En 2018, se detuvo el envío de ayuda a Palestina por parte del entonces presidente Donald Trump, lo cual marcó el fin de 71 años de financiación a la región. La Organización para la Liberación de Palestina (OLP) afirmó que los contribuyentes estadounidenses incumplieron una obligación internacional al dejar de financiarlos.
Según Forbes, desde 1950 los contribuyentes estadounidenses han enviado más de 6.3 millones de dólares a través de las Naciones Unidas para subsidiar a los refugiados palestinos que residen en Gaza, Cisjordania, Jordania, Siria y Líbano. Durante el último año del mandato del expresidente Barack Obama, Estados Unidos envió 359 millones de dólares, lo que representó una diferencia de solo 39 millones de dólares con respecto al máximo histórico registrado en 2014, que fue de 398.7 millones de dólares.
Mientras Israel declaraba la guerra a la Franja de Gaza después de un ataque sin precedentes del grupo militante islamista Hamás durante el fin de semana, los expertos atribuyen el origen de este conflicto a la decisión revertida por el presidente Joe Biden en abril de 2021. En ese momento, acordó con la OLP y proporcionó 235 millones de dólares en ayuda a los palestinos, incluyendo 150 millones de dólares en asistencia humanitaria para el Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente (OOPS) y 75 millones de dólares en asistencia económica y para el desarrollo en la Ribera Occidental y Gaza.
Según citaron, apenas unas semanas después del restablecimiento de la ayuda, los cohetes volvían a caer sobre israelíes y la región se encontraba en guerra.
En una serie de publicaciones en X, anteriormente conocido como Twitter, la senadora Marsha Blackburn (R-TN) planteó la existencia de una conexión entre la incursión de Hamas y la ayuda humanitaria prometida a Palestina.