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'Un químico persistente amenaza la salud hepática de los niños'

"Un químico persistente amenaza la salud hepática de los niños"

jueves 30 de octubre de 2025, 00:19h

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Un nuevo estudio revela que el perfluoroheptanoico (PFHpA), un "químico eterno", está relacionado con un aumento del 80% en el riesgo de enfermedad hepática grave en adolescentes con obesidad. Esta sustancia, presente en productos cotidianos y contaminantes ambientales, interfiere con procesos metabólicos vitales, contribuyendo a la enfermedad del hígado graso asociado a disfunción metabólica (MASLD). La investigación subraya la necesidad urgente de regular estos químicos para proteger la salud de las generaciones futuras. Los padres deben ser proactivos al elegir productos libres de PFAS y considerar filtros de agua para reducir la exposición a estas sustancias tóxicas. Para más información, visita el artículo completo.

La creciente preocupación por la salud infantil se intensifica con el descubrimiento de que el entorno construido, los productos de uso cotidiano y los alimentos pueden estar predisponiendo a los niños a enfermedades crónicas. Mientras los padres se enfocan en la alimentación y el ejercicio, un contaminante silencioso se acumula en sus cuerpos, alterando procesos metabólicos esenciales y preparando el terreno para una crisis de salud sin precedentes. Investigaciones recientes han establecido un vínculo directo entre una toxina ambiental común y una enfermedad hepática devastadora que afecta a adolescentes, lo que revela una traición a la salud pública que exige acción inmediata.

Puntos clave:

  • Un estudio innovador de la Keck School of Medicine de USC ha identificado el ácido perfluoroheptanoico (PFHpA), un «químico eterno», como un factor de riesgo significativo para una forma severa de enfermedad del hígado graso en adolescentes con obesidad.
  • Los adolescentes con el doble de PFHpA en su sangre enfrentan un 80% más de probabilidad de ser diagnosticados con enfermedad hepática asociada a disfunción metabólica (MASLD).
  • Una mayor exposición al PFHpA se relacionó con lesiones hepáticas más avanzadas, incluyendo inflamación peligrosa y fibrosis, precursores de la cirrosis y cáncer de hígado.
  • Mediante modelos avanzados tridimensionales del hígado, los científicos demostraron que el PFHpA interfiere con funciones biológicas fundamentales, como la inflamación y el metabolismo lipídico, proporcionando un mecanismo claro para el daño observado en pacientes jóvenes.
  • Esta investigación lanza una alarmante advertencia sobre el impacto acumulativo de miles de químicos eternos no regulados en la salud a largo plazo de los niños, cuyos cuerpos en desarrollo son particularmente vulnerables a sus efectos tóxicos.

Una bomba de tiempo en los hígados adolescentes

El estudio, publicado en Communications Medicine, va más allá de la simple observación al ofrecer una poderosa acusación mecanicista contra el PFHpA. Los investigadores analizaron datos del grupo Teen-LABS, el estudio más grande sobre cirugía bariátrica pediátrica en Estados Unidos. En esta población vulnerable, donde MASLD ya afecta a más del 30% de los individuos, la adición de exposición al PFHpA empeoró drásticamente el pronóstico. No se trata solo de una correlación; es una vía causal iluminada por la ciencia. Los investigadores expusieron esferoides hepáticos humanos cultivados en laboratorio al PFHpA, confirmando que este químico causa estragos directos en las funciones celulares, creando una firma molecular distintiva del daño hepático. «Nuestra investigación va más allá de simples asociaciones», afirmó Brittney O. Baumert, Ph.D., MPH, autora principal del estudio. «Utilizando un enfoque científico translacional que une la ciencia básica y la investigación epidemiológica, estamos descubriendo cómo estos químicos alteran la biología del hígado a nivel celular.»

Este es el funcionamiento hipotético de la enfermedad hepática grasa inducida por tóxicos. Propone que los químicos ambientales son impulsores activos de la epidemia de MASLD, no meros observadores. Aunque una mala alimentación sigue siendo un factor relevante, la idea de que un contaminante químico puede aumentar significativamente el riesgo de enfermedad hepática severa en un niño reconfigura toda la conversación. El hígado, órgano principal del cuerpo para detoxificación, está siendo abrumado por un compuesto sintético que no puede procesar adecuadamente, lo que lleva a una cascada de fallos metabólicos.

La naturaleza insidiosa de la amenaza del «químico eterno»

¿Por qué es tan alarmante este hallazgo? El PFHpA pertenece a la familia de sustancias per- y polifluoroalquiladas (PFAS), comúnmente denominadas «químicos eternos» debido a su resistencia a descomponerse tanto en el medio ambiente como en el cuerpo humano. Se acumulan dosis tras dosis, año tras año. Son ineludibles y se utilizan en todo tipo de productos desde envases alimentarios hasta ropa impermeable y utensilios antiadherentes. Han contaminado casi la mitad de todos los sistemas hídricos en Estados Unidos. Esto significa que cada sorbo de agua o cada bocado proveniente ciertos empaques podría estar aumentando la carga tóxica que soporta un niño.

Además, el PFHpA representa una nueva ola dentro esta amenaza química. A medida que se eliminan compuestos PFAS más conocidos como PFOA y PFOS debido a preocupaciones sanitarias, las industrias han recurrido a reemplazos como el PFHpA. Estos fueron comercializados como más seguros; sin embargo, ahora sabemos que esa afirmación es peligrosa. «El PFHpA no es tan conocido como otros PFAS tradicionales como PFOA o PFOS, pero nuestros hallazgos indican que puede presentar riesgos comparables para la salud humana», declaró Lida Chatzi, MD, Ph.D., autor senior del estudio. «Esto subraya la urgencia de regular no solo los compuestos PFAS ya conocidos sino también toda clase emergente de químicos a los cuales las comunidades están expuestas diariamente.» Esta situación ilustra un clásico engaño: un veneno reemplazado por otro mientras se pone en riesgo la salud pública.

Protegiendo a una generación frente a un destino evitable

La enfermedad hepática asociada a disfunción metabólica no es una condición benigna; es una enfermedad progresiva que puede llevar a trasplantes hepáticos e incrementa significativamente el riesgo de diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares. Descubrir que una exposición ambiental modificable y artificial es uno de los principales impulsores entre los jóvenes resulta ser tanto una tragedia como un llamado urgente a actuar. ¿Cuántos niños están viviendo con este daño químico silencioso mientras su futuro saludable ya está comprometido?

La solución requiere un cambio radical tanto en políticas como en percepciones. Las medidas superficiales mediante reducciones voluntarias por parte de las industrias ya no son suficientes. Los hallazgos provenientes del USC exigen una prohibición total sobre toda clase química PFAS en productos para consumidores así como rigurosas acciones para remediar el medio ambiente afectado. Debemos tratar esto con la misma urgencia con la cual abordamos problemas relacionados con plomo.

Para los padres, esta carga resulta injusta pero real: se requiere vigilancia constante. Buscar productos libres de PFAS, invertir en filtración adecuada del agua y apoyar prácticas agrícolas orgánicas se están convirtiendo en actos necesarios para defenderse ante esta amenaza. La investigación realizada por el Centro ShARP USC representa una advertencia contundente: La salud infantil está siendo hipotecada por conveniencia corporativa y pronto pagaremos las consecuencias bajo forma de epidemias crónicas.

Fuentes incluyen:

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