El Papa reza por las víctimas de la explosión en el puerto de Beirut al finalizar su visita a Líbano

El Papa reza en el sitio de la explosión del puerto de Beirut

El Papa León XIV llevó a cabo una oración silenciosa en el lugar donde ocurrió la explosión del puerto de Beirut, demandando justicia para las víctimas, mientras culminaba su visita de tres días a Líbano. Durante su estancia, se reunió con algunos familiares de las 218 personas que perdieron la vida en la devastadora explosión del 4 de agosto de 2020, que arrasó gran parte de la capital libanesa.

En declaraciones posteriores, el Papa expresó estar «profundamente conmovido» por su visita al puerto y compartió «la sed de verdad y justicia» que sienten muchas familias y todo un país. A pesar del tiempo transcurrido, aún no se ha responsabilizado a nadie por el desastre, que fue provocado por un incendio que detonó 2,750 toneladas de nitrato de amonio almacenadas de manera insegura en un almacén portuario durante casi seis años.

Demandas de justicia y unidad

Se cree ampliamente que funcionarios y políticos estaban al tanto de la existencia del químico peligroso y del riesgo que representaba, pero no tomaron las medidas necesarias para asegurar, retirar o destruirlo. Los familiares de las víctimas y los activistas han denunciado que la investigación nacional sobre el desastre ha sido obstaculizada por los esfuerzos del liderazgo político para proteger a los responsables.

Cecile Roukoz, cuyo hermano Joseph falleció en la tragedia, afirmó que la visita del Papa al memorial fue «muy importante». «Sabemos que él levanta su voz por justicia, y necesitamos justicia para nuestros hermanos y todas las víctimas de esta explosión», añadió. Por su parte, Tatiana Hasrouty, quien perdió a su padre Ghassan en el incidente, comentó: «Él está tratando de ayudarnos a encontrar la verdad a su manera, tal vez orando o simplemente mirándonos... Nosotros, las familias, después de cinco años, necesitamos que la gente nos mire».

Misa final y llamado a la unidad

Tras rezar en el sitio de la explosión, el Papa celebró la misa final de su viaje ante unas 150,000 personas reunidas en el malecón de Beirut. En su discurso dirigido a la multitud, lamentó que la belleza del Líbano haya sido «opacada por la pobreza y el sufrimiento», así como por las heridas que han marcado su historia.

A pesar de esto, hizo un llamado a las diversas comunidades del país para unirse en la búsqueda de soluciones a sus problemas. «Despojémonos de las armaduras de nuestras divisiones étnicas y políticas; abramos nuestras confesiones religiosas al encuentro mutuo y reavivemos en nuestros corazones el sueño de un Líbano unido», instó. «Un Líbano donde reine la paz y la justicia, donde todos se reconozcan como hermanos y hermanas».

Desde la última visita papal en 2012, este pequeño país ha enfrentado múltiples crisis. En 2019 sufrió una de las peores depresiones económicas registradas en tiempos modernos, lo cual empujó a millones hacia la pobreza. Esto fue seguido por masivas protestas contra el gobierno, la pandemia del coronavirus y finalmente la explosión del puerto.

La parálisis política ha impedido al país implementar las reformas económicas y estructurales exigidas por donantes internacionales a cambio de miles de millones de dólares en ayuda. Posteriormente, Líbano vivió una devastadora guerra de 13 meses entre el movimiento chiita Hezbollah e Israel, conflicto que dejó un saldo trágico con 4,000 libaneses y 120 israelíes muertos. Aunque un alto al fuego puso fin al conflicto hace un año, Israel ha continuado atacando objetivos vinculados a Hezbollah bajo acusaciones sobre intentos del grupo respaldado por Irán para rearmarse.

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