El Pentágono reconoce no conocer identidades de víctimas en operaciones militares en América Latina
El Pentágono ha admitido ante el Congreso que no tiene información sobre las identidades de al menos 61 personas que perdieron la vida en ataques militares estadounidenses dirigidos a embarcaciones sospechosas de tráfico de drogas cerca de Venezuela y en el Océano Pacífico oriental. Esta falta de transparencia ha generado preocupaciones bipartidistas respecto a la legalidad y supervisión de la campaña, que críticos consideran como un acto de ejecuciones extrajudiciales.
La administración Trump ha justificado repetidamente estos ataques marítimos citando la crisis del fentanilo en Estados Unidos. Sin embargo, los funcionarios reconocieron durante una sesión informativa clasificada que la mayoría de las embarcaciones atacadas estaban supuestamente involucradas en el tráfico de cocaína, no de fentanilo. Esta discrepancia ha dejado a los legisladores escépticos sobre las verdaderas motivaciones detrás de las operaciones.
Preocupaciones constitucionales y legales
El senador Rand Paul (R-KY) y el representante Seth Moulton (D-MA) han expresado serias inquietudes sobre las implicaciones constitucionales y legales de los ataques. Paul se ha unido a senadores demócratas para presentar una Resolución sobre Poderes de Guerra, con el objetivo de evitar que la administración Trump escale acciones militares contra Venezuela sin la aprobación del Congreso.
La falta de claridad respecto a estas operaciones recuerda preocupaciones históricas sobre el exceso de poder ejecutivo en compromisos militares. Desde la autorización del uso de fuerza militar post-9/11, sucesivas administraciones han ampliado operaciones antiterroristas con mínima supervisión del Congreso, una tendencia que críticos argumentan ha normalizado las ejecuciones extrajudiciales.
A medida que crece la oposición bipartidista y aumentan las preocupaciones acerca de los ataques, se está generando un debate más amplio sobre el papel del Congreso en la autorización del uso de la fuerza militar. Las próximas semanas serán cruciales para determinar si el Congreso reafirma su rol constitucional o permite que el poder ejecutivo continúe actuando sin control.
En una reciente sesión informativa, miembros del Comité de Servicios Armados de la Cámara se mostraron frustrados por la exclusión previa de demócratas en otro informe senatorial. Durante esta reunión, los funcionarios indicaron que no era necesario identificar positivamente a los individuos a bordo de las embarcaciones atacadas, sino solo establecer una conexión con actividades ilícitas, lo cual dejó a muchos legisladores insatisfechos.
Incertidumbre sobre estrategias efectivas
La administración Trump ha utilizado como argumento principal la crisis del fentanilo, responsable aproximadamente del 70% de las muertes por sobredosis en 2023. Sin embargo, durante la sesión informativa se admitió que muchas embarcaciones estaban involucradas en el tráfico de cocaína. Aunque se argumentó que esta droga facilita el tráfico del fentanilo, los legisladores continuaron mostrando escepticismo ante esta justificación.
El representante Seth Moulton, veterano del Cuerpo de Marines, expresó su descontento tras la reunión: «No me voy satisfecho. Espero que reconozcan el peligro constitucional en el que están y el riesgo que representan para nuestras tropas», declaró a los medios.
A medida que avanza este debate sobre transparencia y responsabilidad gubernamental, queda por ver si el Congreso tomará medidas decisivas para garantizar un control adecuado sobre las acciones militares estadounidenses en América Latina.