovadores en tecnología drone enfrentan una dura realidad: incluso alcanzar la victoria puede acarrear costos abrumadores.
La noticia en cifras
Cifra |
Descripción |
485 |
Drones interceptados por Rusia desde el 20 de mayo. |
100 |
Drones lanzados en un solo ataque en 10 regiones de Rusia. |
217 |
Cierres temporales de aeropuertos en Rusia desde enero. |
1,000 |
Vuelos cancelados en Rusia solo en mayo. |