En la ciudad de St Albans, Inglaterra, se ha puesto en marcha una iniciativa que busca prohibir el uso de smartphones para niños menores de 14 años. Este proyecto, impulsado por líderes escolares en 2023, promueve el uso de teléfonos básicos, conocidos como "dumbphones", que solo permiten realizar llamadas y enviar mensajes de texto. Según un estudio realizado en 2024, la propiedad de smartphones entre los estudiantes de primaria se redujo drásticamente del 75% al 12% en un periodo de dos años.
Un movimiento educativo respaldado por la comunidad
La campaña, liderada por educadores como Matthew Tavender, ha logrado disminuir el uso de smartphones a través de una acción colectiva. Actualmente, 22 de las 24 escuelas primarias locales apoyan esta prohibición. En un año, se observó una disminución del 63% en la propiedad de smartphones entre los niños de 10 a 11 años. Este cambio se produce en un contexto donde las preocupaciones sobre la salud mental infantil han aumentado considerablemente.
Factores como el incremento en las tasas de depresión infantil y suicidio, así como los riesgos asociados con enfermedades cardíacas prematuras vinculadas al tiempo excesivo frente a las pantallas, han alimentado esta iniciativa. Las escuelas han reportado un aumento en la exposición a contenido explícito a través de los smartphones, lo que ha llevado a un mayor apoyo por parte de los padres para implementar restricciones.
Un enfoque comunitario que inspira cambios globales
El enfoque adoptado por St Albans ha inspirado políticas similares en Irlanda y Estados Unidos. Los defensores argumentan que es fundamental que la autoridad parental y las normas sociales contrarresten la influencia desmedida de las grandes empresas tecnológicas sobre los niños. Sin embargo, algunos críticos sostienen que esta prohibición ignora aplicaciones educativas y necesidades digitales contemporáneas.
A pesar del escepticismo, el movimiento busca extender su alcance hacia las escuelas secundarias y redefinir las normas infantiles, priorizando la interacción cara a cara sobre el uso de dispositivos electrónicos. La iniciativa ha generado un debate nacional sobre cómo equilibrar el acceso a la tecnología con la protección del bienestar infantil.
Desafíos y perspectivas futuras
A medida que avanza este movimiento en St Albans, surgen desafíos relacionados con la necesidad práctica del uso de teléfonos inteligentes para tareas escolares y otras actividades cotidianas. Algunos educadores cuestionan si es realista eliminar completamente los smartphones del entorno escolar.
No obstante, los defensores enfatizan que el objetivo no es alcanzar la perfección sino establecer una cultura donde el acceso a smartphones no sea considerado un derecho adquirido desde la infancia. Con solo un 12% de propiedad entre los estudiantes primarios, el modelo propuesto podría estar marcando un cambio significativo en las dinámicas familiares y escolares respecto al uso de tecnología.
Redefiniendo la infancia en la era digital
La experiencia vivida en St Albans refleja una creciente preocupación conservadora sobre cómo manejar el avance tecnológico sin comprometer el desarrollo saludable de los niños. Al unir esfuerzos entre escuelas, familias y comunidades, esta iniciativa busca restaurar valores tradicionales donde la interacción personal y el juego físico sean fundamentales durante la niñez.
Como señaló Tavender: “Un niño con un smartphone debería ser tan sorprendente como un niño con un cigarrillo”. A medida que este modelo comunitario continúa evolucionando, queda por ver si inspirará cambios más amplios en la sociedad respecto al crecimiento infantil en una era dominada por lo digital.
La noticia en cifras
Descripción |
Cifra |
Porcentaje de estudiantes de primaria que poseían smartphones en 2023 |
75% |
Porcentaje de estudiantes de primaria que poseen smartphones en 2024 |
12% |
Reducción del porcentaje de propiedad de smartphones entre niños de 10-11 años en un año |
63% |
Número de escuelas primarias que apoyan la prohibición |
22 de 24 |