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El microbioma intestinal y su impacto en el riesgo de cáncer

El microbioma intestinal y su impacto en el riesgo de cáncer

martes 28 de octubre de 2025, 23:53h

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Un nuevo estudio revela la conexión entre el microbioma intestinal y el riesgo de cáncer, especialmente en tipos sensibles a hormonas como el cáncer de mama. Un microbioma desequilibrado, causado por factores como alimentos ultraprocesados y toxinas ambientales, puede aumentar la inflamación y alterar el metabolismo hormonal, favoreciendo el crecimiento tumoral. Restaurar la salud intestinal mediante cambios dietéticos y probióticos se presenta como una estrategia prometedora para la prevención del cáncer. Este enfoque integral destaca la importancia de gestionar el microbioma como parte fundamental de un enfoque holístico en oncología. Para más información, visita el enlace: https://biblioteca.cibeles.net/the-hidden-link-how-your-gut-microbiome-influences-your-cancer-risk/.

La conexión oculta: cómo el microbioma intestinal influye en el riesgo de cáncer

Un microbioma intestinal alterado, caracterizado por un crecimiento excesivo de bacterias perjudiciales, se vincula cada vez más con un mayor riesgo de cáncer, especialmente en los tipos sensibles a hormonas, como el cáncer de mama. Factores del estilo de vida moderno, que incluyen alimentos ultraprocesados y toxinas ambientales como el glifosato, así como ciertos fármacos, son identificados como impulsores clave de la disbiosis intestinal.

Las bacterias dañinas en el intestino pueden promover la inflamación y alterar el metabolismo hormonal, creando un entorno interno propicio para el crecimiento tumoral. La restauración de la salud intestinal mediante cambios dietéticos, probióticos específicos y la reducción de la exposición a disruptores del microbioma está emergiendo como una estrategia poderosa y poco utilizada para la prevención del cáncer.

Un nuevo enfoque en la oncología

Este entendimiento reciente posiciona la gestión del microbioma intestinal como un elemento fundamental dentro de un enfoque holístico hacia la oncología, complementando los métodos convencionales de detección y tratamiento. Tradicionalmente, la búsqueda para comprender el cáncer se ha centrado en factores genéticos y elecciones de estilo de vida como el tabaquismo y carcinógenos ambientales. Sin embargo, una creciente cantidad de evidencia científica señala un factor previamente pasado por alto: el microbioma intestinal.

Los billones de bacterias, hongos y otros microbios que residen en el tracto digestivo ya no son considerados meros pasajeros; son actores activos en la regulación de la inflamación, la inmunidad y el metabolismo hormonal. Las alteraciones en este delicado ecosistema están siendo asociadas con un incremento en el riesgo de desarrollar diversos tipos de cáncer, lo que provoca un cambio paradigmático en las estrategias preventivas que comienzan con la restauración de la salud intestinal.

El vínculo entre intestinos y cáncer

El tracto gastrointestinal es un ecosistema complejo donde el equilibrio microbiano es crucial para la salud. Cuando este equilibrio se ve alterado—un estado conocido como disbiosis—puede tener consecuencias sistémicas. Uno de los problemas más significativos es el sobrecrecimiento de bacterias nocivas en el intestino delgado, una condición conocida como sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado (SIBO). Estas bacterias mueren y liberan endotoxinas en el torrente sanguíneo, desencadenando un estado crónico de inflamación leve conocido como endotoxemia.

Esta inflamación interna actúa como un «fuego lento», acelerando el envejecimiento, interrumpiendo el metabolismo y creando un ambiente que puede favorecer el desarrollo tumoral. Investigaciones recientes indican que las mujeres con cáncer de mama a menudo presentan un perfil distintivo del microbioma intestinal, incluyendo niveles elevados de estas endotoxinas circulantes y microbios que metabolizan estrógenos de maneras perjudiciales.

La relación entre estrógenos y microbioma

La interacción entre las bacterias intestinales y los estrógenos es tan significativa que ha sido denominada «estroboloma». Incluso después de la menopausia, cuando disminuye la producción natural de estrógenos por parte del cuerpo, ciertas bacterias intestinales nocivas siguen siendo críticas. Estas producen una enzima llamada beta-glucuronidasa, que reactiva los estrógenos que el hígado había preparado para su eliminación, permitiendo su reabsorción y continuando así con su estimulación sobre los tejidos.

Este mecanismo se considera una razón clave por la cual el riesgo de cáncer de mama sigue siendo elevado tras la menopausia. La conexión se extiende más allá del cáncer mamario e influye también en otros tejidos sensibles a hormonas, contribuyendo al riesgo asociado con los cánceres endometriales y uterinos.

Amenazas modernas al equilibrio microbiano

La integridad del microbioma humano está siendo erosionada sistemáticamente por características propias de la vida contemporánea. El principal culpable es la dieta moderna procesada. Los alimentos ultraprocesados, que constituyen más de la mitad del consumo calórico promedio en muchos países, suelen estar cargados con emulsionantes y conservantes. Estos compuestos debilitan la capa protectora mucosa del intestino y actúan como antimicrobianos, afectando selectivamente a las bacterias beneficiosas.

Adicionalmente, las toxinas ambientales representan otra amenaza importante. El glifosato, ingrediente activo del herbicida Roundup ampliamente utilizado, actúa como un potente antibiótico en el intestino. Datos biomonitorizados por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades indican que más del 80% de las personas tienen niveles detectables de glifosato en su orina, sugiriendo una exposición constante a bajo nivel que puede alterar la comunidad microbiana.

Restaurar el equilibrio para un futuro más saludable

Aunque la prevención convencional del cáncer enfatiza fuertemente las pruebas diagnósticas y tratamientos tempranos, una estrategia centrada en el intestino ofrece un enfoque proactivo para reducir riesgos. Este protocolo se enfoca en eliminar disruptores e introducir elementos beneficiosos.

  • Reintroducir bacterias beneficiosas: Estrategias probióticas específicas como Lactobacillus gasseri y Lactobacillus reuteri pueden ayudar a repoblar el intestino delgado, suprimir bacterias dañinas y apoyar un metabolismo estrogénico saludable.
  • Nutrir y proteger: Una dieta diversa rica en fibra proporciona prebióticos que alimentan a los microbios beneficiosos mientras refuerza la barrera intestinal con compuestos como ácido hialurónico.
  • Reducir exposición: Es fundamental disminuir drásticamente la ingesta de alimentos ultraprocesados e incrementar el consumo de productos orgánicos para minimizar la exposición al glifosato.

Cambio paradigmático en defensa contra el cáncer

Esta ciencia emergente representa un cambio fundamental en cómo percibimos la prevención del cáncer. Se desplaza desde tratar únicamente enfermedades ya presentes hacia cultivar activamente un entorno interno resistente a ellas. Al reconocer las profundas conexiones entre boca, intestinos, sistema inmunológico y equilibrio hormonal, las personas pueden utilizar dieta y estilo de vida como herramientas poderosas para mejorar su salud general.

Nurturing the gut microbiome is not just about improving digestion but is foundational for building systemic resilience and protecting long-term health.

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