En la provincia de Aceh, Indonesia, los residentes han comenzado a levantar banderas blancas como símbolo de desesperación ante la lenta respuesta del gobierno a las devastadoras inundaciones que han azotado la región. Durante semanas, la frustración y el enojo se han acumulado entre los ciudadanos que enfrentan una crisis humanitaria tras una serie de inundaciones mortales.
Las inundaciones, provocadas por un ciclón raro en noviembre, han dejado más de 1,000 muertos y desplazado a cientos de miles en toda la isla de Sumatra. Aceh, siendo la provincia más afectada y responsable de casi la mitad de las muertes, enfrenta una grave escasez de agua potable, alimentos, electricidad y suministros médicos.
La situación ha llevado al gobernador de North Aceh a romper en llanto durante una conferencia pública. “¿Acaso el gobierno central no sabe lo que estamos viviendo? No lo entiendo”, expresó un conmovido Ismail A Jalil frente a las cámaras.
Desafíos gubernamentales
A pesar del clamor por ayuda internacional, el presidente Prabowo Subianto ha rechazado cualquier asistencia externa, afirmando que la situación está “bajo control”. En una reunión con su gabinete, declaró: “Indonesia es capaz de superar esta catástrofe”. Además, ha ignorado las solicitudes para declarar el estado como desastre nacional, lo cual permitiría acceder a fondos de emergencia y facilitar los esfuerzos de socorro.
La administración de Prabowo ha sido criticada por su falta de organización y su aparente desconexión con las necesidades del pueblo. Este contexto se suma a un año ya complicado para su gobierno, marcado por controversias relacionadas con su programa de comidas escolares gratuito y protestas masivas debido al desempleo y el aumento del costo de vida.
Ahora, la respuesta del gobierno ante las inundaciones se convierte en otro reto significativo para un líder cuya popularidad se mantiene alrededor del 78%.
Llamados desesperados por ayuda
El pasado jueves, decenas de manifestantes se reunieron en Banda Aceh ondeando banderas blancas y exigiendo al gobierno central que permitiera la entrada de ayuda extranjera. Entre ellos se encontraba una niña pequeña sosteniendo un cartel que decía: “Tengo solo tres años, quiero crecer en un mundo seguro y sostenible”.
Aunque tradicionalmente asociadas con la rendición, estas banderas blancas son vistas por los manifestantes como un llamado a la solidaridad internacional. “Las banderas no significan que nos estamos rindiendo. Son una señal de angustia para captar la atención del exterior sobre las difíciles condiciones en Aceh”, explicó Husnul Khawatinnissa durante la protesta.
Las comunidades han sufrido daños severos; muchas aldeas han quedado destruidas y los sobrevivientes relatan enfermedades y hambruna. “¿Cuánto tiempo más tenemos que lavarnos en barro y aguas residuales?”, gritó Nurmi Ali desde el grupo de manifestantes.
Las autoridades provinciales han solicitado apoyo a las Naciones Unidas, mientras que el gobernador ha declarado estar abierto a recibir ayuda “de cualquiera y desde cualquier lugar”. Por su parte, el gobierno central asegura que están llevando a cabo esfuerzos de rescate a nivel nacional, afirmando haber destinado aproximadamente 60 billones de rupias (unos 3.6 mil millones de dólares) para labores de reconstrucción.
Recuerdos dolorosos
Para muchos en Aceh, esta crisis evoca recuerdos traumáticos del tsunami del día después de Navidad en 2004. Ese desastre natural dejó cerca de 230,000 muertos en más de una docena de países tras un terremoto submarino magnitud 9.1 que generó olas gigantescas.
Aceh fue uno de los lugares más afectados; sus habitantes apenas habían comenzado a reconstruir sus vidas cuando volvieron a enfrentar otra calamidad en noviembre. Los residentes señalan que la respuesta internacional fue mucho más rápida tras el tsunami comparado con lo que están experimentando ahora.
Pese a las ofertas internacionales para ayudar –como los 30 toneladas de arroz enviadas desde los Emiratos Árabes Unidos– estas fueron rechazadas por las autoridades bajo instrucciones del gobierno central.
Crisis política
La negativa del presidente Prabowo a aceptar ayuda internacional refleja su deseo por mantener autoridad y evitar escrutinio externo. Según Vidhyandika Djati Perkasa, investigador senior en el Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales en Indonesia: “Abrir la puerta a asistencia extranjera significa invitar al escrutinio extranjero”.
A medida que crecen las críticas hacia su administración por ser insensible ante las víctimas y priorizar proyectos controvertidos como la expansión de plantaciones de palma aceitera –que algunos argumentan agravan las inundaciones– Prabowo enfrenta presiones cada vez mayores tanto internas como externas.
Rindu Majalina, quien sobrevivió al desastre reciente pero ahora lucha por alimentar a sus hijos tras perder su hogar, expresó: “Al principio pensé que era afortunada por haber sobrevivido; pero resulta que la situación posterior al desastre es aún peor.”
La noticia en cifras
| Cifra |
Descripción |
| 1,000+ |
Muertos por las inundaciones |
| Cientos de miles |
Desplazados por las inundaciones |
| 60 billones de rupias ($3.6 mil millones) |
Fondos desembolsados para reconstrucción |
| 230,000 |
Muertos en el tsunami de 2004 |