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Demócratas sufren tras el cierre gubernamental más largo de EE. UU

Demócratas sufren tras el cierre gubernamental más largo de EE. UU

jueves 13 de noviembre de 2025, 15:38h

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Después de 43 días, el cierre del gobierno más largo en la historia de EE. UU. llega a su fin, permitiendo que los trabajadores federales reciban sus salarios y se reabran parques nacionales. Sin embargo, el costo político para los demócratas es significativo, ya que no lograron obtener garantías sobre las subvenciones de salud que exigían. La frustración dentro del partido crece, especialmente entre su ala izquierda, que critica al líder demócrata del Senado, Chuck Schumer. Mientras tanto, el presidente Trump celebra lo que considera una victoria para los republicanos. Con la reanudación de las actividades gubernamentales, el Congreso enfrenta nuevos desafíos legislativos antes de las elecciones intermedias.

Fin del Cierre Gubernamental en Estados Unidos: Un Balance de Consecuencias

Después de 43 días, el cierre gubernamental más prolongado en la historia de Estados Unidos está llegando a su fin. Los trabajadores federales comenzarán a recibir sus salarios nuevamente, los parques nacionales reabrirán y los servicios gubernamentales que habían sido restringidos o suspendidos por completo se reanudarán. El transporte aéreo, que había generado múltiples inconvenientes para muchos ciudadanos estadounidenses, regresará a un estado de frustración habitual.

Con la firma del presidente Donald Trump en el proyecto de ley de financiamiento, surge la pregunta: ¿qué ha logrado este cierre récord y cuáles han sido sus costos?

Los demócratas del Senado, mediante el uso del filibusterismo parlamentario, lograron desencadenar el cierre a pesar de ser una minoría en la cámara al negarse a apoyar una medida republicana destinada a financiar temporalmente al gobierno. Establecieron una línea roja, exigiendo que los republicanos accedieran a extender las subvenciones de seguro médico para estadounidenses de bajos ingresos que están programadas para expirar al final del año.

Reacciones y Consecuencias Internas en el Partido Demócrata

Cuando un grupo reducido de demócratas decidió romper filas y votar a favor de reabrir el gobierno el domingo pasado, obtuvieron muy poco a cambio: una promesa de votación en el Senado sobre las subvenciones, pero sin garantías de apoyo republicano o incluso un voto necesario en la Cámara de Representantes.

Desde entonces, miembros del ala izquierda del partido han expresado su furia. Han acusado al líder demócrata del Senado, Chuck Schumer —quien no votó a favor del proyecto— de ser cómplice secreto en el plan de reapertura o simplemente incompetente. Se sienten como si su partido hubiera capitulado, incluso después de que los éxitos electorales mostraran que tenían la ventaja. Temen que los sacrificios realizados durante el cierre hayan sido en vano.

Incluso demócratas más moderados, como el gobernador de California, Gavin Newsom, calificaron el acuerdo alcanzado como «patético» y una «rendición». En declaraciones a la prensa, Newsom expresó: «No vengo aquí para golpear a nadie, pero no estoy satisfecho con que, frente a esta especie invasiva que es Donald Trump, quien ha cambiado completamente las reglas del juego, todavía estemos jugando según las viejas reglas». Este comentario refleja las ambiciones presidenciales de Newsom para 2028 y puede servir como un indicador del estado anímico dentro del partido.

La Reacción de Trump y el Futuro Político

Para Trump, desde que se rompió el estancamiento en el Senado el domingo pasado, su estado de ánimo ha pasado de un optimismo cauteloso a celebración. El martes felicitó a los republicanos en el Congreso y calificó la votación para reabrir el gobierno como «una victoria muy grande». Durante una conmemoración del Día de los Veteranos en Arlington Cemetery, afirmó: «Estamos abriendo nuestro país; nunca debió haber estado cerrado».

Aprovechando la ira demócrata hacia Schumer, Trump también se sumó a las críticas durante una entrevista con Fox News. Comentó: «Él pensó que podría quebrar al Partido Republicano y los republicanos lo quebraron a él», refiriéndose al líder demócrata del Senado.

A pesar de momentos en los que Trump pareció ceder —como cuando reprendió a los senadores republicanos por negarse a eliminar el filibusterismo— finalmente emergió del cierre sin haber hecho concesiones sustanciales. Aunque sus índices de aprobación han disminuido durante los últimos 40 días, aún queda un año antes de que los republicanos enfrenten elecciones intermedias.

Nuevos Desafíos para Congresistas y Partidos

Concluido el cierre gubernamental, se espera que el Congreso retome sus actividades habituales. A pesar de que la Cámara de Representantes ha estado prácticamente inactiva durante más de un mes, los republicanos aún confían en poder aprobar legislación significativa antes del inicio del ciclo electoral del próximo año.

Aunque varios departamentos gubernamentales estarán financiados hasta septiembre gracias al acuerdo que puso fin al cierre, será necesario que el Congreso apruebe gastos para el resto del gobierno antes de finales de enero para evitar otro cierre similar.

Mientras tanto, los demócratas podrían estar deseosos por otra oportunidad para luchar por sus intereses. La cuestión sobre las subvenciones sanitarias podría convertirse en una preocupación urgente para decenas de millones de estadounidenses cuyas primas podrían duplicarse o triplicarse al finalizar el año. Ignorar este dolor entre los votantes podría resultar políticamente perjudicial para los republicanos.

No obstante, esta no es la única amenaza que enfrenta Trump y su partido. Un día destinado a ser destacado por la votación sobre financiamiento gubernamental se vio opacado por las últimas revelaciones relacionadas con Jeffrey Epstein.

Más tarde ese mismo miércoles, la congresista Adelita Grijalva fue juramentada en su cargo y se convirtió en la 218ª firmante en una petición que obligará a la Cámara de Representantes a votar ordenando al Departamento de Justicia liberar todos sus archivos sobre el caso Epstein. Esto llevó a Trump a expresar su descontento en su plataforma Truth Social respecto al hecho de que su éxito en financiamiento estaba siendo eclipsado.

«Los demócratas están tratando nuevamente traer al tema del engaño Jeffrey Epstein porque harán cualquier cosa para desviar la atención sobre lo mal que les ha ido con respecto al cierre y otros asuntos», escribió Trump.

Este episodio sirve como recordatorio claro de cómo incluso las mejores estrategias políticas pueden verse descarriladas repentinamente.

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