Un escándalo de fraude que supera los mil millones de dólares ha sacudido a Minnesota, revelando cómo políticas progresistas y una falta de acción política permitieron que delincuentes sustrajeran fondos destinados a programas de nutrición infantil y asistencia social. Los fiscales federales han expuesto un amplio esquema fraudulento que se desarrolló durante cinco años, principalmente dentro de la comunidad somalí del estado, mientras la administración del gobernador Tim Walz permanecía inactiva. Este caso no solo refleja una avaricia desmedida; también es una crítica contundente a un régimen político que priorizó las apariencias raciales sobre la responsabilidad básica, permitiendo que el sistema de seguridad social fuera socavado por criminales audaces.
La magnitud del fraude es asombrosa. Se estima que un billón de dólares fue desviado de programas diseñados para alimentar a niños, proporcionar refugio a personas sin hogar y ofrecer terapia a niños autistas. Esta cantidad supera el presupuesto anual total del Departamento de Correcciones del estado. Hasta el momento, 59 personas han sido condenadas en tres esquemas principales. Este fraude no ocurrió en la clandestinidad; prosperó porque quienes estaban en el poder decidieron mirar hacia otro lado.
El papel de Feeding Our Future
Uno de los casos más notorios involucra a Feeding Our Future, una organización sin fines de lucro con sede en Minneapolis. Durante la pandemia, esta entidad se asoció con negocios locales para reclamar reembolsos por decenas de miles de comidas que nunca fueron servidas. En lugar de utilizar los fondos para su propósito original, estos fueron empleados para adquirir automóviles lujosos, propiedades y bienes raíces internacionales. Este fue solo el comienzo; otros esquemas posteriores incluyeron reclamaciones infladas por servicios para personas sin hogar y un plan cínico que reclutaba a niños somalíes para terapias falsas de autismo, ofreciendo sobornos a sus padres.
A pesar de las señales alarmantes desde el inicio, los funcionarios estatales ignoraron advertencias sobre facturas sospechosas provenientes de Feeding Our Future en 2020. La respuesta del nonprofit fue amenazar al estado con una demanda por discriminación, advirtiendo que cuestionar a “empresas propiedad de minorías” podría resultar en acusaciones raciales ampliamente publicitadas. Ante esta amenaza, la administración Walz retrocedió y permitió que el flujo de dinero continuara.
Consecuencias del miedo político
Este patrón de rendición regulatoria caracterizó al escándalo. Un informe del auditor legislativo no partidista de Minnesota confirmó que las amenazas legales y la posible mala prensa paralizaron la supervisión necesaria. Kayseh Magan, un exinvestigador estatal de fraudes, explicó que existe una percepción generalizada: “Hay miedo a represalias políticas entre la comunidad somalí, que es un bloque electoral clave para los demócratas”.
El fiscal federal Joseph H. Thompson, quien supervisó los casos relacionados con este fraude, fue claro respecto al clima de temor existente. “Este fue un gran problema”, afirmó. “Las acusaciones de racismo pueden destruir carreras o reputaciones”. Su análisis conecta este fenómeno con la era posterior a George Floyd en Minneapolis, donde las sensibilidades raciales intensificaron el parálisis en la aplicación de la ley.
La respuesta del gobernador Walz ha sido objeto de críticas por su enfoque evasivo. Reconoció que las políticas implementadas durante la pandemia priorizaron la rapidez sobre las salvaguardias necesarias y admitió: “Los programas están diseñados para mover el dinero hacia las personas… y en muchos casos, los criminales encuentran las lagunas”. Ahora, mientras busca un tercer mandato, ha anunciado un grupo de trabajo y promesas sobre detección impulsada por inteligencia artificial; sin embargo, muchos consideran estas acciones insuficientes ante la gravedad del escándalo.
Reacciones y advertencias futuras
Las repercusiones han sido severas. Más de 400 empleados del Departamento de Servicios Humanos de Minnesota han acusado públicamente a Walz por ignorar advertencias y retaliar contra denunciantes. A través de redes sociales afirmaron: “Tim Walz sistemáticamente tomó represalias contra denunciantes mediante monitoreo y amenazas”. La oficina del gobernador no ha respondido específicamente a estas acusaciones.
La situación en Minnesota sirve como una advertencia para todos los estados: expone lo que ocurre cuando las políticas identitarias prevalecen sobre el estado de derecho; cuando los funcionarios temen más ser llamados racistas que detener un crimen real. Un billón de dólares ha desaparecido—fondos que debieron haber alimentado a niños necesitados y proporcionado refugio a familias vulnerables.
Fuentes utilizadas en este artículo incluyen:
ZeroHedge.com
NYTimes.com
FoxNews.com
La noticia en cifras
| Cifra |
Descripción |
| $1,000,000,000 |
Total robado en el esquema de fraude |
| 5 años |
Duración del fraude |
| 59 |
Número de personas condenadas |
| Excede el presupuesto anual del Departamento de Correcciones |
Comparativa del monto robado con el presupuesto estatal |